Steve Rogers(6)

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Misiones y confesiones

-Vamos Elizabeth concentrate- era la quinta vez que Natasha lograba lanzarme al suelo en un corto periodo de tiempo.

-¡Es que no es fácil!- ¿y quieren saber por que no es fácil? Mi sexy y precioso compañero en casi todas las misiones estaba entrenando justo a nuestro lado.

-Siempre estás perfecta, no entiendo por...- mi mirada probablemente me delató logrando así que Natasha capatara el motivo de mi distracción- creo que ya entendí que pasa aquí- cubrí mis mejillas que estaban ligeramente sonrojadas- ¡Rogers!- Steve volteó con dirección a nosotras e intenté no mirarlo.

-¿Si Nat?

-¿Podrías hacerme un favor?- Steve asintió con ligereza y una naturalidad y belleza que solo el lograba conseguir con tan solo existir y respirar.

-¿¡Que hiciste Natasha!?- grité en un susurro al ver acercarse a Steve y la pelirroja me sonrió victoriosa.

-¿Qué necesitas?- ¡No me saludó, ni me ha mirado!

Lo viste hace 20 minutos en el salón, te dio un abrazo y te despeino el cabello. Dramática.

A. Si, cierto.

-Tengo un pendiente que hacer ¿podrías tu entrenar a Elizabeth hoy?- ¿¡Qué, qué!? Miré a Natasha con ganas de ahorcarla. No entiendo como rayos me hace esto.

-Claro- me miró- no veo problema alguno- ¿Es posible morir por la preciosa sonrisa de Steve Rogers? Creo que si por que en este momento estoy a punto de tener diez infartos consecutivos por la sonrisa que me dedicó mostrando esos dientes aperlados perfectos.

-Eres el mejor, gracias- dijo Nat- suerte Liz- me guiñó un ojo y yo negué para luego plantar frente a Rogers aún nerviosa y apenada por que supuse seguía sonrojadisima.

-Bien pequeña ¿que haremos primero?- preguntó subiendo un poco las mangas de su camisa dejando a la vista mucho más de sus musculosos brazos. Hice mi mayor esfuerzo por no balbucear ni soltar alguna imprudencia.

-Tu eres mi profesor por un día Rogers, tu deberías de decidir- dije cruzando mis brazos y apoyando todo mi paso sobre un pie. Su azul mirada me recorrió durante un par de segundos como si me estuviese analizando, no es que me incomodase que me miraran, solo que si es Steve Rogers el que lo hace el corazón se me acelera y las manos me sudan a más no poder.

-Vamos a practicar un poco tus golpes, a veces te descuidas y por eso terminas en el suelo- eres tu por quien termino en el suelo- míralo de este modo, atacas aquí- me tocó la mejilla izquierda- y descuidas aquí- me tocó la cintura en la parte derecha- golpeas aquí- con su pie izquierdo tocó mis piernas- y descuidas en cualquier otra parte ¿entiendes el punto?- asintí un tanto embelesada, se me era imposible apartarle la mirada.

-Completamente- dije. El asintió tomándome de la muñeca y guiandome hacia donde estaban las colchonetas, cosa que Nat no fue tan amable de considerar.

-Entonces, a ponerlo en práctica- y comenzó todo.

Steve al principio controlaba sus golpes, se cual es su manera de pelear y pude notarlo pero al paso del tiempo todo se empezó a tornar más rudo y ninguno estaba dispuesto a perder por lo que se veía. Yo había logrado esquivar la mayoría de sus golpes de una manera excelente, me quiso tirar al suelo con una fuerte patada pero con un salto logré evitarlo; lanzó golpes a mis costados que logré esquivar con facilidad, dio un acertado golpe en mi mejilla derecha que me desequilibró un par de segundos pero al final logré tomar mi posición de nuevo y pude llegar a darle un fuerte golpe en el estómago que lo dejó sin aire y sin dejarlo reaccionar o respirar logré tirarlo al suelo y sentarme sobre el inmovilizandolo.

One Shots | MarvelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora