86- Propuesta aceptada y una entrega total

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Shura los esperaba en su despacho, en un sillón de un cuerpo y su sonrisa se ensanchó al verlos entrar.

Saga traía a Kanon abrazado por la cintura y se notaba tristeza en el menor. Hicieron la reverencia como siempre y se sentaron a platicar.

Los ojos llorosos del gemelo no pasaron desapercibidos por Shura, quién no quiso indagar sobre sus motivos pero le preocupaba.

-Los he citado juntos porque deseo hacerles una oferta, que espero tomen en cuenta, lo analicen y luego me dirán si aceptan.

Los gemelos se miraron entre sí, luego al rey y asintieron.

-¿Qué podemos hacer por su majestad?

-Quedarse a vivir aquí, no en España, cerca... para estar junto a sus hijos y sus familias próximas a formar.

Kanon suspiró agitado y se tomó el pecho; la angustia lo estaba matando y ya no soportaba la opresión.

Se levantó del sillón y salió corriendo, Saga y Shura por detrás.

En el camino chocaron con Camus y éste corrió tras su amigo y no necesitó más que abrazarlo para que diera rienda suelta al llanto...

-Qué sucede Kanon? Qué pasó?

El galo lo sostenía y el gemelo sólo se dejó caer de rodillas para quedar a la altura de su cintura; Camus se acomodó junto a él y le acariciaba.

-No soporto la idea de separarme de mis hijos, de no vivir el embarazo de Antoine, no estar en el nacimiento... ya no aguanto la congoja en mi corazón...

-De eso quería hablarles precisamente y espero que me escuchen ambos...

Shura se acercó junto a Saga y éste se sentó junto a su esposo en el césped y trataba de contenerlo.

-Sé lo difícil que es la separación y el hecho de que son tan unidos no ayuda. Hace tiempo que tengo una idea para el reino pero recién ahora la podría concretar, con su ayuda.

Argentina vende a Inglaterra caballos de salto y vienen jinetes expertos para enseñarles a montarlos y exhibirlos...

Quiero poner una escuela aquí, ya tengo el vendedor y un centenar de corceles, pero no los traeré hasta saber si ambos deciden quedarse y entrenarlos.

Si se deciden a hacerlo, quiero que sepan que no perderán lo que tienen en Grecia, eso será siempre de ustedes y yo les pondría un testaferro para que sigan funcionando las dos escuelas y no tengan que preocuparse.

Alberich me ha dicho que posee vastas tierras, cerca de ambos reinos, para criar y entrenar los caballos; estarían cerca de ambos hijos y podrían seguir haciendo lo que les gusta hacer...

El ibérico calló y miró a ambos gemelos y a su príncipe, que lo miraba con adoración y puro agradecimiento.

Saga miró a Kanon y no necesitaba palabras para saber que su igual deseaba lo mismo que él.

Volteó en dirección al rey y asintió sonriendo; Kanon se incorporó del piso y limpiándose las lágrimas, sin decir nada, sólo abrazó a Shura...

Era un abrazo fuerte y sentido, muchas emociones juntas pero sobre todo, la felicidad y el agradecimiento.

El rey lo dejó hacer, hacía mucho tiempo no sentía el calor del gemelo, se permitió responder el gesto y lo rodeó por la cintura, sintiendo su respiración agitada.

-Gracias Shura! Gracias por esta gran oportunidad de volver sin perder lo que tanto sacrificio nos costó tener...

-Es lo menos que podía hacer por ustedes! Camus ya no quiere tenerte lejos, yo también los extraño y qué mejor que estén cerca de los muchachos!

Enemigo íntimoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora