Venganza pura

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POV Calle

Desperté con un terrible dolor de cabeza jodiendome la existencia.

La fiesta de ayer había resultado una de las mejores a las que había asistido en mi vida.

Poché no estaba a mi lado, yo traía toda la ropa puesta de la noche anterior y lo único que recuerdo es haberle entregado las llaves de mi auto a Kevin, el ahora novio de Alejo.

─Mierda, ¿Qué fue lo que pasó aquí?─hablé para mí misma sobándome las cienes. Rogaba porque la luz que entraba por la gran ventana de pies a cabeza de mi habitación se fuera de mi vista pero eso era prácticamente imposible.

Intenté incorporarme después de estirar todo mi cuerpo, pero un fuerte mareo invadió mi cerebro haciéndome caer de nuevo en la cama. Segundos después escuché el sonido de la puerta de mi baño abrirse.

─Por fin despiertas Daniela Calle.─dijo Poché en un tono molesto, se había dado una ducha sin mí.─¿De verdad es tan necesario que en cada fiesta a la que vas te emborraches como si no existiera un mañana?─preguntó haciendo mi cabeza punzar un poco más.─En tu mesa de noche te dejé una pastilla para el dolor de cabeza y agua.─

Giré la cabeza y efectivamente, mi salvación estaba frente a mis ojos.

─Gracias amor, de verdad lo necesitaba.─agradecí tomándome la pastilla, dejé el vaso junto a mí y suspiré observando como comenzaba a aplicarse las cremas en su cuerpo.─Lo siento, no puedo controlarlo.─me sinceré frente a ella, ya era como un mal hábito o incluso una adicción o costumbre que sabía que tenía que cambiar.

─Kevin tuvo que conducir y traernos a casa porque tú estabas tan ebria que tuvimos que cargarte como si fueras un saco de papas y yo no manejo ni una bicicleta.─Poché seguía con ese tonito molesto, pronto comenzaba a cesar el dolor de mi cabeza.

─Perdóname mi amor, no quiero que estés brava conmigo, de verdad no fue mi intención.─hablé como perrito recién regañado.─La estábamos pasando tan bien que no me di cuenta de cuantos tragos me tomé.─gateé sobré la cama y llegué junto a ella.

─En eso tienes razón.─se giró y me miró. Tenía los mechones de su cabello azul mojados interponiéndose en la mitad de su rostro.─Solo que odio que no tengas conciencia después de un momento.─confesó relajando su tono.

─¿Dije o hice algo malo?─pregunté asustada retirando los mechones de su rostro. Poché me miró entrecerrando los ojos fastidiada.

Creo que la había cagado una vez más.

─Calle.─me nombró.─No dejaste que te besara en el estacionamiento porque dijiste que tenías novia y yo soy tu propia novia.─respondió haciéndome abrir los ojos.─¿Ahora entiendes la gravedad de tu alcoholismo de ayer?─

No lo podía creer, ¿Por qué no pudo grabar alguien ese momento?

─¡Mejor aún amor!─respondí levantando los brazos.─Ya aprendí la lección, ya aprendí a no caer en manos de nadie cuando estoy ebria.─me sentía orgullosa de mi misma, Poché me regaló una media sonrisa que desapareció en cuanto sacudió su cabeza.

Volvió a girarse dándome la espalda, atrapé su torso mojado con mis brazos rodeándola de la cintura.

─El punto es que no quiero que vuelvas a beber de esa forma, ¿Está claro?─más que una pregunta, era una orden. La abracé sintiendo el calor de su cuerpo mezclado con el mío haciendo una combinación perfecta.

─Si mi amor.─respondí accediendo como toda novia dominada por su otra novia más pequeña en estatura y proporción corporal.

Mientras Poché se cambiaba, tomé una ducha de agua fría un tanto larga, necesitaba bajar todo el alcohol que emanaba de mi cuerpo y esta era una de las soluciones.

EL ARTE DE AMARTE (CACHÉ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora