Jennifer

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POV Calle

Salí junto a mi hermana mayor del cementerio, ambas abrazadas y con un llanto incontrolable.

Papá había fallecido esa misma noche tal y como Juliana me lo había advertido justo después de haber visitado la prisión por primera vez.

Me sentía muy dolida, me sentía devastada, me sentía terriblemente deprimida, terriblemente mal y no era exactamente por él, sino por todo lo que nos llevó a que sucediera eso.

A todas las consecuencias de sus actos durante ese puto encierro en el que me obligó a vivir y a todo el infierno que le hizo pasar a Poché.

Aquella última vez que lo vi postrado en esa cama de hospital prácticamente desangrándose durante el traslado y la corta estadía marcó mi vida para siempre.

Aquellas últimas palabras que me dijo en presencia de Juliana no podían salir de mi mente.

Y es que yo solo esperaba que con todo lo que le estaba pasando comprendiera el significado de la vida y del amor.

Pero...Tristemente...

Nuevamente me había equivocado en todos y cada uno de mis pensamientos llenos de esperanza.

Flashback on

No duró mucho el traslado de mi padre de prisión al hospital.

Todo el mundo estaba alterado, todo el mundo estaba impaciente por llegar. Entre ellos Juliana, mi abuelo y yo.

Poché por otro lado venia montada en un taxi detrás de nosotros que seguía a la ambulancia.

Germán estaba delirando, decía cosas al aire sin sentido. Sostenía la mano de Juliana, sostenía la mano de mi abuelo y a mi solo me miraba con los ojos casi blancos.

La sangre drenando de su cuerpo me tenía shockeada, no dejaba de salir pese a todo lo que estaban haciendo los enfermeros porque parara.

Todo esto hizo que mi mente viajara y me imaginara y recordara a aquella vez que papá me golpeó ferozmente.

─Debes estar...─papá intentó hablar en medio del movimiento en la ambulancia.─Muy feliz...─se pausó y tosió ligeramente.─Daniel...Danielita.─

─¿Cómo puedes decir eso Germán?─reproché negando con la cabeza.─A pesar de todo...─tragué saliva.─Eres mi papá y aunque quería que aprendieras la lección y recapacitaras en todo lo que nos hiciste a mi novia y a mi, jamás hubiera querido que nada de esto te pasara.─Germán intentó reír.

─Eres...─volvió a toser.─La reina de...─tomó un fuerte suspiro.─De las estúpidas.─agaché la cabeza.

─Papá...─lo regañó Juliana. El abuelo se mantenía callado.

─¡Yo jamás...─hizo un esfuerzo por gritar.─JAMÁS...─alzó la voz.─Aceptaré que mi hija sea una rarita!─mi mandíbula se tensó. No podía mirarlo.─Mataré personalmente...A esa hija de puta, te lo juro.─

No pude responder más, el nudo de mi garganta y las miradas de Juliana y mi abuelo me impidieron que siguiera discutiendo.

Germán no podía hacer esfuerzos, por lo tanto tenía que callarme.

Nos adentramos dentro del hospital con la camilla y unos cuantos doctores y enfermeros a nuestro alrededor, llegamos a la habitación donde estaría pero justo antes de entrar detuvieron a mi hermana y a mi abuelo con fuerza de los enfermeros.

─¡Esperen! Solo quiero decirle una cosa más.─pedí en cuanto sentí los brazos de uno de los enfermeros sosteniendo mi cuerpo.

─No tenemos tiempo señorita, necesitamos operarlo de emergencia o perderá más sangre.─explicó el doctor desesperado.

EL ARTE DE AMARTE (CACHÉ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora