Kanon había sido sedado porque durante la tarde había tenido la presión desestabilizada y lloraba sin control llamando a gritos a Ángel...
Degel se había llevado a Apolo a otro sector del palacio y lo había dejado al cuidado de Marié y Antoine porque, desde la tarde, también estaba muy alterado...
Ya había vomitado varias veces, se sentía mareado y decía que podía sentir que Ángel sufría mucho...
Saga era un caos, su niño menor desaparecido, el mayor que sentía y asimilaba lo que sufría su gemelo y Kanon, destrozado por los nervios, estaba sedado...
Él sabía que Kanon percibía el dolor de su hijo, no era la primera vez que somatisaba lo que le ocurría a sus retoños...
Habían pasado por fiebres altas, neumonía y Kanon siempre hacía eco del padecimiento con su propio cuerpo...
Estaban armando estrategias para dividir los rastrillajes cuando un paje les alcanzó una nueva carta, dirigida a los padres del peliazul, así, sin nombres ni nada... sólo "el peliazul"...
Con sus manos temblorosas y los nervios de punta, Saga tomó el sobre y lo abrió pero ni siquiera terminó de leer.
Sus piernas se aflojaron al no soportar su peso y cayó en brazos de Shura, que apenas pudo sostenerlo.
Tomando la carta, la leyó en voz alta y se quebró al momento... sus hijos ya no estaban juntos, los habían separado peligros diferentes...
Se pedía rescate por el gemelo pero no había noticias del príncipe... y había más, el captor de Ángel era un sádico y ya estaba haciendo de las suyas con el adolescente...
¿Dónde estaba Emmanuel, si no estaba con el gemelo?
La desesperación aumentaba y, aunque pensaban cumplir con todo lo pedido, sabían que, con suerte, eso los llevaría a Ángel... ¿y Emmanuel?
Sacaron el dinero de las arcas reales y los notarios del reino, hicieron en cuestión de horas el papeleo para darle el pase de salida del país al captor...
Ya tenían todo listo para el anochecer y se pusieron en marcha hacia el lugar pactado. Iban Shura, Saga, Degel, Francisco y Krest, con toda la escolta de ambos reinos y una carroza con implementos de emergencia...
Llegaron al lugar que decía la carta, acomodaron la bolsa con el dinero y los papeles requeridos en el árbol que allí había... clavado con un cuchillo, había un mensaje que decía:
"Encontrarán al peliazul en la cabaña pasando el río...
Se tardaron demasiado, los creí más interesados en mi hermoso trofeo...
Lo que encuentren será obra suya y no mía... ese niño me dio lo que siempre deseé: libertad..."
Saga se sentía morir, era una pesadilla y su pequeño niño... no quería pensar en lo que encontrarían a pesar que lo que más deseaba en la vida era volver a ver a su retoño y cobijarlo en sus brazos.
Tomó su caballo y sin decir nada, galopó a toda velocidad hasta llegar al río y divisar la cabaña. Shura lo alcanzó y puso su mano en su hombro en señal de apoyo.
-Ya pronto estarás con Ángel, amigo...
-Estoy aterrado Shura... Kanon somatisa a los chicos y si algo le pasa a Ángel, puedo perder a ambos...
-Todo saldrá bien, recuperarás a tu familia...
-Eso espero y también que encontremos al príncipe... gracias por todo, Shura... no sé qué hubiera hecho sin su apoyo... tú aquí conmigo, Camus con Kanon...
-Para eso somos los amigos, Saga...
Una casi imperceptible sonrisa fue la respuesta del gemelo mayor; comenzaron a cruzar el río.
Sabían que había lugares por donde llegar más rápido pero no querían perder de vista la cabaña.
El camino era difícil, el lecho del río era pedregoso y conforme avanzaban, la profundidad y las corrientes empeoraban...
Estaban cerca de la orilla, habían estado más de dos horas en el río y los caballos estaban exhaustos...
Salieron del agua y los dejaron atados bajo árboles frondosos para que pastaran y descansaran...
La cabaña no estaba lejos y Saga emprendió una carrera para llegar a donde su hijo lo esperaba...
Le faltaba el aire, su corazón parecía estallar de la ansiedad que lo consumía... ya estaba tan cerca, sólo unos cuantos metros más y...
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-¿Dónde está Saga? Quiero que vuelva Ángel a mi lado...Kanon lloraba entre dormido y Camus lo abrazaba tratando de transmitirle confianza, algo difícil puesto que él estaba igual de desesperado...
-Alteza, un hombre quiere verlo y hablar con usted... dice que es muy importante... sobre los jóvenes...
Camus se levantó al momento y dejando un beso en Kanon, salió rápido de la habitación.
En la sala un hombre no muy mayor le esperaba; caminaba de un lado a otro nervioso... él no debía estar allí pero su consciencia no lo dejaba dormir tranquilo...
-¿Usted desea hablar conmigo sobre mi hijo y mi ahijado?
El hombre hizo una reverencia ante el consorte del rey y no pudo evitar perderse en la belleza madura del galo...
Era bien sabido en el reino que con sus treinta y siete años, Camus seguía teniendo ese ángel que enamoraba... los españoles lo amaban y se enorgullecían de que su imagen los representara en el mundo, junto a su adorado rey Shura...
-Sí, alteza... yo... a mí me pagaron para que abriera un paso por donde entrar y salir del reino... nunca me dijeron el motivo y lo averigüé demasiado tarde...
Hace tres días, un hombre cruzó la frontera llevándose a los chicos... yo estuve hasta anoche en guardia pero no he podido dejar de pensar un momento en ellos...
Sé adónde los llevaron y quién está detrás de esto...
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Saga seguía su carrera cuando una fuerte explosión voló en pedazos la cabaña...
Los trozos de madera incendiados caían por todos lados y el fuego consumía todo lo que quedaba...
El gemelo gritó con todo su ser su desesperación: su hijo estaba allí, lo había perdido para siempre...
-Ángel! Ángel! Hijo...
No había quedado nada de la cabaña, si había algo o alguien dentro, ya no habría forma de saberlo...
Cayó de rodillas al suelo y Shura lo abrazó fuerte pero sin saber qué hacer, qué decir para paliar su dolor...
Mil cosas cruzaban la mente del rey: ¿y si habían hecho lo mismo con Emmanuel? ¿y si nunca más sabía de su amado hijo y heredero?
Unos ruidos extraños se escucharon, eran gritos un poco alejados de lo que quedaba de la cabaña... se acercaron sigilosamente y lo que vieron les heló la sangre.
Camus y Kanon estaban parados allí, frente a un hombre que estaba de rodillas...
Camus sostenía un bulto en sus brazos y el gemelo apuntaba con su espada al hombre hincado.
-No tienes derecho a un juicio... no tienes derecho a nada... yo... yo he vivido siempre siendo justo y correcto con todos... y tú qué haces? Te llevaste por dinero, lo más puro que hay en mi vida y... torturaste y ultrajaste a mi bebé, lo destrozaste... no tienes perdón... mírame...
El hombre levantó su mirada para encontrarse frente a frente con la imagen madura del adolescente que había profanado...
Era idéntico y entendía que esa belleza de hombre era la madre del joven... un rostro hermoso ahora distorsionado por el odio y la sed de venganza... suspiró y esperó la estocada.
La espada de Kanon se hundió en su corazón, ni siquiera un quejido se oyó.
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Enemigo íntimo
FanfictionUna guerra inminente, una amenaza mortal a dos países pacíficos y blancos fáciles para sus enemigos, pero enemistados entre sí... una alianza que se cumplirá sacrificando lo más sagrado de sus regentes: sus hijos... Disclaimer: Los personajes perten...