Capítulo 102

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Elliot no pudo dormir esa noche pensando en todo lo que se venía en su vida. Sabía perfectamente que sería muy difícil convencer a Olivia de que entre Dani y él no volvería a pasar nada si la iba a tener durante seis meses en la estación.

Se levantó muy temprano esa mañana para preparar el desayuno de Olivia y Noah y esperar a sus hijos que llegarían mucho más temprano que otros fines de semana porque tenían que regresar el domingo en la mañana y querían aprovechar el tiempo con él.

 —Mami —susurró Noah desde la puerta de la habitación de sus padres—. Papi. ¿Dónde esta papi?

—Noah —murmuró Liv tratando de despertar pero en serio estaba muy cansada como para abrir los ojos—. Ven a dormir un poco más con mami.

—Está el sol mami —se subió a la cama junto a ella y se sentó—. ¿Y papi?

—No sé, cariño. Debe estar abajo —se restregó un poco los ojos—. ¿Me das un abrazo?

—Sí —se acotó de lado, le dio un beso en la nariz y como pudo extendió su brazo por su cuello—. ¿Esto es una almohada? —preguntó al sentirla entre los dos—. Está suavecita. ¿Puedo dormir con ella?

—Podemos dormir con ella los dos, ahora.

Él asintió con una sonrisa y Olivia lo pegó un poco más a ella. Le dio un tierno beso en la frente y cerró los ojos de nuevo.

—¿Y papi? —preguntó otra vez después de unos minutos—. ¿Papi se fue?

—Cielo, tus hermanitos y yo queremos dormir.

—Pero salió el sol —se sentó y puso su cabeza cerca de la barriga de ella—. Oigan, es de día. Tienen que despertarse porque iremos al parque —los bebés se movieron y él dio un gritito de felicidad—. ¿Ves mami? Ya me hicieron caso. Están despiertos.

—Sí cariño. 

Oreo entró ladrando en la habitación y trató de subirse a la cama pero como no pudo Noah lo ayudó.

—Shhhhh. Oreo, silencio —resopló al escucharlo ladrar casi en su cara y al sentir las patitas del cachorrito en su brazo intentando despertarla—. Cariño, creo que ya hablamos sobre subir a Oreo en la cama.

—Ya se bañó. Está limpio.

—Sí pero...

—Buenos días —saludó Elliot sonriendo. Noah saltó en la cama gritando por él y Oreo lo acompañó con un ladrido.

—Es sábado. Que alguien me explique ¿por qué estoy despierta a esta hora?

—Traje el desayuno, cariño —sonrió, dejó la bandeja con el desayuno completo en la cama y antes que Oreo se le fuera encima lo bajó de la cama—. ¿Qué hablamos sobre subir a Oreo a la cama?

—No tengo hambre. Quiero dormir, Elliot.

—¿Desayunas y luego duermes un rato más? —preguntó sonriendo. Ella resopló y se sentó en la cama—. Después me hago cargo de que nadie te haga ruido acá arriba. Lo prometo.

—Quiero hambre, papi.

—Se dice tengo hambre, cielo —Liv rió y Elliot sintió cómo se iluminaba la habitación con algo tan sencillo y tan perfecto a la vez como lo era su risa.

Desayunaron los tres y como prometió, Elliot se llevó a Noah para bañarlo y vestirlo. Como cada fin de semana irían al parque y después Kathleen los había invitado a almorzar y a celebrar su primera semana de trabajo. 

Olivia no pudo dormir más de lo que quería así que preparó la tina y se metió por unos minutos a relajarse en ella. No estaba de ánimo para un almuerzo familiar y menos para ir al parque pero tenía que hacerlo, por nada del mundo dejaría que Dani Beck y Dodds arruinaran su fin de semana.

Reencuentros amorososDonde viven las historias. Descúbrelo ahora