Reencuentros amorosos

Capítulo 74

—No. Vine para contarte personalmente lo que pasó con mi jefe. Espero que nuestra amistad no cambie porque ya no trabajo aquí —dijo seria—. El fiscal general me lo dijo. Me lo advirtió al regresar. No era seguro que me quedara aquí. Entiendo que este ya no es mi puesto así que sólo tengo que esperar. Así lo dijo. Tengo que esperar a que el lunes me asigne una unidad. Quizás me envíen a homicidios o que se yo.

—Lo siento.

—Siempre lo supimos. Dejó de ser mi puesto hace mucho Liv.

Estuvieron conversando por varios minutos hasta que escucharon un golpe en la puerta de la oficina de la teniente y a Elliot ingresar. 

—Liv, lamento interrumpir pero un policía pregunta por ti al teléfono —comunicó Elliot.

—¿Un policía?

—Dice que una víctima de homicidio o suicidio no lo saben todavía, llamó a tu celular la última vez y que tiene tu tarjeta.

Ella agarró su celular y lo encendió, desde el martes en la tarde lo tenía apagado y ni se había fijado.

—Que pasen la llamada por favor, Ell.

Habló con el policía quien le contó brevemente sobre el cadáver encontrado . Noah había ingresado a la oficina y se sentó en las piernas de Alex para mostrarle como había avanzado su dibujo. 

—Tenemos que irnos —le comunicó Liv a Elliot y luego miró a Noah.

—Puedo quedarme con él. Ya sabes que no tengo que ir a trabajar —ofreció Alex mirando a Noah—. Si quieres después lo llevo con Lucy. Podemos ir al parque con Luck. Ya saben lo que le gusta jugar con él.

—No quiero abusar de ti.

—No lo haces, Liv. Yo te estoy pidiendo que me dejes pasar con Noah unas horas —contestó enseguida—. ¿Noah te gustaría ir conmigo y Luck al parque?

—¡Sí! —gritó emocionado—. ¿Puedo? —preguntó haciendo ojitos a sus padres.

—¿Puede? —preguntó Alex imitándolo y los dos sonrieron asintiendo.

Elliot, Olivia, Alex y Noah salieron de la estación era muy temprano aún, 9 de la mañana. A los dos primeros los esperaban en una escena del crimen y a los dos últimos el parque. Noah se despidió muy feliz de sus padres y prometió portarse muy bien. 

Alex prometió enviarles mensajes y fotos cada hora para que confirmaran que todo está bien con él. Les aseguró que se le daba muy bien cuidar de los niños y que si tenía algún problema los llamaría.

Elliot y Olivia llegaron a la escena del crimen donde ya estaba Melinda y habían acordonado el área, un callejón en una calle poco transitada y peligrosa de la ciudad. 

—Hola Melinda —saludó Olivia con una sonrisa, había extrañado a la forense la cual se había tomado largas vacaciones también.

—Melinda, veo que te sentaron muy bien las vacaciones.

—Hola Liv. Deja los halagos para después Stabler. Cuando me inviten a cenar por ejemplo.

—Bien, eso dale por hecho —sonrió—. ¿Qué tenemos?

—Hombre, de unos 18 a 20 años. Al parecer un suicidio. Tiene más de 24 horas de muerto.

—¿Por qué nos llamaron entonces? ¿Él tenía mi tarjeta? —preguntó Liv sin entender todavía que hacían en el lugar.