Capítulo 49

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—Nunca creí que te volvería a ver por aquí de nuevo, Stabler —se escuchó una voz en la entrada de la sala principal de victimas especiales, voz que se le hizo muy familiar.

—No puedo creer que estés de regreso —respondió Elliot con un gran abrazo.

—Creo que ambos nos hemos llevado una grata sorpresa. Ninguno de los dos pensó que nos volveríamos a ver.

—¿Esta era la noticia que nos querían dar al llegar? —preguntó a Fin y él asintió—. ¿Y Barba?

—Largas vacaciones. Stabler, no sólo tú mereces disfrutar unas vacaciones. A Rafael le hacía falta y bueno ya estoy aquí.

—¿Rafael? Se conocen y son amigos —afirmó y asintió—. ¿Todos los fiscales del país se conocen acaso? —preguntó y todos echaron a reír.

Olivia escuchaba risas desde su oficina y decidió despejarse un poco. Ya era tarde y les pediría a todos que se vayan a sus casas para regresar a primera hora del día siguiente a seguir investigando. También necesitaba ir a su casa y descansar, al parecer el regresar a trabajar luego de las cortas vacaciones le había sentado fatal. Se levantó de su asiento y volvió a sentir que el piso daba vueltas.

"Creo que es hora de descansar un poco. Suficiente por un día y más sin almuerzo" se dijo y salió para enviar a todos a descansar.

Todos llevaban horas viendo fotos y videos y casi no habían encontrado la mayor cosa.

—¿Desde cuando está en New York detective Stabler? —escuchó Olivia saliendo de su oficina masajeando su frente con una de sus manos y mirando hacia el piso.

"Esa voz, yo la conozco" se dijo.

—Más de nueve meses. Con un historial impecable desde que regresé, por si tenías dudas.

—Esto es un milagro —rió.

—¿Eres tú? —preguntó Olivia descolocada sin poder creer que estaba viendo a aquella persona que tanto extrañó por mas de cinco años y se sintió tan débil en ese momento como para mantenerse de pie.

—Era lo que nos querían decir los tres en la mañana —indicó Elliot con cara de preocupación y antes que terminara de hablar la vio en el piso—. ¡Liv! ¡Hey! Liv, despierta —la tomó entre sus brazos.

—¡Oh por Dios! —dijo Amanda.

—¿Llamo a una ambulancia? ¿La llevamos a un hospital? —preguntó Carisi sin saber para donde moverse.

—Llevemosla a su oficina —sugirió Fin.

Elliot asintió.

—Voy por alcohol y algodón ¿siguen en el mismo lugar?

Todos asintieron como respuesta.

Amanda, Carisi y Fin miraban con preocupación a su Teniente que estaba tan blanca como un papel y Elliot que le hablaba muy cerca pidiéndole que despertara. La había acostado en el sofá que tenía en su oficina.

—Aquí está. Elliot has que lo huela para que despierte. Si no lo hace la llevamos al hospital —extendió su mano con un algodón al cual había puesto bastante alcohol.

—Liv, vamos, despierta —pidió Elliot tomando su mano y ella empezó a removerse en el sofá.

—Ell —mantenía los ojos cerrados—. ¿Qué me pasó?

—Se acaba de desmayar en media estación Teniente —informó Carisi.

—¿Te sientes mejor, Liv?

—Sí Amanda, creo que sí.

—Te llevaré a un hospital.

—No, no, no. Estoy bien, Ell.

Reencuentros amorososDonde viven las historias. Descúbrelo ahora