[2] •Jimin, I miss u... || 윤민 (Yoonmin)

°079°

«Nos iremos en diez minutos. Yoongi tuvo que volver antes a Seúl por motivos que no quiso revelar...» Fueron las palabras del manager.

—Motivos que no quiso revelar... — chasqueo su lengua —... volver antes de tiempo... — frunció levemente el ceño guardando sus prendas en la maleta.

«Seguramente debía volver por Adora...» Pensó abrumado.

«Volveremos a Seúl, te irás con Adora y yo... me alejaré. Te dejaré en paz...»

Suspiró. Cerró la primera maleta y la levantó colocándola de pie a un lado de la cama para así guardar la ropa que ahora quedaba en su segunda maleta.

Detestaba ésto. No quería volver a lo de antes, no quería que su lado nostálgico y lleno de oscuridad saliera otra vez, dejándolo tan abrumado, afligido y frustrado con su corazón roto y en mil pedazos una vez más, justo cuando estaba sanando.

¿Por qué debía ser tan difícil?

Jamás en su vida pensó que llegaría a una situación cómo esta con Min Yoongi. Jamás se le pasó por la cabeza que romperían y luego estarían como un sube y baja. Un día bien, otro mal. Nada puede ser tan perfecto, detrás de tanta felicidad y amor debe haber tristeza y soledad... Detrás de cada día soleado siempre hay tormentas.

Acabó su segunda maleta y la dejó a un lado de la primera.

Caminó hacia el baño para supervisar que nada quedara en éste. Revisó sus alrededores. Lavó sus manos y alzó la mirada, dejando a la vista su colgante.

“Pensé en ti al comprarlo. Este significado quedara entre nosotros...”

“¿El regalo?.. Si, es un árbol de la vida. Ya sabes su significado”

«¿Cuál era la lógica de mentirle y ocultarle cosas?»

Sus lágrimas fueron derramadas una vez más. Estaba tan dolido, en verdad estaba tan enamorado de Yoongi. Lo amaba tanto, que su amor dolía y lo hacía sentir pésimo.

—Jimin ¿estás listo? — la voz del manager se hizo presente.

—Si, hyung — fingió estar bien y limpió sus lágrimas — Puedes sacar las maletas...

—Lo haré — respondió para luego oír el ruido de las maletas siendo sacadas de la habitación junto a la puerta cerrar.

Se miró en el espejo una vez más, viendo como sus lágrimas seguían brotando de sus ojos. Había dejado de derramarlas hace, tal vez, dos o tres horas atrás, pero ahí están otra vez. No había logrado conciliar el sueño, sólo llorar por el quiebre de su corazón toda la noche y madrugada, sus ojos estaban hinchados y rojos.

Suspiró y limpió estás otra vez, dándose fuerza. No debía estar llorando, no otra vez. Maldición ¿por qué?

Salió del baño y tomó el abrigo que estaba en la cama. Lo colocó y salió con su bolso de mano de la suite, donde dulces y amargos recuerdos eran dejados.

“Lo siento mucho” Se repitió en su mente.

Todo había sido su culpa, no debió haber pasado nada entre ellos. Lo sabía tan bien pero de todos modos se dejó llevar por sus fuertes sentimientos.

Conectó sus auriculares a su teléfono y encendió la música para así colocar la capucha de su abrigo. Miró por última vez la habitación y bajó la mirada, saliendo de ésta de una buena vez.

—Jiminie — Taehyung se acercó a él con una sonrisa. Sin embargo, Park no se inmutó a mirar, hablar ni mucho menos prestar atención a su amigo — ¿Qué pasa? — preguntó con su sonrisa desvanecida al no oírlo — ¿Pasó algo entre Yoongi hyung y tú? digo, él se fue por la madrugada y nosotros...

—Ahora no, Taehyung... — murmuró sin ánimos, bastante decaído. Taehyung quedó inmóvil y en completo silencio al ver esta vez los ojos de su amigo, rojos e hinchados como un claro indicio de que había estado llorando toda... la noche. La mirada de Tae viajó a sus cuatro amigos, quiénes miraban a Jimin pasar cabizbajo, quién ocultaba de algún modo su rostro algo demacrado por sus lágrimas.

Ahí estaban de nuevo, en la línea de partida luego de tanto esfuerzo para que sus amigos fuesen felices. Se miraron entre ellos con un mohín de cierta derrota, está vez no podrían hacer nada, debían dejarlos solos y que ellos solucionaran sus problemas.

Nuevamente, estaban preocupados por Min Yoongi y Park Jimin.