El ruido atronador del comedor apenas me permitía escuchar a los demás hablando en la mesa, pero no era como si me molestara demasiado. Desde que nos habíamos separado con Ian poco rato después del amanecer esa sonrisa había quedado fija en mi rostro y nada iba a poder borrarla. Apenas les había contado alguna que otra cosa a Sele y Luz sobre la cita, pero me encantaba también mantener una parte sólo para mi, que todo lo que pasaba entre nosotros fuera parte de nuestra intimidad, algo en lo que nadie más participaba.
Aún con la incesante cháchara de las conversaciones volviendo a la normalidad nos dirigimos hacia los vestuarios para poder proseguir los entrenamientos. Ian me recibió con un suave beso en los labios cuando salí al gimnasio y aunque alguna voz de conciencia estaba preocupada por estar haciendo eso con el profesor mi felicidad no se dejó opacar ni siquiera por eso, y claramente él había decidido que tampoco.
Luego de unas pocas indicaciones sobre que tipo de pelea teníamos que practicar ese día, modalidad cuerpo a cuerpo con ataque directo. Ese día me había tocado trabajar con Sele y debo decir que me gustó sentir como estaba por lo menos a su nivel, si no es que ya incluso un poco mejor. Comenzamos lento, primero midiéndonos la una a la otra, golpe, evadir, atacar y así, cada vez yendo un poco más rápido, los golpes volviéndose más potentes, la una concentrada en la otra.
Por la mayor parte de la clase no pudimos derrotar a la otra, siempre que parecía que una iba a caer conseguía golpear a la otra y robar un momento más para recuperarse. Llevábamos casi toda la clase de esa manera, ya tenía la ropa empapada de sudor y todos mis músculos ardían por el cansancio, pero estaba determinada a no parar. Selena tenía toda la cara roja y estaba tan sudada como yo, pude comenzar a notar como algunos de sus movimientos se volvían más lentos, sus piernas ya no tenían tanta potencia y si quería ganar ese era el punto clave. Cuando comenzó una nueva serie de ataques le cedí espacio con cada golpe, haciéndola avanzar rápido y sin fijar correctamente los pies; cuando me tiró un último gancho conseguí agarrarle el brazo, y torciéndolo en una llave a su espalda le quite el balance, enredando mi pierna entre las suyas finalmente la tenía en el piso, con su brazo en la espalda y la frente en la colchoneta. Aún jadeando sentí la sonrisa volver a mi rostro.
Algunas personas a nuestro alrededor habían parado sus propios enfrentamientos y nos felicitaban. Me paré de la espalda de mi amiga en un movimiento y le estire una mano para ayudarla a hacer lo mismo.
- Buena pelea- fue lo único que pude articular, aunque su sonrisa me decía que no había ningún resentimiento por la derrota.
Sele estaba tomando mi mano y había comenzado a decir algo, pero el dolor explosivo que vino repentinamente de mi costado, una fuerte patada me dejó sin respiración, impidiendome prestarle atención a nada más. Con un quejido entre cortado me agarré mi costado con una mano, el dolor me dijo que mis costillas en recuperación probablemente se habían vuelto a quebrar.
- No deberías haber estado ahí parada, no te vi - dijo burlona una voz a mi espalda, una voz que ya se estaba volviendo un poco demasiado familiar.
Me di vuelta encontrándome con una Katia parada con las manos en su cadera y algunos mechones rubios saliendo de su coleta alta, en juego con una mirada de regocijo y suficiencia yo comencé a ver todo rojo, muriendo de ganas de arrancar todos y cada uno de los sedosos mechones de su estúpida cabeza, pero alguien más había reaccionado antes de mi. Ian se encontraba parado frente a ella en una fracción de segundo, una mirada escalofriantemente fría y seria en sus ojos.
- ¡Paren ahora! - Grito con voz atronadora y en un segundo el gimnasio quedó en silencio absoluto, la tensión claramente palpable.- Katia al ring conmigo.
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En el amor y la guerra, todo se vale
FantasyCon 18 años todavía no me siento un adulto, pero definitivamente no soy ni una niña ni una adolescente desquiciada, aunque probablemente todavía tengo un poco de la ultima viviendo en mi. La mayor parte de mis preocupaciones se centran en el estudio...