17º

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   Quede callada por un rato esperando su respuesta y queriendo patearme internamente, por qué mierda no podía pensar lo que iba a decir antes de abrir la boca. Con todo lo que había pasado realmente no quería pasar la noche sola, pero tampoco quería nada más que su compañía. No sabía ni yo lo que le estaba pidiendo, solo sabía que no quería que se fuera.

Ian se quedo mirándome serio un par de segundos antes de contestar.

- Si es lo que quieres por supuesto que me quedo linda, todas las veces que me lo pidas.- me arrastró a sus brazos depositando un suave beso en mi frente, despejando un poco mis nervios.- Ven vamos a la cama entonces.

Tomándome de la cintura caminamos en silencio hasta mi cuarto y apenas entrar me encerré en el baño dejando a Ian aún más desconcertado. Abrí rápidamente la canilla y me salpiqué con agua la cara, intentando despejarme. Esta no era yo, definitivamente, no era la chica con más confianza del mundo pero definitivamente no era de las que se esconden en el baño tampoco, pero había algo en Ian que me enloquecía totalmente, llenándome la piel de escalofríos y haciéndome sentir más nerviosa de lo que jamas me había sentido. Era una tonta, lo había invitado y ahora no sabía que hacer. Me lave los dientes y estire mi tiempo allí lo más que pude, intentando reunir algo de valor, o por lo menos conseguir ordenar mis pensamientos. Un golpe en la puerta me hizo saltar.

- ¿Esta todo bien Cathy?- se escuchó la voz de Ian amortiguada por la puerta.- ¿Puedo entrar?

Abrí la puerta para encontrármelo apoyado en el marco, arrebatadoramente atractivo como siempre, mirándome con ojos preocupados. De un paso entro al baño, haciendo que el espacio pareciera mucho menor, repentinamente colonizado por su presencia. Tomándome delicadamente del mentón me obligo a mirarlo fijamente a los ojos.

- ¿Qué pasa linda? - me dijo con toda la paciencia del mundo.

- Nada.

- No soy bobo Cathy, hace 15 minutos que estas encerrada en el baño después de pasar un día hermoso juntos, algo pasa.- me dijo dejando una caricia en mi mejilla que lograba derretirme - Podes contármelo.

- Es solo que... No quiero pasar la noche sola, después de ayer no quiero dormir sola, pero tampoco quiero nada más- le dije bajando la mirada.- Yo no, nunca tuve una relación de verdad, novios ni nada, y me gustas, mucho, pero no se hacer nada y no quiero apurarme.

Escuche como soltaba una risa ronca que podría haberme derretido de no estar tan nerviosa.

- ¿Es solo eso gatita?- yo asentí frenéticamente sin aún mirarlo- Que haya aceptado quedarme no quiere decir que este esperando nada, no voy a decir que no me gustaría si pasara algo, pero vos también me gustas y no voy a presionarte jamás Cathy. Si lo único que queres para esta noche es usarme de almohada y baberame yo encantado.

Soltando el aire que inconscientemente había estado aguntando y lo abrace con fuerza, murmurando un gracias con mi cara enterrada en su cuello, con lo que conseguí otra de esas fantásticas risas roncas, que le hizo reverberar en pecho hasta mí.

- Te quiero gatita, y quiero hacer las cosas bien entre nosotros, y quiero que siempre puedas hablar las cosas conmigo.- Terminó el dejando un beso en mi cabeza.- Ahora si no te importa querría robarte la ducha un rato, debería cambiarme el vendaje.

- Claro - le conteste liberandolo de mi abrazo de garrapata.- Voy a buscarte algo para dormir y una toalla.- Pero antes de salir pase mis brazos por su cuello uniéndonos en un beso lento, rozando mis labios con los suyos de forma suave, y mordiéndolos antes de separarme.- Gracias.

Iba a salir del baño cuando Ian volvió a atraparme en sus brazos para continuar un rato más el beso, apretándome con sus manos la cintura y pegándome a su pecho. Una parte de mi cerebro consideraba que una buena sesión de besos antes de dormir no iba a lastimar a nadie, mientras que mis hormonas descontroladas hacían una fiesta dentro de mí.

En el amor y la guerra, todo se valeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora