Capítulo 88

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Elliot llamó a Olivia varias veces para que despertara pero nada funcionaba así que decidió darse un baño rápido. Se recostó de su lado de la cama y se puso a su espalda. Besaba su hombro, cuello, mejillas, sien y en el espacio de cada beso le decía que era hora de despertar. La abrazó muy fuerte, levantó su blusa, acarició su barriga y susurró un "te amo".

—Ell tienes las manos heladas —se quejó dando un respingo y agarró sus manos.

—Vamos dormilona, arriba —repitió Elliot y ella rió.

—Quiero quedarme así un largo, largo tiempo.

—Apenas termine la fiesta nos quedaremos en cama todo lo que quieras —contestó besando su mejilla.

Una gota de agua cayó encima del rostro de Liv.

—Estás todo mojado, Elliot. La cama —regañó y se giró para verlo mejor.

—Bien, bien, dejo de mojar la cama. Tengo que vestirme antes de que mis hijos desbaraten todo antes de la fiesta.

Rió y le dio un corto beso. Empezó a vestirse mientras Liv se bañaba.

—Es increíble que todavía no sepa que voy a ponerme. Todos están listos y ya mismo vienen los invitados —dijo Liv frustrada mientras se sentaba en la cama cruzada de brazos.

—Mi vida, te verías bien hasta con una cortina puesta —aseguró Elliot con una sonrisa y ella le dio una mirada de muerte.

—Como tú no eres el que esta gordo y se ve gordo con cualquier cosa que se pone te das el lujo de bromear —murmuró alejándose de él y sacando tres vestidos del closet—. ¿Cuál de los tres? Elige uno.

Se quedó pensativo. "Si elijo uno se enojará pero si no lo hago dirá que no la ayudo. En serio se vería hermosa con cualquiera" se dijo observándola a ella de pies a cabeza, tenía puesta solo la bata de baño y su ropa interior.

—¿Entonces?

—¿El morado? —contestó más como una pregunta luego de respirar hondo, era un vestido magas largas que seguramente le llegaría a la rodilla.

—¿El morado? —preguntó poniendo los ojos en blancos—. Seguro parezco una remolacha con eso.

—¿Mejor el color menta? —preguntó él dudando, era un vestido del mismo largo que el anterior pero las mangas eran hasta el codo y escote en v.

—No estás eligiendo, Elliot. Ni siquiera los estás mirando.

—Cariño en serio se te...

—Ve a ver a tus hijos, Elliot. Ya entendí que no puedes ser útil en cuanto a ropa se refiere y si me vuelves a decir que me vería bien con una cortina pues dormirás en el sofá con una de pijama —dijo dejando dos de los vestidos en la cama y tratando de imaginar cómo se vería con uno de ellos frente al espejo

Él quiso reír por su ocurrencia pero no era el momento, la besó en la mejilla y bajó para ver si se olvidaba de algo que necesitarían en la fiesta.

Los Stabler y Noah que estaban seguros que dentro de poco también sería un Stabler veían una película en la sala para que el cumpleañero no sudara o se ensuciara antes de la fiesta.

Elliot bajó y escuchó todo muy callado. "La tormenta se avecina" pensó sonriendo. Ingresó en la sala y Noah fue el primero en pararse en el sofá para saludarlo y preguntarle por los invitados y la torta que sus tíos debían traer.

—Estás muy guapo hijo —aseguró mirando al pequeño de pies a cabeza.

—Apuesto papi. Eso han dicho mis hermanas —corrigió y todos rieron—. Tú te ves muy bien.

Reencuentros amorososDonde viven las historias. Descúbrelo ahora