"M" y "D"

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POV Poché

Todo estaba más que listo, todo indicaba que esta iba a ser una noche perfecta.

Perfecta para las dos.

Nunca antes había hecho algo así, nunca antes había sorprendido a alguien con alguna cita, con alguna cena, ni con absolutamente nada.

Normalmente estaba acostumbrada a que chicos me invitaran a salir, pero todo era en plan de amigos.

Con Daniela era totalmente diferente, ambas chicas, ambas en plan de algo más que amigas, algo más real, fuerte y puro.

Terminé de colocarme el perfume que tanto le encantaba a la modelo, me acomodé el traje de palmeras en el cuerpo una vez más y finalmente salí de mi habitación asegurándome que todo estuviera perfecto para cuando regresáramos de la cena.

La ropa que traeríamos era la más adecuada para el lugar al que iríamos a la orilla del mar, el sonido de las olas y sobre todo una vista increíble.

Y por otro lado también pensé en Calle, junto con Alejo y como ya lo había dicho, con ayuda de Paula le había comprado otro traje muy hermoso en color blanco.

Estaba impaciente por verla, estaba impaciente por tener nuestra primera cita "normal" como cualquier pareja y que mejor que hacerlo en esta ciudad mágica.

─Amor, ¿Puedo pasar?─pregunté del otro lado de la puerta de la habitación de la modelo tocando ligeramente.

─Si cosita, puedes pasar.─respondió la chica. Entré con nerviosismo y en cuanto vi al bello ángel caído del cielo, abrí la boca sorprendida por lo jodidamente linda que se veía con ese conjunto.

─¿Acaso estoy muerta? ¿Acaso estoy en el cielo? Porque creo que estoy viendo a un ángel.─dije un tanto cursi escaneando el conjunto de arriba para abajo.

─¿Acaso no te has visto en el espejo? Eres la mujer más guapa del universo entero amor.─respondió de igual forma halagando lo que llevaba puesto.─Pero, ¿Cómo conseguiste el traje?─se auto señaló.─Me queda a la perfección y no recuerdo haberte dicho mis tallas de ropa ni lo mucho que me gustaba usar este tipo de ropa.─sonreí.

─Digamos que...─respondí acercándome lentamente a ella.─Tuve ayuda de una personita allá en Bogotá.─

─Galindo...─susurró adivinando.─Pues gracias amor, por todo esto.─besó mis labios con un simple pico, no queríamos arruinarnos el labial.

─¿Nos vamos?─sugerí abriéndome paso. Calle asintió, tomó su bolso y finalmente salimos del hotel.

Nos encontramos con la limusina que había contratado para esta noche, Calle pegó un salto de alegría, se montó rápidamente y no dudó en comerme a besos dentro de esta importándole ya una mierda arruinar nuestro maquillaje.

Mi chica estaba más que feliz, contenta y emocionada, eso lo valía todo.

Llegamos al lugar después de media hora aproximadamente y mientras caminábamos por el caminito de madera que daba con el restaurante, Calle no dejaba de observar todo a su alrededor, parecía niña pequeña.

─Y bien...¿Te gusta?─pregunté nerviosa deteniéndome frente al lugar, Calle seguía con ese asombro y una de las meseras estaba esperando para llevarnos a la mesa.

─¡Me encanta amor, gracias!─gritó con mayor emoción saltando a mis brazos, me besó nuevamente frente a todas esas personas y después se despegó de mi dejándome con vergüenza en el rostro.

Nunca antes nos habíamos besado frente a tantas personas, era raro pero me gustaba.

La mesera nos sonrió tiernamente sin hacer ningún otro tipo de expresión extraña o de desagrado alguno, pasó a indicarnos cual era nuestra mesa y efectivamente era la mejor mesa del lugar, tal y como lo había pedido. Con unas maravillosas velas de olor y un toque de elegancia en los adornos.

EL ARTE DE AMARTE (CACHÉ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora