¿Novio?

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POV Poché

Los días habían pasado, Calle no me había vuelto a molestar más y mi ánimo simplemente seguía siendo el mismo de hace dos semanas.

Dos semanas desde mi rompimiento con Calle donde no había hecho más que ir al colegio contra mi voluntad, llegar a dormir, comer un poco y hacer tarea. Eso lo hacía prácticamente como si fuese un robot, por simple rutina.

Pero también habían sido dos semanas en las que no había vuelto a ver a la modelo...

Daniela había desaparecido del mapa, Daniela no había vuelto a aparecer ni en el colegio, ni en mi casa, ni en ningún otro lado, ni siquiera en su propia casa, ya que su auto tampoco estaba.

Seguramente estaba en algún viaje que la alejara de la realidad, lo cual era muy cobarde de su parte.

Paula me había buscado un par de veces intentándome explicar las cosas pero al igual que con Daniela, me había negado a cualquier tipo de contacto.

─¡Hey Pochosaurus! ¿Salimos hoy?─dijo la voz agitada de Lalo al otro lado de la línea en cuanto cogí el teléfono.

Lalo había estado conmigo en todo momento al igual que Alejo y Kevin, era sorprendente vernos nuevamente juntos después de tantos años pero se sentía igual que antes o mejor.

─No lo sé Lalo, no tengo ánimos.─respondí cambiándole de canal al televisor.─Además tengo tareas y todo eso.─era domingo y era verdad, no había hecho absolutamente nada el fin de semana, solo me quedaba hoy para terminarlo todo.

─No seas aguafiestas, solo serán unos cuantos coctelitos con tus amigos, ya sabes, algo de diversión y distracción.─respondió nuevamente agitado, seguramente le había tocado trabajar en domingo en el campo de los Calle, algunas veces eso pasaba.

─Conozco el término "coctelitos" y esos coctelitos significa embriagarnos hasta el amanecer.─me burlé recordando mis últimas dos borracheras con él para ser más específica.

─Esta vez será diferente, ya lo verás.─intentaba convencerme.─Invité a un par de amigos de nuestro antiguo colegio, estoy seguro que a todos les daría mucho gusto verte.─

Lalo era muy insistente, el de verdad había intentado hacer de todo con tal de no verme triste, con tal de distraerme y hacerme un poco feliz

Suspiré y pensé un momento si nuevamente me vendrá bien dañar mi hígado y mis riñones. Llevaba dañándolos más de lo que estaba acostumbrada, cinco días bebiendo sin parar desde mi ruptura ya eran demasiados para mí.

─Pff está bien, pero solo porque me agrada ese bar.─accedí sin mucho problema, era muy fácil convencerme bajo estas circunstancias.─No llegues tarde.─colgué y comencé a hacer esa tarea que me faltaba.

Al paso de dos horas acabé, tenía el tiempo exacto para cambiarme de ropa y maquillarme un poco, el bar era pequeño, sin mucha gente y muy agradable para pasar el rato, conversar y jugar billar.

Lalo pasó por mí a la hora acordada en mensajes, me despedí de mi papi quien hasta la fecha seguía extrañado de mi depresión.

No podía contarle por razones obvias que el motivo de dicho estado de ánimo era nuestra vecina pero Valentina quien desde el primer momento en que se enteró intentó dirigirse a casa de los Calle y asesinar con sus propias manos a la modelo.

Se lo impedí tres veces para ser exacta, todavía la amaba, todavía estaba enamorada y por eso mismo no me gustaría que le sucediese nada malo o que alguien actuase contra ella por mi culpa.

Si, también seguía siendo una pendeja que se preocupaba por su integridad aunque a ella le hubiese importado un cacahuate mi propia integridad.

─¿Puedes recordarme los nombres de los chicos que invitaste?─pregunté cuando Lalo siguió el camino doblando a la derecha, estábamos a dos calles de llegar.

EL ARTE DE AMARTE (CACHÉ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora