Capítulo 82

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—¿Alguien dijo miedo? —susurró—. Esta noche puede demostrar lo que usted desee Sargento —añadió y mordió el lóbulo de su oreja.

—Liv.

—Tú empezaste. El que juega con fuego se quema mi amor.


—Vas a matarme —dijo Elliot sonriendo mientras se alejaba de ella o no se podría contener—. Te extrañé.

—No demoré tanto —respondió y él la miró entrecerrando los ojos—. Está bien, me demoré más de lo que dije. Ve a jugar con ellos —pidió Liv y volvió a sentarse en el césped observándolos. 

Adoraba tener el tiempo para verlos y escucharlos reír. Eran felices y ella más por escucharlos y formar parte de esa felicidad. Aprovechó en sacarles algunas fotos con su celular sin que se dieran cuenta. Tenía varias fotos de ellos así y eran las mejores. 

Descansaron unos minutos conversando un poco y luego seguían jugando. Así se pasaron toda la mañana hasta que fue la hora de almuerzo y Olivia decidió que comer. Volvía a morir de hambre. Por suerte nunca escogía ninguna comida desagradable para los demás. Los hijos de Elliot empezaban a adorar sus antojos.

Llegaron al restaurante. Olivia pidió un plato enorme de ensalada, papas y milanesa de pollo. Mientras los otros lo normal que comían siempre. Ella estaba algo ansiosa. Tenía que contarle a Elliot que se había encontrado con Tucker y tomado un café con él. No tenía nada de malo lo que había hecho pero sabía que el nombre "Ed Tucker" para él era nocivo. 

"Ningún momento es buen momento así que mejor ahora así no escucho reclamos por algo sin importancia" pensó Liv. 

—Me encontré con alguien en la cafetería hace rato —dijo Liv muy bajo sólo para que Elliot escuchara—. Por eso demoré más de lo que dije.

—¿Quién?

—Fue casualidad.

—¿No ibas a decirme? —agregó sin entender por qué no le dijo antes cuando le comentó que había tardado.

—Claro que si te iba a decir. Estaba... en la cafetería estaba Ed —dijo y su cara cambió por completo.

—Tucker.

—Le invité un café para conversar con él —comentó y siguió comiendo. 

Ellos mantenían esa plática muy bajito mientras sus hijos hablaban de lo que tenían que hacer en la semana. 

—¿Sólo eso? —preguntó serio y una llamada la salvó de responder a su posible interrogatorio. 

"Es mejor que no le diga que me besó muy cerca de los labios. Quizás más tarde" pensó. No quería que se enojara por algo que para ella no tenía importancia.

—Benson.

—Liv, sé que es domingo pero estamos en la casa de los Taylor —informó Fin.

—¿Qué sucedió? —preguntó preocupada dejando su almuerzo a un lado, todos en la mesa la miraban preocupados también.

—Un muerto, dos heridos. Creí que era oportuno que supieras. Amanda y Carisi están aquí —respondió queriendo darle a entender que no era necesario que ella fuera.

—En 10 minutos estoy ahí.

Cerró la llamada y tomó sus cosas para salir. El apetito se le había esfumado. Aún tenía la mitad de su plato sin tocar y lo dejaría ahí. No perdería el tiempo. 

—Tengo que irme —informó casi ida, sus pensamientos no dejaban de dar vuelta. "Quizás la mató y no hice nada por ayudarla" pensó enseguida.

Reencuentros amorososDonde viven las historias. Descúbrelo ahora