Capítulo 58

1.7K 95 18
                                    

—Kurt me dio mucho gusto verte pero tenemos que irnos —se adelantó Olivia antes de seguir en ese reencuentro tan incómodo, habían pasado muchos años pero no había sido una situación muy agradable cuando los tres estuvieron juntos en un mismo lugar.

—El gusto fue mío. Quizás podamos tomarnos algo antes de que tenga que regresar a New York —respondió, tenía mucha curiosidad por saber de su vida así que no perdería el tiempo.

—Mañana regresamos a New York, no sé si se pueda pero quizás otro día allá —amablemente rechazó la invitación.

La cara de seriedad de Elliot era incomparable. No había dicho una palabra desde que se despidieron del ex novio de Olivia. Se acercaron al resto de la familia para poder irse y salieron de aquel lugar. 

—Papi —llamó Noah sentado en la parte de atrás del auto.

—Noah —respondió más serio de lo que hubiera querido—. Cariño ¿qué es? —preguntó al no escucharlo hablar.

—¿Estás enojado? —preguntó, era muy receptivo y se daba cuenta de muchas cosas a su alrededor para su corta edad.

—Claro que no, hijo.

—¿Falta mucho para llegar?

—Ya decía yo que te estabas tardando en preguntar —rió—. No, falta poco. Al llegar a casa de Kathy te cambiarás de ropa —añadió y el pequeño asintió, no quería molestar a su padre. 

Olivia seguía en silencio. Sabía perfectamente que a él le había incomodado la presencia de su ex en la ceremonia de graduación de su hija pero ella no tenía la culpa de eso.

Llegaron a casa de Kathy y sus hijos ya estaban ahí. Ellos salieron primero de la recepción ya que Liv necesitó nuevamente el baño. Olivia bajó primero del auto para ayudar a Noah a salir del auto. 

—Liv, déjame a mí. No cargues a Noah —pidió Elliot al ver las intenciones de ella tomando a su hijo.

—Yo puedo —aseguró—. Bien... hazlo tú —añadió luego de respirar profundo, no quería discutir con Elliot por algo tan tonto. 

Olivia subió a la habitación de Eli para cambiar a Noah de ropa y que estuviera más cómodo. Eli hizo lo mismo. Sólo los más pequeños de la casa lo hicieron. Elliot ayudó a Kathy con la comida mientras sus hijos se encargaban de la mesa. 

—¿Pasa algo? —se atrevió a preguntarle Kathy a Elliot ya que él mantenía la misma expresión de seriedad desde hace un par de horas.

—No, todo bien.

—Sabes que te conozco bien —sonrió—. Más de dos décadas conociéndote, Elliot Stabler.

Él rió por fin.

—Ahora que me lo recuerdas son demasiados años ya —dijo recordando cuando la conoció, había sido un amor de juventud, un amor loco pero amor al fin.

—Olivia tiene algo diferente.

—¿Lo tiene? —preguntó queriendo hacerse el sorprendido, él sabía perfectamente que tenía algo diferente.

—Soy mujer.

—Y lo sé, créeme.

—Muy gracioso. Sabes a lo que me refiero ¿no es así? —dijo alzando sus cejas y mirándolo fijamente, esa mirada decía que ya sabía todo y que sólo quería que tú lo reconocieras pero Elliot era fuerte ante los interrogatorios.

—No tengo idea —mintió—. ¿Esto va aquí o lo sacamos? —preguntó señalando un tazón con ensalada para desviar la conversación.

Ella le respondió y empezaron a sacar la comida para el almuerzo. Los chicos habían dejado a sus padres solos mientras ellos estaban en el jardín con Olivia, Noah y Eli. 

Reencuentros amorososDonde viven las historias. Descúbrelo ahora