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     En el apartamento apenas junte a los muchachos les conté lo que había pasado con nuestro padre y el diario. Aunque debía ser más que extraño para ellos no dijeron demasiado, supongo que en esta vida uno terminaba acostumbrándose a estas cosas, pero yo no podía evitar sentirme como un fenómeno. La semana recién había comenzado y ya me sentía emocionalmente agotada y no pude contener mis lágrimas en la ducha, el peso de todo lo que había perdido con mi familia mortal golpeándome una vez más, las preguntas acumulándose sin ninguna respuesta. 

     Pasé mi mano por la fría superficie del espejo para quitar el vapor, mi imagen devolviéndome seriamente la mirada. Los mismos ojos marrones de pestañas cortitas, la misma cara levemente redondeada de cejas marcadas y labios gruesos, las ondas cayendo empapadas por mi hombro, como siempre lo habían hecho, pero veía los pequeños cambios que se estaban dando en mi. Me veía más fuerte, levemente más musculosa y algo cansada, parecía que las pequeñas cosas se acumulaban en mi, nuevas huellas. Contorsionandome un poco conseguí observar el tatuaje que decoraba mi piel, delicadas líneas negras que también habían pasado a formar parte de mi y mis cambios.

     Me vestí con un deportivo y un buzo grande que le había robado a uno de los chicos, ropa de confort para sentirme bien cómoda. En la sala esperaban Enzo y Andrés junto con Sele quien venía a compartir nuestra noche de películas, y aunque me gustaba tenerla allí también me sentía algo celosa de compartir a mis chicos, me habían vuelto una malcriada. Diego y Eric habían ido en el auto a comprar chatarra especial para la película, volviendo al poco rato con bolsas de McDonald's, un enorme tarro de helado y la película Crimson peak para ver. Tomando todos nuestros lugares en los amplios sillones y comenzando a devorar el festín pusimos la película.

     Dios si era sexy Tom Hiddleston, sobre todo con esa voz. Me hubiera encantado ver la cara de Ian si me escuchase hacer ese comentario, nunca se lo iba a confesar pero podía llegar a verse muy tierno cuando se ponía celoso, siempre y cuando luego volvía al mundo real y veía cuán ridículo era. Sin darme cuenta me encontré pensando en él y toda la locura que se nos venía arriba; yo nunca había tenido una relación de verdad de este estilo, pero podía imaginar que una guerra inminente y problemas de territorialidad no eran de ayuda. Pero mirando la forma en que Enzo y Sele se acurrucaban en el sillón, de forma casual y casi tímida pero ambos con sonrisas pintadas en el rostro me daba fe de que habían ciertas cosas que podían triunfar más allá de las circunstancias, después de todo si ellos lo intentaban por qué nosotros no íbamos a poder lograrlo.

     A medida que la película avanzaba los pelos se me iban poniendo más y más de punta, todo el rollo de las apariciones era verdaderamente espeluznante,y aunque no era demasiado fanática de las películas de suspenso no podía despegarme de la pantalla. Era alucinante como las personas podían producir historias tan entrelazadas y tenernos tan pendientes de lo que fuera a pasar, y aunque cuando terminó estaba considerablemente menos asustada aún tenía esa extraña sensación rondando. 

     La noche por supuesto terminó en una pelea de los chicos por quien era más sexy, Edith con su extraña inocencia o Lucille con el instinto asesino y todo el rollo del incesto. Realmente era ridículo escucharlos pero me hacía sentir bien, ya me estaba acostumbrando a sus locuras y tontas discusiones y me hacía sentir como en casa, más aún al ver como Sele sonreía desde el otro lado del sillón, feliz de poder formar parte de las tonterías. Tras ordenar todo y que Enzo se fuera a acompañar a Sele a su apartamento, aunque todos sabíamos que seguramente estaban revolcándose en el pasillo, por más que lo intentaban esos dos no podían mantener sus manos fuera del otro por demasiado tiempo, supongo que una mezcla de hormonas alborotadas y una sexualidad incrementada heredada de los dioses; hablamos un rato con los chicos de los cambios y lo poco que quedaba para que comenzaran a llegar los demás dioses, quise preguntarle a Eric sobre Prometeo pero finalmente decidí no arruinar la alegría de la noche, la oportunidad eventualmente se iba a presentar, pero ahora era mejor disfrutar de un poco de tiempo familiar. 

En el amor y la guerra, todo se valeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora