Capítulo 55

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Sábado y los Stabler no pudieron viajar a New York para visitar a su padre. Elliot y Olivia decidieron desayunar fuera y luego ir a Central Park como todos los fines de semana. 

—¿Te sientes mejor? —pregunto Elliot a Liv, quien como todas las mañanas había amanecido en el baño con náuseas y vómitos.

—Perfecta y muero de hambre —respondió sonriendo para que él quitara su cara de preocupación.

—Liv, esto ya no me gusta —dijo mientras se ponía una camiseta azul.

—A mí me gusta. Combina con tus ojos y no se te ve nada mal con ella —aseguró acercándose a él y acariciando sus pectorales.

—Sabes que no me refería a la ropa.

—Pues si te queda muy bien —repitió sonriendo y poniendo sus manos detrás del cuello de él.

—Me siento mejor de lo que me he sentido siempre —aseguró y lo besó.

Olivia escogió su cafetería preferida. Pidió para desayunar un plato inmenso de waffles con crema y chocolate y para tomar pidió un milkshake de chocolate. Estaba realmente hambrienta, sólo esperaba no descomponerse de nuevo en el parque. Elliot estaba sorprendido por todo lo que pidió Olivia y más cuando comió todo sin tener que llamar su atención. Noah estaba feliz con su desayuno, no siempre desayunaban con crema y tanto chocolate. Tendría mucha energía en el parque sin duda. Llegaron al parque y Noah corría de un lado a otro jugando con la pelota y con su padre. Olivia los miraba y sonreía. 

"Se ven realmente hermosos. Tendrás un gran padre y una gran familia mi amor" pensaba mirando su vientre y a su hijo jugando y riendo con Elliot. Sus miedos poco a poco se habían disipado. Estaba siguiendo el consejo de Mery, la enfermera, tenía que disfrutar y relajarse. 

—Nos observa mucho y juega poco, Teniente —bromeó Elliot sentándose a su lado y besando su mejilla.

—Vamos papi, vamos —pidió tomándolo de la mano y tratando de hacerlo levantar.

—Diez minutos cariño —quería descansar un poco y saber si Liv se sentía bien, además ya tenían horas jugando sin parar.

—Noah, papi está algo mayor y no puede jugar tanto como quieres — dijo Liv con una sonrisa y a punto de reír.

—¿Algo mayor? —preguntó alzando una ceja.

Ella asintió.

Noah se sentó un momento en medio de ambos.

—Noah, mami necesita lo que tú ya sabes —indicó él al pequeño con una sonrisa divertida. 

Olivia no entendía hasta que los dos se le fueron encima y empezaron a llenarla de besos y hacerle cosquillas.

—¡Un perrito! —gritó Noah contento cuando se les acercó un cachorrito donde estaban sentados.

—Es muy lindo —comentó Liv acariciándolo.

—¿Dónde estarán los dueños? —se preguntó Elliot en voz alta—. Quizás lo perdió algún niño —añadió mirando hacia todos los lados. 

El perrito se puso frente a Noah y se había acostado para que le rascaran la barriguita. 

—¡Luck! ¡Luck!

—Creo que es tu dueña —dijo Liv viendo el collar del cachorrito y ladró.

—Lo siento, aún lo entreno.

—¡Tía! —gritó Noah emocionado y parándose de inmediato a abrazarla, era un niño muy cariñoso.

—Alex —dijo Liv sin poder creer que la habían encontrado en el parque, era tan grande que no era muy común que la gente se encuentre por ahí.

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