Enemigo íntimo

70- El amor no es un juego

Kanon recostó a su hijo en el lecho y luego de quitar sus zapatillas, lo arropó para que estuviera cómodo; el adolescente no se despertó en ningún momento, obviamente el paseo lo había agotado.

Tras taparlo y dejarle un beso en la mejilla, salió de la habitación, donde Camus lo esperaba.

-Debes hablar pronto con Degel, no puedes perder tiempo... Ángel no debe pasar por situaciones estresantes ahora que comienza a mejorar...

No es que sea mi hijo, pero yo puedo sentir el amor que se tienen con Emmanuel y no es de ahora...

-Lo sé, Camus... ellos se han amado desde la niñez, con toda inocencia y ternura... ahora son adolescentes y con todo lo que sucedió... creo que ese vínculo se profundizó entre ellos...

Yo no sé qué haremos con Saga... tal vez nos vayamos pronto a Grecia de nuevo...

-¿Ya se iran de regreso?

Camus sintió angustia en su pecho; le había costado meses aceptar la partida de los gemelos aquella primera vez y ahora estaba tan feliz de tenerlos de vuelta a su lado...

Pero ellos tenían una vida en Grecia, sus hijos estudiaban y colaboraban con sus padres en sus trabajos... eran felices en el mundo fuera de la realeza...

-No lo sé... han pasado tantas cosas en este tiempo que estuvimos aquí... debo ver a Saga y al rey, luego veremos... me acompañas?

-Claro que sí, Kanon...

El príncipe galo aún tenía una leve esperanza de que se quedaran un tiempo más...

Shura venía caminando con Saga, hablaban de la seguridad en los puestos de frontera y la necesidad de considerar revisiones mensuales para asegurar la lealtad al reino...

Luego de lo sucedido, muchas cuestiones surgieron y Shura fue por ayuda a su fuente más confiable: el gemelo mayor.

Se reunieron con sus parejas y tras contarles lo ocurrido entre los adolescentes, decidieron ir y hablar con los reyes galos.

Fueron recibidos con cortesía por Marié y ya junto a Degel, kanon rompió el silencio:

-Majestad, debemos hablar del príncipe y sus sentimientos hacia Ángel...

Le ha dicho a Apolo que nos pedirá su mano y que nuestro hijo deberá acceder a sus requerimientos sin decir nada porque será su obligación.
Yo no quiero eso para mis hijos, para nadie...

Degel no podía creer que su heredero fuera tan distinto a ellos, con ese carácter petulante y provocador.

Ya estaba cansado de lidiar con todo aquello... tenía sólo diecisiete años y ya no lo podía manejar.

-Yo hablaré con Antoine y luego nos reuniremos en el living con toda la familia presente

Si había que aclarar las cosas, mejor que todos se escucharan entre sí... los años lo habían hecho un rey sabio y muy maduro para su corta edad.

-Gracias majestad, cuente con nuestra presencia allí.

Salieron caminando por el pasillo y cruzaron al príncipe, que los saludó cordialmente y siguió hasta los aposentos de sus padres.

-Me preocupa que esta situación quiebre la amistad entre los chicos...

Shura sabía lo que era crecer solo, sin primos ni amigos; no deseaba que su retoño pasara por lo mismo.

-Eso no sucederá, mi vida... Emmy es un chico amable y adora a su primo y los gemelos.

Shura no estaba tan seguro como su esposo, pero cambiaron el tema y lo dejaron para cuando se hablara en familia.