Capítulo 94

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—Liv, ¿nos vamos? —preguntó Elliot serio al entrar en la oficina de su Teniente.

—Sí, ya salgo —contestó sin levantar la mirada de su escritorio.

Recogió unos papeles de su mesa, los metió en varias carpetas, tomó su bolso y salió de su oficina.

—Ya deberían estar en sus casas —comentó Liv a sus detectives.

—Documentación pendiente, Teniente —respondió Fin levantando una carpeta y ubicándola donde se encontraban los reportes terminados.

—Teniente, no sabemos qué fiscal nos pongan ahora y no queremos problemas con la fiscalía —añadió Carisi y ella respiró profundo.

—Lo continúan mañana. Vayan a casa —todos asintieron—. Hasta mañana.

Todos se despidieron de ellos y salieron de la estación. Se subieron en el auto en completo silencio.

—Traes trabajo —indicó Elliot al ver las carpetas que tenía sobre sus piernas cuando iba a encender el auto.

—Sólo es algo que quiero revisar esta noche.

—Son casos sin resolver —murmuró ya que hace más de dos semanas él había empezado a revisar algunos.

—Creo que encontré algo en estos que no había visto antes. ¿Quieres algo en especial para cenar?

—Yo debería preguntar eso.

—Yo prepararé la cena hoy.

Cuando llegaron a casa los recibió Noah con un gran abrazo junto a Oreo que les movía el rabo. Lucy conversó con ellos unos minutos hasta que un chico con el que salía fue a recogerla a la casa. Noah les contó todo lo que había hecho en la escuela y sobre cómo les había dicho a todos sus amigos que ahora era un Stabler aunque no podía pronunciarlo muy bien todavía.

Olivia fue a preparar la cena mientras Elliot jugaba un rato con su hijo hasta que se cansara lo suficiente para bañarlo. Ella solo escuchaba risas desde la cocina y sonreía por ello. Estaba mucho más relajada que hace una horas y cocinar para sus amores estaba ayudando mucho más a eso.

—Benson —respondió Olivia la llamada sin prestar atención a la pantalla.

—Hola, ¿cómo estás, Liv? —preguntó Alex mientras buscaba algún vestido de su armario para poder salir a cenar.

—Alex, bien ¿y tú?

—Igual de bien. No pude llamarte en la mañana y luego se me pasó pero estoy muy feliz por lo de la adopción de Noah —se disculpó ya que su amiga le había enviado un mensaje y ella por estar de cabeza en un caso olvidó responder—. Por fin Langan hizo algo bien.

—Él ha hecho muchas cosas bien desde que tengo a Noah conmigo.

—Lo sé. Lo sé. Es que aún no me acostumbro que no sea el enemigo —rió recordando cuando sus amigos habían interrumpido una cena entre Langan y ella.

—Pues no, ya no lo es. ¿Qué haces? —preguntó al escuchar a Allan de fondo preguntar qué corbata usar.

—Busco algún vestido para salir y Allan quiere que combine con su corbata —sonrió—. Los de la 12 tienen por costumbre cenar fuera cuando se cierra algún caso complicado. No recuerdo si te lo comenté.

—No, creí que sólo lo hacían los fines de semana —murmuró para nada cómoda, el último mes hablaba con su amiga lo más mínimo y de salir ni se diga porque ella se la pasaba haciendo planes con los de su nuevo trabajo.

—Creo que si por ellos fuera nos reuniríamos todos los días. Por cierto Liv, ¿cómo va lo de Rafael y el nuevo fiscal de víctimas especiales?

Reencuentros amorososDonde viven las historias. Descúbrelo ahora