57- Un cumpleaños distinto

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El protocolo insistía en que el Príncipe de Asturias debía presenciar el desfile en su honor y el pobre niño estaba allí, ataviado en incómodos trajes y aburrido a más no poder...

Pasado el desfile, los reyes dieron su agradecimiento al pueblo ibérico por todos los presentes recibidos para el heredero y se retiraron al interior del palacio.

Emmanuel estaba decepcionado, triste, no era el cumpleaños que había deseado y su día especial se arruinaba desde temprano...

Fue a las caballerizas y allí se abrazó a su hermoso corcel blanco, mientras traviesas lágrimas corrían por su bello rostro.

Ángel lo había seguido sin que se diera cuenta y al verlo llorar, su corazón se enterneció...

-No llores Emmy... por favor... mi corazón se pone triste si tú lloras...

Emmanuel volteó y sólo se abrazó al gemelito, que lo cobijó entre sus bracitos.

-Yo te prepararé el mejor cumpleaños del mundo... te quiero mucho...

El pequeño príncipe sonrió y le dio un suave e inocente beso en la comisura del labio...

-Yo también te quiero mucho mi Ángel... me conoces como nadie... gracias! Ya con estar contigo me siento muy feliz!

Se volvieron a abrazar y el príncipe, que ya estaba mejor gracias a su pequeño amigo, lo tiró sobre la avena para los caballos y comenzó a hacerle cosquillas, riendo ambos muy felices...

Kanon y Saga habían escuchado la conversación y fueron rápido a buscar a los reyes... tenían mucho que hacer!

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-Vamos Emmanuel, ya cuánto más debemos esperar para que estés listo!

-No quiero ir a otra fiesta de gala! Yo sólo quiero estar con los chicos y divertirme... me quedo aquí...

-¿Acaso dejarás solito a Ángel? Saga ya lo llevó allí...

Camus sabía perfectamente que no dejaría al pequeño en manos de Antoine.

-Está bien...

Bufó y abrió la puerta.

-Emmanuel... mi niño... ven que te daré prendas cómodas...

-Me da lo mismo... igual será aburrido...

Camus sólo pudo sonreír... las costumbres del pueblo ibérico eran bastante diferentes a las que él conocía, eran más rígidas y difíciles de evitar...

El príncipe galo había crecido en un ambiente muy familiar y sin tanto protocolo a pesar de ser de la realeza...

Entendía a su pequeño y le daba tristeza que se perdiera las dulces y sencillas cosas de la niñez...

-Ya estoy listo...

Camus lo miró y se vio a sí mismo a su edad. Él no había podido disfrutar mucho de juegos y diversiones por su enfermedad y agradecía que la sangre de Saga había cambiado el destino de su hijo...

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No había nadie en el recinto, un profundo silencio en el palacio y ni siquiera algún grito de los chicos...

Emmanuel se sintió triste pero Camus lo convenció de que pasearan por la campiña mientras se hacía la hora de la siguiente ceremonia.

Caminaba de mala gana sin mirar alrededor, total su madre lo llevaba de la mano...

-¡FELIZ CUMPLEAÑOS PRÍNCIPE EMMANUEL!

El Príncipe de Asturias se vio forzado a contener sus lágrimas cuando vio que sus abuelos, padres, tíos, la nobleza de Portugal y todos sus amigos estaban allí, en medio de la campiña.

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