Duerme conmigo

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POV Calle

Me encantaba poner nerviosa a Poché, había encontrado una forma de molestarla lo más inteligente e ingenioso que se me pudo ocurrir.

Quizá era algo extraño bromear y joderla con un beso que al parecer ella quería.

De otro modo, si no quisiera me golpearía, empujaría o simplemente se alejaría.

Su piel, su mirada, sus labios me decían lo mucho que deseaba probar mis labios.

Y aunque me costara aceptarlo...

La curiosidad me invadía y mis ganas por experimentar algo nuevo que mi corazón estaba comenzando a sentir, también estaban teniendo estragos en mi.

Quizá Poché comenzaba a agradarme y no de una forma...

Amistosa.

Me asustaba y me intrigaba mucho saber que era lo que realmente estaba sintiendo.

Quería hablarle más de lo normal, quería estar cerca de ella más de lo normal e incluso podía admitir que yo también quería besarla.

─Por fin despiertas bella durmiente.─dije sonriente mirando el pequeño cuerpo de la paparazzi aferrado a mi cuerpo tal y como lo había hecho aquella vez que despertamos en mi casa.

No me molestaba en lo absoluto despertar de esta forma, era bastante cómoda y más con esta preciosa vista al mar que teníamos desde las habitaciones.

─Buenos días osito.─respondió somnolienta el pitufo azulado levantando su rostro hinchado de tanto dormir dándome una vista muy tierna de su carita. Sonreí por lo linda que era por las mañanas y por el lindo apodo que me había puesto.

─¿Dormiste bien?─pregunte haciendo referencia a lo firme que me tenía abrazada, ella asintió apretando aún más mi abdomen.

─No puedo creer que seas tan cómoda.─susurró metiendo su cabeza en mi cuello haciéndome cosquillas.─¿Crees que los demás ya hayan despertado?─preguntó aun con voz ronca. Yo sabía que se refería a Mario y a Lucas.

Mario no me caía mal pero odiaba lo acosador que era con pitufina.

─Mmm...No lo creo.─respondí tomando mi celular de la mesa de noche.─Apenas son las nueve de la mañana y todos estaban demasiado ebrios.─volví a dejarlo y Poché pareció pensar algo.

─Y...¿Tu igual estabas demasiado ebria?─preguntó curiosa, negué con la cabeza.─¿Recuerdas lo que iba a pasar nuevamente ayer en esta habitación?─pensé un momento que responder, decidí ser sincera y asentir con cierta pena.─Hmmm...¿Podemos dormir un poco más y quedarnos...así?─su tono fue tierno.

Parecía algo incomoda como yo al recordar la noche anterior y la noche del baile.

La acurruque acomodándonos de mejor forma en la cama, Poché sonrió porque iba a dormir un poco más, ambas cerramos los ojos y volvimos a quedarnos perdidamente dormidas.

Los golpes en la puerta realmente molestos se hacían cada vez más duros cada segundo que pasaba y los gritos del intenso de Mario todavía ebrio también incrementaban causándome dolor de cabeza.

─Que fastidio por dios.─me quejé dándome media vuelta en la cama, tapé mis oídos con la almohada y Poché se levantó de la cama directo a la puerta.

─Oh si.─empezó a decir Poché a las contestaciones del pelinegro.─¿Crees que es agradable dormir con ella? No, no lo es pero no tuve de otra más que hacerlo ya que alguien se emborracho como un animal en menos de una hora.─Poché estaba furiosa, no alcanzaba a escuchar lo que emitía el pelinegro pero las palabras de Poché eran fuertes y claras.

EL ARTE DE AMARTE (CACHÉ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora