60- Inocente amor

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Un silencio incómodo se instaló entre los adolescentes y, aunque Amelié trataba de apaciguar los ánimos con bromas inocentes, no lo lograba...

-Emmy cómo vas con tus estudios?

-Muy bien... mis tutores están orgullosos porque tengo los mejores promedios en las materias que curso online...

-Pues yo no le veo la gracia a estudiar mediante una computadora sin relacionarte con otras personas! Serás un antisocial siempre!

Antoine espetó con burla, pues él ya estaba en primer año del Liceo militar y tenía una vida social muy activa.

-No soy antisocial! Ya deja de molestar... siempre estás tratando de hacerme sentir inferior a ti!

Emmanuel sintió sus ojos húmedos y se levantó para salir de allí, cosa que imitó Ángel automáticamente.

El príncipe galo lo tomó del brazo para detenerlo, pero por primera vez desde que lo conocía, vio sus ojos brillar con rabia.

-Suélteme alteza, por favor... usted no tiene derecho de agarrarme así...

Algo en el tono y la mirada de Ángel le hicieron soltarle y dejarlo salir corriendo tras su primo.

No supo qué fue pero sintió el rechazo del gemelo y le dolió mucho.

Apolo se acercó para calmar la situación y lo logró; pronto estaban hablando de estrategias militares...

En tanto fuera del palacio, Emmanuel y Ángel estaban en las caballerizas.

-Ve a la fiesta... siempre arruino todo... mi primo tiene razón, soy antisocial... pero no es mi culpa...

Las lágrimas corrían por sus mejillas y el gemelo las quitó con su pulgar, mientras le acariciaba el hermoso rostro.

-No eres antisocial, las costumbres españolas son diferentes a las de Francia...

Antoine tiene más libertades que tú pero eso no le da derecho a hacerte sentir mal y arruinar tu día...

-Gracias mi ángel! Pero ve a la recepción con mi familia y los tuyos...

-Yo no te dejaré solo en tu cumpleaños cuando he esperado tanto por verte... cabalguemos, quieres? Como cuando éramos niños y mi mamá nos guiaba...

-Cómo desearía que esos tiempos volvieran... yo era feliz contigo a mi lado, con tus padres y Apolo... ahora me siento muy solo... pertenecer a la realeza es una prisión de oro...

-Vamos Emmy, no te sientas mal y cabalguemos... aún están nuestros corceles?

-Claro que sí! Los he cuidado a diario junto a mi hermoso Copo de Nieve!

Una hermosa sonrisa se instaló en el rostro del príncipe y ambos buscaron las monturas para alistar a los caballos y salieron al campo abierto, disfrutando de un momento de libertad...

Cabalgaron por un buen rato, riendo, jugando carreras cortas... llegaron a unos frondosos árboles y allí dejaron descansar a los animales cerca del arroyo, mientras ellos se ponían a la sombra, sentados uno junto al otro.

Hablaban de sus gustos personales nuevos, adquiridos en el tiempo de estar separados...

Emmanuel le hablaba de sus deseos de estudiar medicina pero era imposible porque él debía ser estadista...

Ángel lo observaba con tristeza... su gran amigo no era feliz y peor aún, era prisionero de un título de nobleza que le pesaba mucho...

Quería ayudarlo pero no sabía cómo! Él tenía todas las libertades y las disfrutaba, deseaba compartir esa sensación con Emmanuel...

Enemigo íntimoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora