Por extraño que parezca, después de la visita de Scott y los amigos de Chris a nuestro departamento en Nueva York, no volví a saber de ellos en largo tiempo. Incluso aunque quise preparar la comida que tanto le había gustado a Scott para su cumpleaños no pude hacerlo porque Chris mencionó que el menor había ido a Los Angeles. Así que por largo tiempo nos mantuvimos sin noticias de ninguno, con excepción de Josh claro, que trabaja para Chris.
Hasta que una tarde de noviembre, el hermano menor de mi novio se presentó en la casa. El timbre resonó varias veces antes de que pudiera llegar a la puerta con Dodger detrás de mi.
- Hola - solté curiosa y algo sorprendida de que Scott no usara su llave.
- Hola - su voz era apagada al igual que su semblante, se balanceó sobre sus talones antes de levantar la vista - ¿puedo pasar?
Asentí extrañada por su actitud y me hice a un lado para que él entrara. Dodger saltó alrededor del oji azul y éste le mostró una sonrisa apenada mientras le acariciaba la cabeza.
- También te he extrañado - le dice en respuesta de los ladridos emocionados de mi bebé perruno.
Como ya es un ritual en casa, Scott se retira los zapatos y los deja en el mueble designado en la entrada junto a la mesita donde solemos colocar las llaves. O al menos lo intenta pues Dodger le dificulta la tarea, por eso llamo a mi perrijo, este se tumba a mis pies para que le haga mimos y le rasque la panzita, cosa que hago encantada y así espero ganarle un poco de tiempo al recién llegado.
El carraspeo de Scott me hace levantar la vista, palmeo un par de veces el lomo de Dodger para que me deje poner en pie y dejo un beso en su cabecita cuando obedece.
Sin decir nada le sonrió a Scott y le hago una seña con mi cabeza para que me siga hasta la cocina.
El da una mirada a todo lo que tengo en el meson y debe pensar que estoy loca por todo lo que tengo allí.
- Estoy preparando la cena.. - me excuso e intento recoger un poco mi desorden. - sé que eres alérgico a los camarones, pero tengo unas piezas de pollo adobadas si nos acompañas a cenar. - ofrezco y puedo distinguir una mueca de aprensión en su rostro - Hum... supongo que querrás hablar con tu hermano... Chris llegará un poco tarde, no sé si te lo mencionó..
- De hecho vine a hablar contigo.
Su declaración me sorprende y yo ruego en mis adentros que no haya venido en búsqueda de una confrontación porque de verdad esperaba que nuestra relación estuviera saneada.
- Claro... hum sólo deja que lleve esto a la nevera - digo tomando en mis manos el bowl donde tengo a los camarones marinándose.
El rubio asiente y me mira mientras me quito el delantal, me lavo las manos y entonces lo invito a que tome asiento en el desayunador.
- Tú dirás..
Jamás pensé que vería llorar a Scott de la manera en que lo vi. Su relato, pero sobretodo su llanto me tomó por sorpresa y estrujó mi corazón. Nunca se me cruzó por la cabeza la idea de que él se pusiera a investigar por sus medios lo sucedido con James. Y ahora que lo sabía todo se sentía terriblemente mal, en sus propias palabras dijo odiarse así mismo por el desprecio y los desplantes, que me había hecho al desconocer la realidad.
Yo también lloré junto a él y lo abracé tan fuerte como pude para consololarlo.
- Lamentó tanto que lo hayas perdido - musitó limpiando su nariz al referirse a mi bebé - Pero más lamento haber sido una carga, haberme comportado como un completo idiota, una molestia en vez de ser de ayuda.
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Aprueba De Todo
Randomes la historia de dos famosos que están por conocerse e iniciar la mejor parte de su vida al estar juntos, un amor que tendrá que atravesar miles de barreras, enfrentarse a la opinión pública, pero que con cada victoria se va haciendo más fuerte...