Sí, si es contigo.

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POV Poché

Nunca antes había esperado tanto este vuelo, nunca antes me había sentido así de nerviosa, de ansiosa al momento de abordar un avión.

Era la primera vez que Daniela y yo viajábamos juntas y era la primera vez que la vería competir.

Mi bebé era la mejor golfista del mundo, de eso tenía pruebas, no tenía ninguna duda.

─¡Amor!─Daniela me estaba llamando, meneaba mi cuerpo intentando hacerme reaccionar.

Me había quedado dormida durante el vuelo, no sabía cuánto había dormido pero seguramente era mucho.

Me quejé por lo bajo y lentamente fui abriendo los ojos, sentía los ojitos hinchados de tanto dormir.

─Hola.─saludé con voz ronca. Saqué el cojín de mi cuello y me recargué sobre su hombro.

─Poché no te duermas, vamos a aterrizar.─pidió encogiendo el hombro. Me quejé incorporando mi cuerpo.

Sujeté mi cinturón de seguridad y como cada en cada vuelo, las incontrolables cosquillas en mi estómago aparecieron. Calle apretó mi mano igual que como lo había hecho al despegar, se alteraba un poquito al sentir dicha sensación.

Bajamos del avión y esperamos el equipaje, no tardó mucho en llegar pero mientras eso sucedía, Daniela no paraba de hablar con ese idiota.

Quizá no había nada de que preocuparme pero era nuestro primer vuelo romántico y Lalo no tenia porque intervenir en nuestras vidas.

Daniela soltó una risita por algún chiste bobo que había contado el idiota, Germán apareció en medio de los dos y se llevó a su hija lejos de ese idiota, le pasó su teléfono celular y Daniela pegó el celular a su oído.

El papá de Calle llevaba hablando por teléfono desde que bajamos del avión, habían muchas cosas que hacer el día de mañana, seguramente estaban acomodando horarios para entrevistas, fotografías y todo antes del gran día.

─Por cierto, no te perdiste de nada en la práctica de ayer niñita.─Lalo se burló regresando su mirada hacia mí, despeinó mi cabello con una de sus enormes manos y sonrió como si fuese lo más divertido del mundo.

La sangre de mi cuerpo se calentó en tan solo un segundo, si bien, una de las cosas que más odiaba en el mundo era que las personas agarraran mi cabello.

─¡Felicitaciones Lalo!─grité golpeando su brazo.─Por fin pudiste tener un par de horas junto a mi....─me detuve antes de cagarla.

─¿Junto a tu qué?─preguntó dudoso cruzándose de brazos.

─Amiga.─respondí sin titubear.─No sé cómo Calle te aguanta, eres insoportablemente idiota.─rodeé los ojos y me crucé de brazos copiando su acción.

─Querrás decir que soy insoportablemente lindo, eso piensa tu amiga de mi.─dijo haciendo referencia en mi chica.─Ayer estuvimos a punto de besarnos.─confesó haciéndome sentir como un golpe directo al pecho.─Seguramente las cosas van mal con su novio porque no hizo nada para impedirlo.─

Mi cuerpo se tensó, mi pecho dolía, era como si nuevamente estuviera sintiendo lo que sentí aquella vez que Calle me confesó que se había acostado con Lucas el mismo día que lo terminó.

No podía estar segura si realmente era verdad lo que el idiota me había dicho, conocía a Lalo y sabía que era un puto mentiroso, así que obviamente confiaría más en las palabras de Daniela.

El día de ayer hubiera deseado poder estar presente como en cada entrenamiento de la modelo, pero lamentablemente había tenido cosas un poco más importantes que hacer.

EL ARTE DE AMARTE (CACHÉ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora