Enemigo íntimo

45- Riesgos a correr

Saga no se separaba del lado de su esposo, lo tenía tomado de la mano y le acariciaba el cabello; lo miraba con adoración aunque él no pudiera verlo...

El riesgo a perderlo era tan factible que el joven no quería ni dormir siquiera...

Los especialistas ginecólogos más famosos por su efectividad en embarazos de riesgo de España y Francia se encontraban estudiando el caso del gemelo y, como medida de precaución, lo habían inducido al coma.

Tenía antecedentes de que su presión se desestabilizaba por lo que no querían arriesgar las vidas de los bebés ni del joven.

Saga tenía la mirada perdida en el cable del suero cuando llegó Camus; dejó a su bebé dormido en la otra cama y se acercó al gemelo mayor para saludarlo y sentarse a su lado... les esperaban otros largos seis meses, tal vez menos, pero Saga seguiría allí firme...

-Te traje ropa limpia y comida

La mirada dulce del consorte real no le permitía rechazar lo ofrecido.

-Gracias majestad! ¿Lo cuida mientras me ducho? No me gusta dejarlo solo...

Le acarició el rostro y con dudas se dirigió al baño de la habitación.

- No necesitas decirlo amigo, sabes que lo cuidaré con todo mi cariño... ve tranquilo...

Una vez que el gemelo se retiró, Camus tomó la mano de Kanon y  empezó a acariciarla, lo hacía con infinita dulzura...

-No creas que te dejaré solo, tampoco te dejaré partir... es hora que yo tome tu lugar y te dé la protección y seguridad que siempre infundiste en mí...

Te cuidaré junto a Saga y tanto tus bebés como tú saldrán a salvo de esta situación... no me gusta verte así...

Sé que estando dormido tus bebés están mejor cuidados pero, tengo miedo que no despiertes más... Kanon, una vez que los bebés nazcan debes volver con nosotros...

Las lágrimas corrían por sus mejillas sin percatarse de que Saga lo escuchaba...

-Te juro que estaré a tu lado mientras crecen tus bebés en tu vientre, cuidaré de Saga para que estés tranquilo y también de ti, pero debes prometerme que volverás de este sueño...

Tantos años transcurridos y seguía intacto ese amor inquebrantable e incondicional entre ellos...

Saga se sonrió mientras quitaba su ropa y entraba a la ducha; estaba tan cansado, le dolían los músculos pero no iría a su casa...

No podría soportar el no ver a su amado sonriéndole al abrazarlo... extrañaba su voz, su mirada, su sonrisa... pero Kanon estaba peleando una batalla por la vida de sus hijos y lo hacía solo, él sólo era un espectador... no sabía qué sucedía dentro de su cuerpo.

Desde que habían empezado su historia de amor, jamás se les ocurrió pensar que Kanon podía ser fértil y dar vida... los doctores no le sabían decir a qué atenerse al momento del parto.

Terminó de higienizarse y al salir se encontró conque Camus había puesto a Emmanuel en el hueco entre el cuerpo y el brazo del gemelo... el pequeño jugaba con un mechón de sus cabellos y sonreía.

-Mira Saga, mi retoño ya reconoce y siente el amor que emana Kanon... él nos escucha y seguro sabe que no está solo en esta lucha...

Saga se acercó y tomando el bebé en brazos lo acunó sonriendo

-Tiene razón alteza, estaremos aquí hasta el final...

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Los especialistas iban y venían todo el tiempo, haciendo análisis y comprobando que los latidos de los tres fuesen fuertes y estables...

Sabían que cualquier anomalía podía ser fatal, ya estaba decidido que se les haría el cambio de sangre a los bebés en cuanto nacieran.

Kanon ya tenía tres meses en coma y su vientre se elevaba orgulloso aunque su aspecto desmejoraba día a día...

Los bebés eran alimentados en forma directa por lo que estaban en perfectas condiciones en su quinto mes de gestación.

El gemelo en cambio estaba siendo devastado por los cambios en su organismo y ésto traía atemorizados a todos...

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Shura había viajado a Francia con Krest porque otra vez, el reino de Andorra buscaba su independencia y amenazaba con unir fuerzas con otros países para atacar a los galos.

Se instalaba nuevamente el inminente peligro de una guerra... no los tomaba desprotegidos pero deseaban evitar que, por un tema de territorios, se perdieran vidas humanas.

Además, Krest aún guardaba recelo por el secuestro de su pequeño príncipe y todo lo que padecieron al ser heridos con Kanon...

No podía permitir por nada del mundo, que su reino y familia estuvieran en peligro de nuevo...

Se reunieron en tierras neutrales, Krest como cabeza de familia, el rey Degel de Francia y Shura, heredero al trono de España...

Los llamados independentistas estaban representados por un viejo enemigo, Hades, Abel, mercenario portugués y su aliado de Andorra, Alberich...

-¿Cómo se encuentra el príncipe, señor Krest?

Sus palabras burlonas trataban de sacar lo mejor del ex monarca pero Shura tomó la iniciativa y respondió:

-Se encuentra en perfectas condiciones cuidando de nuestro hijo... desea que le envíe sus saludos?

Hades guardó silencio y el ibérico le sonrió triunfal a su suegro.

El principio de las negociaciones fueron tensas pero la propuesta que traían los países ahora aliados era demasiado tentadora.

Shura les concedía la soberanía, un emblema propio que los liberaba de los reinos que los rodeaban y Degel les proponía que sólo comerciaran con ellos para abastecerse de todo lo que pudiesen necesitar y lo harían a precios muy bajos...

Hades no deseaba la paz, junto con Andorra eran los expendedores de armas principales y el negocio acabaría...

Cuando intentó instigar en contra de los aliados, Alberich se puso de pie y estrechando su mano con Shura y Degel, expuso su pensamiento al confirmar que firmaría el tratado de paz puesto que todo lo que buscaba lo había conseguido...

Si Abel y Hades no estaban de acuerdo, deberían tratar por cuenta propia... Andorra se retiraba de la reunión en paz con Francia y España.

No se llegó a ningún acuerdo con los mercenarios y el miedo seguía latente, ahora para España, porque los portugueses no se rendirían fácilmente...

Volverían en seguida a reagruparse y Degel enviaría su ejército en cuánto fuese necesario...

Otra vez la sombra de la guerra se ceñía sobre el pueblo ibérico y a Degel le dolía el corazón al saber que toda su familia estaba allí.

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Camus estaba alimentando a su pequeño, sentado al lado de Kanon, cuando Shura entró a la habitación...

Vio que Saga dormía en la otra cama y su joven esposo le hacía seña para que no lo despertase.

Salieron un momento al pasillo y allí se estrecharon en un abrazo y un beso lleno de amor.

-Te he extrañado mucho Shura! Me tenías preocupado!

-Yo también te extrañé, los extrañé, mis ángeles!

Dijo besando tiernamente al bebé...

-Las cosas no salieron tan bien como lo esperábamos... Andorra firmó la paz y pronto tendrá su independencia, pero Portugal quiere seguir luchando... pronto iremos a la guerra...

Los ojos de Camus se llenaron de lágrimas, tratando de controlar el miedo que la sola mención de esa palabra le infundía...

Otra vez sus seres queridos irían al frente a defender el reino... otra vez Shura...