Olivia, madre y mujer trabajadora, comprometida con su trabajo, nunca imaginó que su vida cambiaría por el regreso de su antiguo compañero. Elliot, ha experimentado tantos cambios en su vida desde que salió de Víctimas Especiales y lo único que dese...
Conversaron un par de minutos más y fueron al comedor. Elliot como buen anfitrión no dejó que nadie lo ayudara. Antes de ir con ellos a la sala había pasado a la cocina y había dejado la mesa lista.
—Todo se ve delicioso —comentó Alex una vez Elliot empezó a servir la cena.
—Ya verás que sí. ¡Ah! Si se comen todo hay postre.
—Si papi, sí. Yo quiero postre.
—Postre es la palabra mágica —murmuró Liv sonriendo también.
Empezaron a comer y todos elogiaron a Elliot por la comida, estaba exquisita como siempre. Después de separarse descubrió su talento para cocinar y amaba hacerlo para las personas que amaba
—Es lo menos que podía hacer. Estamos celebrando la llegada del nuevo miembro de la familia —añadió elevando una copa de vino mientras miraba a Alex y esta miró a Liv que echó a reír.
—Se me salió. Estaba emocionada y ¡pum! se lo dije.
—Estaba segura que se lo dirías. De hecho pensé que estabas demorando —aseguró y todos rieron.
—Felicidades a ambos —sonrió—. Espero que aún tengan espacio para el postre.
—Sorpréndeme cariño
—Te ayudo —ofreció Alex poniéndose de pie y caminando detrás de él hacia la cocina.
En el comedor Liv era interrogada por Allan y Noah por el misterio del postre y confesó que ella ni siquiera se había acercado a la cocina desde que llegaron así que tenían que esperar.
—Deberías enseñarle a Allan un día de estos eh —comentó Alex riendo mientras él sacaba el pastel del horno.
—Cuando quieras le doy unas clases. ¿No sabe cocinar?
—Si sabe pero al igual que yo, pues platos básicos para no morir de hambre. Tuvimos que aprender a vivir solos y más en Puerto Rico. A veces necesitábamos algo diferente —confesó—. Huele a gloria. Quien creyera que sabes cocinar y muy bien.
—Gracias —sonrió y le indicó donde estaban los platos del postre para que lo ayudara—. ¿Puedes sacar el helado que está en el congelador?
—¿Helado? ¿Pretendes que engorde antes de tiempo, no?
—Acabas de descubrir mi misión secreta —rió.
Elliot llevó el pastel al comedor y Alex lo demás. A Noah y a Olivia se le iluminó la mirada apenas lo vieron ingresar al comedor. Empezó a cortar las porciones del pastel de chocolate y a servirlas en los platos. En la mesa tenía tapado un recipiente con chocolate derretido así que una vez puesta la bola de helado de vainilla sobre el pastel de chocolate, puso generosamente encima de todo.
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