Capítulo 52

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Después de bañarse juntos, se pusieron la pijama y se acostaron abrazados, acomodando su cuerpo al otro, sintiendo su calor como cada noche. 

—Liv —dijo Elliot después de besar su cabello—. ¿Te sentiste bien durante el día?

—Sí, estoy bien.

—Espero que le estés dando la importancia que merece a tu salud. Quizás es algún virus y debamos ir al hospital para que te receten.

—Voy a estar bien, te lo aseguro —respondió hundiendo su cabeza en el espacio que había entre el cuello y el hombro de él. "Se me pasará el virus en siete u ocho meses supongo... un virus llamado embarazo" pensó.

—Eso espero si no te llevaré arrastrando al hospital si es necesario.

Ella le dio un tierno beso en su cuello.

—No será necesario. Te amo. Hasta mañana —dijo queriendo terminar la conversación y dormir aunque sea un poco.

—Te amo más y hablo en serio.

—Lo sé.

—Descansa cariño —besó su frente tiernamente.

Después de unas horas Olivia no podía conciliar el sueño así que salió de la habitación haciendo el menor ruido posible para no despertar a Elliot. Fue a la cocina y se preparó un té. Dio vueltas por toda la sala para ver si al menos se cansaba y lograba dormir unas horas pero no, su cabeza seguía trabajando a mil sobre su embarazo. 

—Estoy embarazada —susurró en voz alta y se acostó en el sofá, era la primera vez que lo decía. Se había sentido tan extraño y tan hermoso a la vez—. ¡Dios! Estoy embarazada —repitió sin poder creerlo. "Estoy viviendo con Elliot, vamos a comprar una casa, vamos a tener un bebé. ¿En qué momento cambió mi vida tanto?... Pero no me arrepiento de nada, soy feliz. Por fin después de tanto puedo decir que soy completamente feliz" pensaba mirando fijamente el techo. 

Se quedó varias horas pensando en lo mismo, la casa, el bebé, Elliot, el trabajo, Dodds y todos los cambios que habría en su vida de ahora en adelante. Acarició su vientre plano, repitiéndose que dentro estaba creciendo un hermoso bebé, fruto del amor que ella y Elliot se tenían, eso le bastaba para amarlo. Un examen de sangre es muy confiable, no había duda de su estado.

Elliot se levantó de la cama al no sentir a Olivia a su lado y fue a buscarla. Caminó sin hacer ruido y ella como seguía distraída ni lo sintió cuando se acercaba. 

—¿Te sientes bien? —preguntó acariciando su rostro.

—¡Dios! —dijo Olivia dando un salto del sofá y tratando de controlar su respiración acelerada por el susto que se llevó—. Me matarás del susto.

—Deberías estar durmiendo —se sentó junto a ella en el sofá.

—Lamento haberte despertado —se disculpó ella y también se sentó pero apoyando su cabeza en su pecho, abrazándolo.

—No me despertaste, sentí un vacío a mi lado y vine a buscarte —depositó un beso en su cabello—. ¿Te sientes bien?

—Sí, no podía dormir y no quise despertarte por eso vine acá.

—¿En qué piensas?

—En el caso —mintió, fue lo primero que se le ocurrió.

—Liv.

—No me voy a estresar por el trabajo, lo sé. No tenemos que traer el trabajo a casa, lo sé también —contestó segura—. Sólo pensaba.

—Vamos a encontrar al responsable —ella asintió, le importaba el caso pero eso no era lo que ocupaba sus pensamientos en ese momento—. ¿Vamos a dormir?

Reencuentros amorososDonde viven las historias. Descúbrelo ahora