Capítulo 46

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—Parece como si la tierra se lo hubiese tragado teniente —dijo Carisi al teléfono.

—¿Qué dicen los vecinos? —preguntó Olivia desesperada, ya era pasado el mediodía y seguían sin alguna pista contundente que los llevara a Brenda.

—La gente no lo conoce mucho. Dicen que es amable pero nadie ha tratado tanto con él desde que se mudó.

—Teniente, es él —dijo Amanda desde el otro lado de la línea y Carisi logró escuchar algo.

—¿Sucede algo Teniente?

—Sí, nos confirman que las huellas del auto encontradas fuera de la cabaña del futuro alcalde coinciden con el auto que tiene él a su nombre.

—No hay ningún auto aquí, este edificio ni tiene estacionamiento.

—Carisi en algún lado de esa casa debe haber algo que nos indique donde está. Solo busquen —ordenó Olivia, no tenía tiempo para seguir pidiendo órdenes de cateo. 

Al cabo de unos minutos Carisi volvió a llamar, habían encontrado una foto del chico con su padre en una casa con un lago, por suerte decía en que condado pero aún tenían que averiguar la dirección de la casa. Amanda encontró la propiedad a nombre de su padre quien falleció hace poco pero había sido embargada. Olivia y Amanda se encontraron con Carisi y Fin a unos metros de la casa. Barba consiguió otra orden advirtiendo que era la última que sacaba para aquel caso.

Entraron a la casa silenciosamente en equipos de dos. Fin y Amanda revisarían arriba y Carisi y Olivia abajo. Minutos después no encontraron nada dentro de la casa pero escucharon un ruido y gritos en la cochera. Los cuatro corrieron y encontraron a la chica pataleando y suplicando por ayuda ya que el secuestrador estaba encima de ella. Si llegaban minutos más tarde era posible que lograra su cometido. Arrestaron al culpable y devolvieron a Brenda con sus padres. La señora Smith no había controlado su felicidad y agradeció con un abrazo a Olivia por haber encontrado a su hija. Henry Carter estaba mucho más recuperado y las dos familias se habían reconciliado ante semejante desgracia.

—¿Qué esperas para irte Liv? 

—Fin, me asustaste —respondió, estaba tan concentrada en dejar todo el papeleo del caso listo para poder irse.

—Anda, ya vete que me encargo de todo el papeleo.

—¿En serio lo harías? —sonrió.

—Sí y si no aceptas mi ofrecimiento ahora pues ya no lo haré —sentenció—. Te mereces unas vacaciones con Stabler, ya vete.

—¿Cómo sabes que me iré con él? —preguntó empezando a tomar sus cosas.

—Pues es tan obvio, Liv y tu cara te delata.

—¿Crees que el jefe ya lo sepa o se lo imagine?

—Tranquila Olivia que él solo mira hasta donde le llega la nariz aunque no estaría mal que se lo digas pero esa es otra historia.

Ella lo abrazó.

—Gracias, te debo una.

Salió de la oficina volando. Llegó a su departamento, se dio una ducha rápida, tomó sus cosas y salió rumbo a Long Island. Ya conocía la casa de la madre de Elliot por lo que no era necesario preguntarle la dirección y arruinar la sorpresa. Ellos habían hablado durante la mañana y casi al mediodía para informar cómo les iba. Hasta ese momento no sabían dónde podría estar la chica por lo que él no tenía idea que ya había regresado con sus padres. 

Bernie, Elliot y los chicos habían ido a dar una vuelta a la ciudad y comprar algunas cosas de recuerdo. Ninguno de ellos conocía tan bien Long Island por lo que ella hacía de guía y estaba encantada de poder hacerlo. Estaba en una de sus épocas tranquilas, nada de arrebatos, ni de extravagancia por lo que Elliot estaba relajado. Él trataba de no recordar todo lo que pasó en la infancia a su lado y por el momento le estaba funcionando. Regresaron a la casa y otra vez pidieron ir a la playa, el clima estaba perfecto.

Reencuentros amorososDonde viven las historias. Descúbrelo ahora