Dress

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POV Calle

Ya era viernes y Lucas había pasado por mi más temprano de lo normal.

Pasamos a comprar un café que lo hiciera despertar antes de ingresar al colegio puesto que no había dormido nada la noche anterior.

Los videojuegos eran su vicio.

─Aquí tienes tu café.─el pelinegro me entregó el café caliente, le agradecí y di un sorbo.─De verdad necesito esto, no quiero quedarme dormido y volver a reprobar con el profesor Palomino.─negó con la cabeza bebiendo un poco.

Estábamos montados en el auto afuera de la cafetería, esta mañana estaba más fría que otros días. Podíamos sacar humo caliente de la boca e incluso el auto se empañaba con el calor humano pero para eso existía la calefacción del auto.

─Tienes que dejar los videojuegos a un lado.─contesté dejando el café en los soportes para bebidas del auto.─¿Nos vamos?─Lucas dejó su vaso junto al mío y puso en marcha el auto.

Lo único emocionante de este día era la clase de "Principios básicos de la danza" que básicamente era nada más y nada menos que bailar, bailar y bailar. Estudio de movimientos, estilo, posturas y acentos con el cuerpo.

Llegamos a mi salón con nuestro café en mano, Lucas se despidió de mi con unos cuantos picos en los labios y como era de esperarse...La persona más despreciable que existía en mi vida dentro del colegio apareció jodiendome la vida una vez más.

─¿Puedes quitarte de la entrada del salón? Estorbas Calle.─dijo la más pequeña parada frente a mí. Venia de la mano del otro pelinegro Mario Ruiz.

Recién había conocido a Mario, puesto que se sentaba con nosotros en nuestra mesa. Formaba parte del equipo de futbol.

Los dos pelinegros soltaron las manos de ambas, se saludaron con un choque de manos y un abrazo.

¿Por qué las chicas somos más problemáticas que los hombres?

A ellos les puede importar lo que otro hombre les diga o haga en el momento, dejan pasar cinco minutos y al poco tiempo ya son mejores amigos.

─Tú no puedes decirme Calle.─la señalé amenazante.─Solo mis amigos me dicen Calle y tú no eres mi amiga, no tienes ese derecho.─mi dedo estaba sobre el centro de su pecho.

Poché miró mi dedo sobre su pecho, tenía la boca entre abierta.

─Me importa una mierda Calle, quítate.─insistió acercándose más a mí. Chocó su cuerpo con el mío, casi hombro con hombro haciéndome derramar algo de café caliente en mis zapatos.

─¡Estúpida!─me quejé dando pequeños brinquitos sobre un pie. El café me ardía.─Sí, eso es lo que eres, realmente estúpida.─la miré sentarse en nuestro pupitre. Poché sonrió victoriosa.

Mi pelinegro se acercó a limpiarme el zapato con una servilleta que traía mientras que el pelinegro de Poché se acercó a ella en señal de protección como si fuera un estúpido perro guardián.

Poché y yo discutimos mientras la profesora llegaba y así pasamos las primeras cuatro horas de clases antes del almuerzo.

─¿Por qué eres tan fastidiosa?─preguntó Poché caminando con sus brazos cruzados junto a mi rumbo a la cafetería.

─Eres irritante Poché, ¿Tan difícil es entender eso?─contesté buscando a Johann por todas partes, no estaba ni él ni Paula en la mesa, solo estaba Lucas y Mario.─Te estás metiendo con la persona equivocada.─amenacé desviando mi camino a los baños más cercanos.

EL ARTE DE AMARTE (CACHÉ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora