Capítulo 43 (+18)

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En tan sólo unas semanas su relación se había vuelto tan íntima. Ya no tenían vergüenza de mostrarse frente al otro tal cual eran, de demostrarse con caricias todo su amor, de darle rienda a la pasión y deseo. 

—Eres tan hermosa —susurró Elliot en su oído mientras seguía acariciando sus pechos con sus manos y besaba su cuello frente al espejo del baño—. No tenemos tanto tiempo como desearía... pero lo aprovecharemos, estoy seguro.

Ella sólo pudo gemir y asentir. 

Las manos de Elliot sobre su cuerpo la hacían perder la razón. Introdujo uno de sus dedos dentro de Olivia y ella se estremeció, no se lo esperaba. Empezó a moverlo, dentro y fuera hasta que añadió otro e hizo lo mismo. Seguían frente al espejo. Ella apoyaba sus dos manos en el mesón de baño ya que no confiaba en que sus piernas resistirían por sí solas, sentía que en cualquier momento no la sostendrían más. 

—Ell... Elliot... ¡Así!... mmm sí... tan cerca —decía ella sin poder formular frases completas de tanto placer que él le estaba dando. 

Besó muy cerca de su oído y mordió su lóbulo nuevamente. Su respiración era irregular, pronto llegó al clímax. Sentía sus piernas acalambrarse y él la besó intensamente como si su vida dependiera de eso. La sostenía muy fuerte aún pegada a su cuerpo. Ella sentía la erección creciente de Elliot muy cerca de su trasero. La dejó recuperar un poco el aire, quitó la bata de baño de Olivia y subió un poco una de sus piernas al mesón de baño donde ella aún apoyaba sus manos. Besaba su cuello y sus hombros, empezaba a excitarla nuevamente.

Olivia siempre se había preguntado cómo sería hacer el amor con Elliot pero lo que él le hacía sentir era mucho más de lo que ella alguna vez pudo imaginarse. Era como si la llevase a las estrellas. Sentía fuegos artificiales en su interior con cada orgasmo que él le hacía tener. Sentía su cuerpo temblar y estremecerse sólo con su toque. 

Elliot buscó una posición no tan incómoda para Olivia e introdujo su miembro en ella, gimió y jadeó al sentirlo dentro y muy profundo. Nunca lo había hecho desde atrás y ambos les pareció increíble. 

—Sí... Liv... te sientes tan bien mi amor —dijo perdido en el placer.

—Mmm... ¡Sí!... más Ell... así más fuerte.

Estaba tan excitada, si Elliot no la hubiera tenido entre sus brazos era muy probable que ella ya hubiera caído. Pronto llegaron juntos a un perfecto orgasmo, casi gritando el nombre del otro recuperaron su aliento y se dieron un baño rápido.

—Papá, Liv —gritó Eli desde una de las gradas, habían llegado primero y guardado puesto para todos.

—Buenos días —saludaron Olivia y Elliot a la vez.

Todos se saludaron con besos y abrazos.

—Creímos que ya no venían —comentó Kathleen.

—Tuvimos un pequeño retraso durante la mañana —respondió Elliot y miró a Olivia con una media sonrisa. Ella casi se atora con su respuesta y se sonrojó—. No sabíamos que desayunar.

—Eso sí porque tú conoces muy bien la ciudad —comentó Maureen.

—Voy a matarte ¿Lo sabes verdad? —susurró Olivia cerca de Elliot sólo para que él escuchara.

Él sonrió. 

Empezó el juego y todos animaban a Richard y a su equipo, las chicas gritaban, Eli y Noah también aunque el pequeño no entendía por qué lo hacían, sólo imitaba a los mayores. Al final del juego el equipo de Richard ganó y gracias a él. 

Reencuentros amorososDonde viven las historias. Descúbrelo ahora