ROTA

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P.o.v. __________

En la vida había recibido varios golpes, pero sin duda este era el más doloroso.

En mi mente está fresco el momento el que me tocó escuchar la voz afligida de Mike, mi genico-obstetra  indicándome que mi bebé estaba muerto, que tuvieron que abrirme para sacarlo de mi matriz. Sé que dijo más que eso, habló de las demás heridas y cicatrices que tenia, pero seguramente, el que dijera que ya no tenía más a mi bebé, es un momento que no olvidare jamás en la vida.

Al darme el alta, me han transportado con muchísimo cuidado hasta nuestro departamento, estoy completamente agotada, tanto física como emocionalmente. No he hecho otra cosa que no sea llorar en silencio, porque ni siquiera tengo fuerza o palabras para describir mi dolor, ni siquiera sé quien soy. Con lo único que me identifico ahora es con esa sensación que te deja aquella frase que una vez escuché:

"Cuando pierdes a tu esposo o a tu pareja te conviertes en viuda, si te quedas sin padres te conviertes en huérfana, pero perder un hijo es tan doloroso, va tan en contra de la naturaleza que no tiene nombre"

y es así como yo me siento, no tengo una identidad, no sé que soy, no tengo idea de en que me convertí.

Chris y quienes nos han acompañado hasta el departamento murmuran cosas entre si, al parecer han decidido dejarme descansar y se despiden del rubio, después de dejarme en cama.

La herida física aún me duele, pero no tanto como me duele el alma, sólo quiero dormir y no despertar jamás.

Chris y yo no hemos hablado, sólo hemos llorado juntos, y aunque no lo ha dicho, está en su completo derecho de culparme por lo que sucedió.

***

Han pasado dos días desde que llegué al departamento, a penas hoy estoy un poco más consiente del lugar donde me encuentro, me he dedicado a estar en cama todo el día durmiendo, por voluntad propia y por los medicamentos que me recetaron.

Un pequeño haz de luz ha logrado penetrar la cortina de la ventana y mi vista se ha quedado pegada a el.

De pronto la puerta de la habitación se abre y veo a Chris entrar, está ojeroso y desaliñado, su barba está desordenada al igual que su cabello.

Detrás de él se abre pasó Dodger, para gran sorpresa no entra corriendo, más bien lo hace con mucha cautela como si lo hubieran instruido, de manera suave se acerca hasta el borde de mi lado de la cama y empieza a olfatearme, entonces lo siguiente que hace me desarma..

Dodger huele mi vientre y empieza a llorar, se ha dado cuenta que ya no hay nadie allí dentro, sus orejas estan caidas mostrando su triteza, el cariñoso can coloca su cabeza sobre mi regazo y aulla con dolor, lamentando la pérdida de quien esperaba fuera su hermano humano.

- Lo sé cariño, lo sé - logró articular con mi garganta seca y vuelvo a llorar acariciando la cabeza del can que me acompaña en mi dolor 

Chris en cambio se ha quedado de piedra, tomado del pomo de la puerta como si eso fuera lo único que logrará mantenerlo en pie, mientras sus mejillas se llenan de lágrimas.

Dodger aulla nuevamente mirándo al rubio y este no demora en acercarse a nosotros, sé sienta en la cama y me rodea con sus brazos y su accionar tiene en mi un efecto aún más  devastador, logrando que lloré como no lo he hecho hasta ahora, dando voces y gritos, que muestran lo rota que estoy.

Después de aquel episodio, decido no volver a llorar, Mike y Jeff, mis medicos y todos al rededor dicen que debemos continuar, que la vida sigue, pero ninguno de ellos sabe que en realidad yo ya estoy muerta.

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