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Caminó por los pasillos del hotel con Taehyung y Jungkook a su lado

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Caminó por los pasillos del hotel con Taehyung y Jungkook a su lado. Los tres chicos habían pasado su tarde juntos en el parque de diversiones entre risas y diversión. Jimin estaba más feliz que nunca y eso les alegró aún más el día, les encantaba ver a Jimin tan animado y risueño, siendo él mismo, aceptando cada uno de sus defectos y dejando atrás sus problemas. Lo que menos quería ahora eran más problemas en su vida, estaba bien y debía disfrutar de su amor y felicidad con Yoongi, sus amigos e incluso su familia, con quienes había estado manteniendo contacto y según parecía, se estaban quedando en Seúl por unos días. Eso le hacía querer volver para ver a su familia, que era todo para él.

—Nos vemos mañana — se despidió de Taehyung y Jungkook, quiénes simplemente asintieron y siguieron su camino a las habitaciones correspondientes.

Abrió la puerta de la habitación y entró, dejando sus zapatos en la entrada. Sacó su abrigo y estiró sus músculos, suspirando para luego sonreír al ver a Yoongi sobre la cama con su teléfono. Se lanzó sobre él abrazándolo con cariño.

—Al parecer lo pasaste bien — envolvió sus brazos en la cintura del menor — ¿Te divertiste?

—Mucho — respondió. Se sentó en la cama y comenzó a contar todo lo que había hecho junto a Taehyung y Jungkook durante la tarde con tanta emoción que hizo sonreír a Yoongi ante su desborde de diversas emociones positivas y muy buenas provenientes de su chico. Lo oía atento, desvió la mirada de su teléfono entre sus manos y lo observó de una forma inusual, con cierta nostalgia, no porque le entristecía oírlo ser feliz, más bien le encantaba que lo fuera, él sólo quería que se quedara así por mucho tiempo más.

—Jimin... — relamió sus labios y tragó fuerte. Miró su teléfono por unos segundos, sintiendo que era momento de contarle todo lo que había estado pasando y había ocultado de él.

—¿Si? — respondió con una sonrisa, dispuesto a escuchar lo que tenía que decir.

—Necesito...

—¡Oh, cierto, hyung! — alzó la voz emocionado — Traje un obsequio para ti — se levantó y corrió a su abrigo. Yoongi trató de detenerlo para hablarle primero, pero fue imposible. No podía, no podía dejar que Jimin cayera otra vez, se veía tan lindo con su angelical sonrisa que temió que se desvaneciera al saber lo que había hecho.

Su dedo pulgar se mantuvo a centímetros de la pantalla de su teléfono, donde alumbraba un número entre sus contactos que llamaba continuamente. Relamió sus labios una vez más.

La cama se hundió. Alzó la mirada y vio a Jimin, que se hallaba sentado frente a él con un obsequio en sus manos.

—Ten, hyung — extendió éste con sus mejillas sonrojadas. Yoongi miró su teléfono y luego el obsequio. Suspiró, bloqueó su teléfono y lo dejó boca abajo en su mesita de noche. Recibió el regalo de parte de Jimin — Ábrelo — pidió sin dejar su sonrisa de lado.

Obedeció a su petición y abrió el obsequio, hallándose con una caja roja rectangular. Levantó la cubierta, dejando a la vista un colgante con la mitad de un corazón, este tenía grabado el nombre de Jimin.

—Sabes lo mucho que he querido tener colgantes así — comentó avergonzado — Quería que supieras que estoy agradecido de que seas parte de mi vida.

—Jimin, yo...

—No debes decir nada, sólo quiero que lo aceptes — murmuró — Como una promesa... que pertenece a nosotros — conectó su mirada con la del menor, quién esperaba impaciente que colocara su colgante.

—Quiero que sepas que cuando digo que te amo, es porque lo hago con la mayor sinceridad — soltó con nostalgia.

—Amor~ — sonrió avergonzado — Estás actuando extraño de nuevo — acercó su rostro un poco más a él tratando de buscar indicios de lo que le pasaba. Al no hallarlo besó su mejilla y sonrió ampliamente.

Su sonrisa. Maldición. Jamás se cansaría de su hermosa sonrisa.

Sacó el colgante de la caja rectangular y Jimin ayudó a colocarlo.

—Listo — aplaudió levemente — Tengo el mío junto al ‘árbol de la vida’ que me diste — dejó ver su colgante, donde los dos dijes estaban en la misma cadena. Claramente, la otra mitad del corazón llevaba el nombre de Yoongi grabado.

—¿Recuerdas la pregunta que me hiciste ayer?

—¿Qué pregunta? — ladeó su cabeza confuso.

—Sobre si me gustaría volver a Seúl o quedarme aquí, en el extranjero...

—Si, lo recuerdo... ¿Por qué?

—Mi respuesta es que el extranjero es lindo — respondió lo que Jimin le había mencionado el día de ayer. El menor soltó una suave risa al oírlo — Me gustaría quedarme aquí... contigo.

—Yo iré donde tú vayas y estaré donde siempre estás, hyung — lo abrazó nuevamente, recostandose en la cama junto al mayor, quién besó sus mejillas con afecto, agradeciendo el que quisiera que fuera su ‘promesa de amor’.

Dejó cortos pero reiterados besos en sus labios, sacando risitas de Jimin, quién estaba encantado con sus lindos gestos. Llevó sus manos a su cabello, acariciando éste mientras ronroneaba como un gatito ante los mimos de su chico.

Realmente había extrañado ésto de Jimin, no quería soltarlo jamás de sus brazos y esos pensamientos sólo traían problemas... con el CEO.

[2] •Jimin, I miss u... || 윤민 (Yoonmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora