Shura trabajaba duro en el hospital de campaña; los heridos iban menguando gracias a los esfuerzos de médicos y enfermeras, voluntarios como él mismo, que se ofrecían para lo que se necesitase...
Los portugueses se habían retirado, tropas francesas habían llegado a dar su apoyo al reino ibérico y los habían derrotado...
El príncipe no se daba tiempo para sí mismo, cuando tenía un momento de descanso, lo ocupaba para escribirle cartas a Camus...
En ellas le contaba lo que hacía, le enviaba bocetos del lugar donde estaba, de las personas con las que compartía sus días y de las enormes ganas que tenía de verlo, de hablarle, sincerarse y pedirle perdón nuevamente... cuando pudiera se las enviaría...
Estaba cansado y los doctores temían que fuese a enfermarse puesto que desde hacía varios días, había estado dividiendo su ración de comida para repartir entre los afectados por la guerra.
Había adelgazado pero no estaba débil, necesitaba dormir un poco...
Miró su almanaque y con horror vio que se le había pasado enviar el regalo de cumpleaños a Camus... su copito cumplía la mayoría de edad al día siguiente...
Deseaba tanto estar con él, ver su sonrisa al recibirlo, perderse en su mirada, abrazarlo... lo extrañaba terriblemente y se daba cuenta que podía haberlo perdido para siempre con sus acciones.
Se dio una ducha rápida y se tiró en su catre a descansar, quedando dormido en minutos; la vorágine de los últimos días lo tenían exhausto y se rindió a los brazos de Morfeo, soñando con los ojos de su pequeño amor...
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Camus y los reyes llegaron al reino ibérico e inmediatamente se pusieron al tanto de los conflictos que manejaba el príncipe.
El orgullo de Francisco aumentaba en la medida que le eran referidos las medidas que Shura había tomado, cómo se había hecho cargo de la defensa de sus fronteras y trabajaba sin descanso ayudando en todo...
-Deseo verlo, padres... ya no quiero perder más tiempo...
-Es peligroso que vayas solo, hijo... es zona de guerra aún...
-Pero puedo llevar mi guardia, es mi cumpleaños y lo quisiera pasar con él... podrían venir conmigo y podríamos llevar víveres e insumos médicos a ese lugar... por favor...
Francisco lo miró con dulzura; Camus había cambiado bastante en ese tiempo, estaba cumpliendo su mayoría de edad, pero a los ojos del ibérico, seguía siendo el dulce príncipe que lo recibió con la mejor de las sonrisas y una ternura única...
Deseaba que pronto se agregase a su listado de títulos reales el de "suegro del príncipe de Francia"!
-No puedo negarte nada en el día de tu cumpleaños, pequeño! y yo también estoy desesperado por ver a mi retoño!
Una sonrisa gigantesca se instaló en el rostro de Camus y se abrazó a sus padres con todo su amor.
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Shura no deseaba despertar, su cuerpo pedía más reposo pero su responsabilidad le decía que tenía que ponerse en pie y empezar el nuevo día...
Con pereza se levantó, higienizó y salió de su carpa. Había bastante movimiento y un delicioso aroma salía de las cocinas de la tienda.
Se acercó despacio para olfatear y ver qué se preparaba de desayuno, cuando dos fuertes brazos lo rodearon de atrás y lo giraron en un sólo movimiento.
Se encontró frente a frente con su padre, quién se fundió con él en un abrazo interminable, siendo correspondido tras salir de su sorpresa.
-Padre! ¿Cuándo llegaste? ¿Por qué no me avisaste que vendrías, así te preparaba un lugar acorde para ti?
Shura sonreía como hacía tiempo que no lo hacía; había extrañado a su mayor y ahora estaba allí, abrazándolo con cariño.
-¿Has venido solo? Y Krest? cómo está Camus?
Su rostro se ensombreció un poco y el rey lo notó.
-El príncipe está bien, hoy festeja su cumpleaños y tendrá un día muy especial...
-Sí, eso espero... yo estuve tan ocupado que olvidé enviar el regalo que preparé para él... espero que no piense que olvidé esta fecha...
-Claro que no, hijo! Él sabe que estás trabajando aquí, defendiendo nuestras tierras! además es un chico muy inteligente y lo comprenderá...
-No es un chico, padre... es un hombre y yo me di cuenta tarde de eso... veía su dulzura, su frágil cuerpo y me perdí de ver su espíritu...
Quiero recuperar a Camus, lo amo como a nadie... lo buscaré cuando todo esto termine y pediré su perdón de nuevo...
-Bueno...
Francisco deseaba sacar esos pensamientos tristes de su hijo
-¿Por qué no vas a tu tienda y me traes los detalles de lo sucedido así los miro mientras estoy aquí?
-Claro, padre... ya regreso...
Shura caminó hasta su tienda desganado, deseaba tanto ver a su copito en esos momentos!...
Entró en sus aposentos y fue directo al despacho, que estaba lleno de mapas, cartas, libros... buscó el diario de batalla y no lo encontró entre sus cosas, moviendo todo, hurgando en los cajones...
-Si lo tuve ayer... dónde quedó?
-Tal vez se te perdió algo valioso?
Esa voz... su suavidad, no podía ser... Shura volteó y se encontró frente a frente con su ángel, su hermoso príncipe que le sonreía feliz...
Shura lo miraba como si fuese un sueño, se fue acercando y al pararse a su lado le miró a los ojos y no había dolor, furia... había amor en ellos!
Se atrevió a tocar su cabello, aún no creyendo que estuviera allí y de pronto se vio rodeado de dos brazos por los hombros, se vio besado con pasión y deseo...
Los ojos verdes del ibérico se perdieron en los azul violáceos del galo y luego los cerró para entregarse a ese beso, abrazando con todas sus fuerzas al menor, levantándolo en el aire y llevándolo hasta un sillón, donde se sentaron juntos para seguir besándose y acariciándose...
Se separaron por falta de oxígeno y Shura lo miró sorprendido
-Camus, mi amor... ¿qué haces aquí? te hacía festejando tu cumpleaños junto a tus seres queridos!
-Es lo que estoy haciendo! festejando mi cumpleaños junto al hombre que amo!
Shura sintió que su pecho estallaba de emoción y felicidad
-Entonces no he perdido nada valioso... mi más preciado tesoro está frente a mis ojos!
Volvió a abrazarlo y a profundizar el beso, sonriendo
-¡Feliz cumpleaños mi amor! no te envié a tiempo tu regalo y sin querer te lo daré en persona!
Fue a levantarse pero Camus lo detuvo, acomodándose mejor a horcajadas suyas.
-Luego me lo darás... ahora quiero tenerte así, conmigo, saber que estás bien...
Acariciaba el cabello del ibérico y se perdía en esos ojos que lo miraban con adoración...
-Te amo Shura, no deseo estar más tiempo alejado de ti...
-Yo te amo más que a mi vida, Camus...
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Enemigo íntimo
FanfictionUna guerra inminente, una amenaza mortal a dos países pacíficos y blancos fáciles para sus enemigos, pero enemistados entre sí... una alianza que se cumplirá sacrificando lo más sagrado de sus regentes: sus hijos... Disclaimer: Los personajes perten...