14-Verdades

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-Dime una cosa Degel, tú... amas a Shura?

Camus preguntó tranquilo pero su corazón era un hervidero de sentimientos encontrados... tenía en su regazo una carta y la leía una y otra vez... 

-No quiero hablar de eso, Camus... sabes que padre me casará con él quiera o no... no es justo!

-Yo... yo podría hablar con padre e intentar convencerlo... Shura vendrá pronto a visitarnos...

-¿Qué? ¿Cómo lo sabes?

Degel se desesperaba porque se le acababa el tiempo antes de su inevitable destino junto al español.

-Nos escribimos seguido...

Sin darse cuenta, su sonrisa se había hecho presente y su mirada tenía un brillo que su hermano conocía muy bien.

-¿Desde cuándo tienes comunicación con él? jamás lo supe... a mí nunca me ha escrito...

 -Desde que volvimos con Kanon y Saga nos hemos escrito casi mensualmente.

Él me hizo un regalo al partir, dos en realidad... una tiara de oro blanco con un zafiro igual a mis ojos...

Se ruborizó al recordar las palabras escritas en la dedicatoria del presente: -"Un zafiro perfecto que es sólo opacado por la belleza de tu mirada".

-Y un peluche en forma de copo de nieve, que también traía una leyenda: "este copito es como tú, hermoso, frágil, único e irrepetible"... 

-Camus... tú lo amas?

Sería terrible para su pequeño hermano si él se casaba con la persona que amaba.

-Yo... sí... no es de ahora... pero él me ve como un amigo, un chico dulce... no me ve como un hombre...

Sus ojos se cristalizaron y las lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas.

-Seguro que vendrá a formalizar su compromiso contigo...

-Lo siento tanto, hermanito...

Degel lo acarició pero él se corrió evitando el contacto y dejando a Degel confundido con su actitud.

-¿Me culpas a mí? yo no quiero casarme...

-No... lo lamento... sé que no quieres este compromiso ni al príncipe... pero no puedo evitar sentir que es injusto; para él sería lo mismo, no nos quiere a ninguno de los dos, pero yo sí lo amo y podría intentar hacerlo feliz si me dejaran casar con Shura...

-Padre no permitirá que te cases siendo tan joven, uniéndote en un matrimonio arreglado... yo soy el que debe hacerlo... padre sabe que lo amas?

-No... sólo Kanon lo supo desde siempre y ahora tú... 

-¿Por qué nunca me lo dijiste?

La voz de Krest sobresaltó a los dos príncipes

-¿Desde cuando estás escuchando, padre?

Degel preguntó curioso mientras que Camus se mantenía callado, pálido, sin hacer contacto visual con su progenitor.

-El suficiente tiempo para darme cuenta que mis hijos no tienen confianza en mí como para contarme sus sentimientos.

Su voz sonó dura, más de lo que pretendía el rey y provocó el sollozo de su segundo hijo.

-No era mi intención ofenderte, yo sólo no quería pasar por sobre tu decisión pero... eso no evita que me duela... yo lo amo padre...

Su llanto copioso desgarraba al rey pero eso no cambiaba la situación.

-¿Entiendes que debo hacerlo, Camus?

No era una pregunta, era retórico, pero de todos modos el joven no respondió, sólo se quedó en silencio con el rostro apoyado en su pecho, la congoja aún presente... podía decirle tantas cosas a su padre pero sólo expondría sus sentimientos sin razón... la voz de su padre se escuchó de nuevo

-No quiero volver a hablar del tema...

Salió del lugar pero se quedó apoyado en la pared junto a la puerta; escuchó con todo el dolor del alma, romper en llanto a su hijo menor, diciéndole a su hermano con el alma destrozada

-Degel, ayúdame... qué hago con lo que siento? siento que se me rompe el corazón... lo amo tanto...

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España, días después

Shura no daba crédito a lo que leía, era una carta del rey Krest donde le prohibía que siguiera escribiéndole a su hijo más joven, le decía que no era apropiado hacerlo cuando estaba a pocos meses de desposar al príncipe heredero...

El príncipe ibérico no pudo más que estallar en cólera, alertando a su padre que se acercó a averiguar lo que sucedía con su hijo.

-Debemos ir a Francia, padre! el rey Krest me ha prohibido seguir mi amistad con Camus, no quiere que le vuelva escribir y no es justo!

Ya demasiado que debo casarme por obligación con Degel! No tengo nada que reprocharme en mi relación con el pequeño príncipe, es un chico increíble, lleno de vida y sentimientos hermosos... tiene pureza de alma, una inocencia única... mi Copito es paz en mi vida...

-¿Copito? tu Copito?

-Es mi manera cariñosa de llamarlo y a él le gusta...

Su mirada se perdió en algún recuerdo y una hermosa sonrisa se instaló en su rostro.

-¿Puedo preguntarte algo, hijo? ¿Acaso amas a ese niño?

Para el rey era inusual ver sonreir de esa manera abierta y sincera a su heredero.

-Yo... nunca lo he visto como algo más que un dulce niño pero... 

-No digas más, Shura... debemos viajar a Francia y dar por finalizada esta situación.

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-Kanon, qué está sucediendo con Camus?

Krest hablaba preocupado con el instructor de su hijo menor; su salud estaba desmejorando, su mirada no tenía brillo y apenas si comía. 

-Con todo respeto, majestad, usted mejor que nadie debe saber qué le aqueja a mi pequeño príncipe... usted le quitó lo único que le daba alegría... ya no tiene ganas de seguir los entrenamientos, no le interesa cuidar sus huesos...

-Justo tú me vienes a decir que Shura es bueno para mi hijo? Tú, que viviste en carne propia su falta de amor y consideración hacia los demás?

Kanon miró al rey pensando en su respuesta... sabía que mucho dependía de ella...

-Majestad, yo viví un infierno por su culpa, pero fue en el pasado y él cambió... cambió por Camus; lo ví cambiar día a día, buscando la aprobación de su hijo... su niño destrozó todos los muros que Shura tenía a su alrededor... cuando estaba convaleciente, yo podía escuchar lo que hablaban y le aseguro que no queda rastro del hombre que yo conocí hace años... Majestad, no aleje a Shura de Camus, mi niño se está dejando  sumir en la desesperanza...

-No es fácil Kanon... tengo muchas dudas... él es mi retoño y moriría si alguien lo lastimase como tú fuiste lastimado...

-Majestad... Shura lo hace feliz con una simple carta y en este momento él sufre por su actitud... usted lo está lastimando mi rey...

Enemigo íntimoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora