Capítulo 13

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Después de tener esa pequeña discusión con Tucker por teléfono Olivia se fue a dormir. A la mañana siguiente amaneció con un fuerte dolor de cabeza y un semblante nada bueno. 

—¿Está rico el desayuno verdad hijo? —preguntó mientras ayudaba a Noah a desayunar tratando de tener un momento agradable aunque en realidad se sentía fatal. Escuchó el timbre de su puerta—. Debe ser Lucy. Ven Noah.

Lo dejó sentado viendo dibujos animados en lo que abría la puerta.

—Buen día Olivia —saludó la joven con todo el ánimo del mundo.

—Hola Lucy.

—¿Te sientes bien? Porque te ves fatal.

—Sólo un dolor de cabeza que me está matando. Nada que no pueda aguantar —aseguró y se acercó a Noah—. Adiós mi amor. Trataré de venir lo más temprano que pueda... te amo.

—Te amo mami —respondió él con una gran sonrisa. Con esas 3 palabras ella podía resistir cualquier cosa en el mundo.

—Te llamo si llego tarde. Gracias Lucy. Nos vemos—se despidió—. Ah y me envías fotos de él y me llamas por cualquier cosa.

Sabía que Noah estaba bien cuidado pero siempre se preocupaba por él.

Todos los detectives habían llegado a la estación desde temprano y seguían investigando las pistas y la última agresión seguía sin cuadrarles el testimonio del testigo. Estaban esperando a que escena del crimen terminara con sus informes. 

—Buenos días —dijo Liv entrando a la unidad con muy mala cara—. ¿Tenemos algo nuevo?

—Teniente seguimos presionando a los de escena del crimen por el último informe —respondió Carisi y ella asintió.

—Dios, Liv que mala cara traes. Te ves fatal —dijo Fin preocupándose por su amiga y jefa. 

"Otro más que se suma a la lista de los que me ven fatal hoy. Ya quiero que termine el día" pensó. —Un dolor de cabeza Fin. Todo bien. Si tienen algo me avisan.

Se dirigió a su oficina. Como siempre tenía su café listo en su escritorio con una nota que decía "buen día Teniente" ella sonrió y siguió con su papeleo. Al cabo de unos minutos tocaron a su puerta, era Elliot. 

—¿También vienes a decirme que me veo fatal? —preguntó Liv seriamente y algo incomoda por como su sargento la miraba.

—¿También? —preguntó confundido. Él sólo escuchó la parte del dolor de cabeza—. Yo venía a traerte esto —añadió el entregándole una pastilla y una botella de agua.

—Gracias y siento lo de antes.

—Entiendo que el dolor de cabeza puede sacar lo peor de nosotros —dijo él sonriendo y saliendo de la oficina. 

"¿Cómo lo hace? ¿Cómo viene aquí con estos gestos y ese ánimo?" pensó sonriendo.

Mientras la teniente estaba en su oficina los detectives seguían investigando y formando teorías para resolver el caso. 

—Era de escena del crimen —informó Amanda a sus compañeros—. Están seguros que la herida del testigo es autoinfligida.

—Lo sabía. Sabía que no podía estar tan rápido ahí.

—Además es de la misma contextura del violador que han descrito las otras víctimas —afirmó Elliot—. Ayer revisé videos y fotos de los videos y tiene que ser él. Sino cómo nos explicamos la herida que se hizo.

Liv había salido de su oficina minutos antes y había escuchado todo.

—Hablen con la última víctima. Ya está en su casa. Quiero saber más del supuesto testigo y actual sospechoso —ordenó dirigiéndose a Elliot.

Reencuentros amorososDonde viven las historias. Descúbrelo ahora