Caminó por las calles algo confuso ¿por qué Yoongi lo había citado en un lugar tan apartado con edificios y casas prácticamente lujosas? Se encogió de hombros al ver a uno que otro famoso, cantante y actor que lo saludaron con una gran sonrisa y reverencia. Se sentía tímido ¿qué hacía ahí?
Había dejado el juzgado hace una hora aproximadamente, logrando llegar a un acuerdo entre la Agencia, él, Jae y su abogado, donde Jae no podría acercarse a él, a sus cercanos ni a la Agencia hasta que el centro médico solicitara la licencia definitiva de que su paciente realmente mejoraba. Jae parecía satisfecho con tal propuesta siempre y cuando no afectara en su futuro trabajo. Con esto, la situación parecía más calmada y Jae se había despedido de él para volver con su familia a Busan.
Todo parecía ir bien, sin embargo, la llamada de su novio citandolo en este lugar lo dejó algo confuso.
Bajó la mirada a su teléfono –el cual estaba entre sus manos– y vio una vez más la dirección enviada por su novio.
¿Qué rayos hacía Min Yoongi en un lugar como este?
Alzó la mirada al hallarse frente al edificio correcto. Ladeó un poco su cabeza y volvió la mirada a su móvil para asegurarse sin poder creer que estaba en un barrio tan lujoso y elegante. No obstante, un mensaje atacó el inicio de su pantalla, irumpiendo la verificación de direcciones.
¿Lograste llegar?
Yoongi le había escrito, por lo que confuso respondió:
Si, estoy frente a un edificio
¿Estás muy seguro que
la dirección está bien?Lo está, Jiminie
Sólo entra...
Suspiró. Si él decía que era la ubicación correcta entonces le creería. Bloqueó su teléfono y lo guardó, entrando en la recepción y siendo recibido por una mujer joven.
—Oh, usted es Park Jimin — la mujer lo reconoció al instante — Lo esperan en la habitación 711. Octavo piso.
—Gracias — juntó sus cejas confuso mientras caminaba y quedaba frente al ascensor.
Las puertas se abrieron y entró, presionando el número ocho de inmediato. Ahora sí estaba confuso, curioso y quería saber que pasaba.Tenía cientos de preguntas y Min Yoongi debía de responder a todas ellas.
Al bajar del ascensor buscó la habitación 711 concentrado en los números en las puertas.
—711... — murmuró, esforzándose en buscar entre tantas puertas.
Sin embargo, sus ojos fueron cubiertos por una venda.
—¿Quién..? — pasó sus manos por la venda en sus ojos, subiendo hasta las manos de la persona que la amarraba, queriendo llegar a su rostro. Al oír su leve risa, lo supo — Yoongi-hyung ¿por qué estamos aquí? No lo entiendo...
—Silencio — susurró al dejar sus ojos cubiertos.
—Hyung... — murmuró atemorizado al no oír ni sentir su presencia cerca.
—¿Por qué estás tan asustado? — preguntó — ¿Salió todo bien con Jae?
—Ajá. Logramos llegar a un acuerdo y él volverá con su familia.
—Eso es bueno...
—Amor... — dijo — ¿Qué pretendes?
—¿Por qué?
—Porque jamás había estado aquí, me da curiosidad que de repente quieras venir a un barrio tan... prestigioso... — habló con timidez.
—Todo está bien, bebé — sintió sus labios en su cabellera, por lo que buscó su mano a ciegas. No sabía dónde estaba.
—Dame tu mano — murmuró. Yoongi simplemente enlazó sus dedos guiandolo con cuidado hacia la habitación 711.
Al llegar Yoongi colocó la clave de la puerta, la cual emitió un sonido dando a entender que estaba abierta. Guió a Jimin con cuidado dentro de ésta.
—¿Estás listo?
—Mmh, no lo sé — soltó una risa nerviosa — Si, creo...
—Sacaré la venda.
—De acuerdo — dicho eso, sintió las manos del mayor en su nuca, pasando sus brazos por sobre sus hombros. El menor sonrió y abrazó su torso, esperando que se deshiciera del nudo del vendaje. Ocultó su rostro en el cuello de Yoongi, quién luchaba por sacar la venda. Al lograrlo, suspiró.
—Recuérdame no hacer esto nunca más — se quejó, a lo que Jimin rió de él.
—Lo haré — respondió deteniendo sus risas lentamente.
—Puedes mirar si gustas... — el menor se alejó de él, quedando perplejo.
Era un lugar muy bonito, los sofás, los muebles, la sala de estar, la cocina y puertas que seguramente llevaban a otros lugares, ya sea baño o habitaciones.
—¿Qué es todo esto, hyung?
—Claramente un departamento.
—Lo sé, pero... ¿qué hacemos aquí? — preguntó curioso.
Paseó está vez por el lugar, observando cada detalle, el color crema de las paredes, las decoraciones combinadas con diversos colores que daban un tono especial a cada rincón del hogar.
En verdad era bastante lindo.
—Este es el lugar al que comencé a venir los últimos días que estuvimos separados... — Jimin asintió — Al menos antes de hacer del estudio un desastre... — contó. Jimin bajó la mirada al recordar el edificio que había visto en el artículo, donde los rumores de romances nacieron y se hicieron más fuertes entre Adora y Yoongi.
Era imposible no pensar en que, quizás, aquí se encontraba con otras personas cuando estuvieron alejados.
Extrañamente, quiso llorar...
—Sé lo que piensas — dijo, atento a su reacción — Conozco esa mirada... — se acercó a su novio y alzó su barbilla — No estuve ni invite a nadie, Jiminie — murmuró — Adora estuvo una vez, pero solo en recepción. Ella me acompañó a firmar el contrato del edificio — besó su frente.
—Fue inevitable, lo siento... — murmuró apenado, sintiéndose absolutamente mal por lo que había creído. Yoongi tenía derecho a invitar a otras personas en esos tiempos.
El mayor se dirigió a la cocina, donde se sirvió un vaso con agua y comenzó a beberlo mientras observaba a Jimin pasear por los alrededores.
—Entonces... — se acercó hacia la cocina — ¿Querías presentarme tu departamento de soltería, Min? — entrecerró sus ojos y cruzó sus brazos, logrando que Yoongi expulsara toda el agua de su boca que, para su mala suerte, había caído completamente sobre el rostro de Jimin, quién mantuvo sus ojos cerrados por el repentino impacto.
—Lo siento — tomó un paño de la cocina, sin aguantar las carcajadas por lo que había pasado.
Se acercó a su novio y comenzó a limpiarlo.
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[2] •Jimin, I miss u... || 윤민 (Yoonmin)
Fanfiction[CORREGIDO] •||Luego de cumplir tres años de relación, Yoongi y Jimin se hallan más que inmersos en su amor, sin embargo, existen dificultades que sin previo aviso harán comprender que tan fuerte es lo que han tratado de mantener por años, las esper...