Aventura!!

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Muy temprano por la mañana nos levantamos animados y sin quejarnos (lo que es raro en nosotros por que odiamos madrugar) desayunamos en el hotel y rentamos un par de bicicletas, no hay nada como disfrutar de un buen paseo en bicicleta, el viento en nuestros rostros, el calorcito de este clima cálido, las cascadas, el follaje del paisaje, todo era hermoso y lo mejor la compania, no recuerdo haber visto a Chris tan feliz y relajado, sus ojos estaban llenos de asombro y curiosidad, en cuanto veía comida quería probarlo todo, por supuesto no le dejé, el cambio tan drástico podía causarle problemas ... después de pedalear un par de horas lleve a Chris a una de las experiencias mas alucinantes ....

- ¿Qué quieres decir?

- Bueno tu dijiste que te gustan los columpios, pues aquí estamos en el Columpio del fin del mundo

- Bueno tu dijiste que te gustan los columpios, pues aquí estamos en el Columpio del fin del mundo

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- En serio piensas que lo voy a hacer?

- Lo vamos a hacer!!

Le costó un poco arriesgarse, pero lo hizo, la sensación de libertad y de tocar el cielo es única, el corazón te late a mil al principio, pero cuando ves tal inmensidad la paz y la felicidad te inundan, o al menos esas fueron las palabras que Chris le dijo a un turista que dudaba...

En el lugar habían pocas personas y muy pocas nos reconocieron y al hacerlo se acercaron con sigilo y mucho respeto a pedir una foto, lo que nos agradó porque no pasó de eso, no hubo acoso y fueron bastante agradables...

Por la tarde regresamos al hotel, nos despedimos de Clarita y continuamos nuestra aventura en el auto rentado, en el camino hicimos canopi, senderismo, y hasta bungee jumping desde un puente, sí, ni yo misma creo que nos lanzamos desde un puente, confieso que lo hice sólo por la emoción de Chris y porque nos lanzamos abrazados, aunque estoy casi segura que en cierto momento él tambien quiso declinar, pero aun así lo hicimos, aunque juro que no lo vuelvo a hacer...

Fotos, tomamos muchas fotos, de todo. Finalmente llegamos a La Casa del Suizo, un resort en medio de la Amazonia Ecuatoriana...

- ¿Cómo es que no sabia de la existencia de este lugar??- se tiró cansado en la cama de la cabaña

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- ¿Cómo es que no sabia de la existencia de este lugar??- se tiró cansado en la cama de la cabaña

- Pues por que ni siquiera sabias que mi país existía!!- reproché - porque eres de los que creías que el Ecuador sólo es la línea imaginaria que atraviesa el planeta...- lo miré con falso enojó, Chris me dio una sonrisa culpable, me tendió la mano y cuando la tomé me halo haciéndome caer sobre él

- Quien iba a decir que a pesar de ser un completo ignorante, iba a tener entre mis brazos a la más grande belleza de Ecuador - su comentario me hizo sonreír - Dios, soy un maldito bastardo afortunado!!- negué con la cabeza mientras acariciaba su cabello, y bajaba mis manos para acariciar su rostro y delinear con mi dedo índice su frondosa barba, me pica? Sí!! Y la verdad me encanta, sus labios rosados me llamaban y yo no los iba a hacer esperar, lo besé con suavidad y cuando entreabrió su boca nuestro beso se hizo más profundo, sus manos pasearon por mi cuerpo y a su paso se llevó mis prendas de vestir, con movimiento delicado cambiamos de posición y ahora era yo quien estaba de espaldas al colchón, lo vi deshacerse de su camiseta y su pantalón, sentí como mi feminidad se contraía ante tal espectáculo, su torso tan bien definido, sus fuertes brazos, sus piernas y su potente erección, me besó con desesperación, levantó mi mano con la suya y las puso sobre mi cabeza, sus labios me recorrieron entera y yo me dejaba gustosa, su roce me excitaba, me hacia arder por dentro, y no, no era sólo placer carnal, era amor, lo sabía, lo sentía..

Su voz ronca y excitada en mi oído me hacían enloquecer - eres mi debilidad, mi fuerza, no sé que me hiciste, pero sea lo que sea me encanta - mordió mi lóbulo y sin esfuerzo alguno nos puso en pie, me tomó con fuerza por mi trasero y me levantó en el aire, enrollé mis piernas alrededor de su cadera y me llevó hacia la hamaca que estaba en la esquina de la cabaña, la ajustó para que quedará más alta y me sentó en ella, se arrodilló en el piso y hundió su cara entre mis piernas, besó la parte interior de mis muslos y sentí su suave lengua acariciando mi feminidad, la misma que al sentir tal caricia lubricaba más y más, con su hábil boca me llevó a la gloria mientras sus manos se apoderaban de mis senos, agradecía tener la cabaña más apartada, o mis gemidos asustarían (o excitarían) no sólo a los otros huéspedes, probablemente a los animales tambien...- dime si te gusta lo que sientes - dijo mientras mordisqueaba mi clítoris, mis jadeos respondieron su pregunta - adoro tu sabor, tu olor, eres deliciosa - besó mi monte de venus y subió hasta mi boca - te deseo, te quiero sólo para mi - me apretó hacia él, de pronto sus caricias dejaron de ser suaves y comenzaron a ser salvajes y agresivas, me tomó con fuerza del cabello, y me devoró la boca, mordió con fuerza mi labio, y cada vez me tomaba más fuerte, era excitante, me levantó una vez más y me recostó sobre el escritorio, sin delicadeza abrió mis piernas y entró en mi con fuerza, ese lado rudo me estaba desarmado, era tan cavernícola y exigente que me encendía más, sus embates eran letales, fuertes, profundos - si, si oh si Chris - balbuceaba con dificultad nublada por el placer, se hundía en mi cada vez con más fuerza, pensé que el escritorio se rompería, entonces me alzó y en el aire me dio una nalgada, que me ardió, pero me dejó con ganas (acaso me estaba volviendo masoquista?), su boca buscó nuevamente la mía y tras morder mis labios, me puso en el piso, me admiró unos segundos y fue ahí que aproveché para tumbarlo en la cama, me monté sobre él y enseguida llevó sus manos a mis caderas, lo montaba como si estuviera encima de un poderoso corcel, la combinación de sus movimientos y los míos nos envolvían, yo hace rato que me había corrido y estaba por hacerlo por tercera o cuarta vez (a estas alturas ya había perdido la cuenta), Chris hizo presión con sus manos sobre mi espalda para que me inclinara sobre él, y entendí lo que quería, así que le serví mis pechos para que se saciara, Dios como amaba la forma posesiva en que los tomaba, su desesperación y ansias por probarlos me quemaban, lamió mis pezones, los mordió, los succionó e hizo y deshizo conmigo, me recostó de lado en la cama, se arrodilo, levantó una de mis piernas, y se acomodó dejando la otra entre las suyas, con sus manos levantó mis caderas mientras su erección me penetraba, pero que creativo se puso!!, juraría que tocó hasta mi estomago sin exagerar, el ritmo devastador que manejaba nos llevó a un orgasmo sublime, sudados, agotados y más enamorados que nunca nos abrazamos y besamos, pasó un rato para que nuestras respiraciones se normalizaran, y cuando nuestros cuerpos estaban alcanzando tal paz nos quedamos dormidos....

Los sonidos de la selva nos encontraron enredados entre las sabanas, un pequeño jugueteo y unas cuantas provocaciones desembocaron en media hora de entrega más, no tan pasional y salvaje como la de la noche anterior, pero llena de placer y amor, lo repetimos en el cuarto de baño mientras nos duchábamos y tambien después de desayunar.... No sé si lo hacíamos porque estábamos consientes de que nuestra separación física por nuestras agendas estaba cerca e intentábamos disfrutarnos o por simplemente ser unos calenturientos sin remedio, o talvez sean las dos....

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