Auto

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POV Calle

La confesión de Poché me había dejado sin palabras.

Literalmente no había sabido que responder después de eso.

Tenía miedo de cagarla al responderle algo que probablemente no le iba a parecer o tal vez si, pero también tenía miedo de mentirle.

Aunque sabía que de una u otra forma la había cagado, incluso la había cagado por no correr tras de ella.

No sabía lo que estaba pasando conmigo, la quería, me encantaba estar con ella, me gustaba demasiado pero...

No estaba cien por ciento segura si me estaba enamorando de Poché, probablemente sí, probablemente no...

Pero mierda...Tan solo veía sus ojitos, tan solo probaba sus labios, tan solo respiraba su perfume y eso me bastaba para hipnotizarme.

Ya era viernes por la mañana, me había dado prisa para pasar donde mi vecina para dirigirnos al colegio.

Sabía que estaba molesta o quizá sentida por lo sucedido ayer, necesitaba remediarlo y no sabía exactamente cómo hacerlo.

Salí de mi hogar, saqué el auto de la enorme cochera y finalmente paré el auto frente al hogar de la paparazzi, decidí no decirle ni avisarle nada y mejor dejarla sorprenderse por mí.

Pasaron no menos de cinco minutos cuando la paparazzi abrió la puerta de su hogar, Juan Carlos se despidió de su hija y después pude ver una cara de asombro al verme ahí parada junto a mi auto.

Me acerqué a saludar al mayor de los Garzón amablemente, siempre era un gusto ver a ese señor pero sobre todo era un placer ver al pequeño ser que había procreado junto con Marta.

─¡Juan Carlos!─hablé efusiva dándole un abrazo a mi sueg...Al papá de Poché.─Mi papi acaba de regalarme ese auto justo ayer y bueno, quise venir a recoger a Poché.─le regalé una linda sonrisa a la pequeña que se mantenía seria.

─Dany, es muy lindo de tu parte.─dijo dándome una palmadita en la espalda.─Ese camión en el que se va mi hija todos los días tiene los asientos tan duros que ya le está aplanando el trasero a mi hija.─ambos reímos menos Poché quien regañó a su papá con la mirada.

─Ya no tendrá que sufrir más.─sonreí.─El trasero de Poché volverá a la normalidad, de eso me encargo yo.─las mejillas de la más pequeña se tornaron rojo, mostré mis dientes en una sonrisa divertida que solo ella conocía.─¿Nos vamos?─me dirigí a Poché, ella solo empezó a caminar hacia el auto cruzándose de brazos. Juan Carlos y yo levantamos los hombros.

─Felicidades por el auto Dany.─me regaló un último apretón de manos.─Conduce con precaución.─pidió señalándome una última vez. Asentí sin problemas.

Me subí nuevamente al auto, coloqué el cinturón de seguridad y sonreí al ver a Poché todavía sonrojada.

─Hola cosita bonita.─saludé tiernamente a la chica junto a mí.─¿Cómo estás además de preciosa?─aprecié su belleza unos segundos intimidándola un poco.

─No estoy de humor.─dijo desganada cruzándose de brazos.─Conduce por favor.─dejó de mirarme y prefirió fijar su vista al frente.

─No voy a conducir hasta que hablemos.─dije doblándome un poco, tomé una mano de la peli azul y la entrelacé con la mía.─Perdón Poché.─

─No tienes que pedirme perdón, no hay porque perdonarte.─soltó una risita irónica.─Yo no debí decirte lo de ayer.─se arrepintió.

─¿Por qué no?─pregunté con miedo.

EL ARTE DE AMARTE (CACHÉ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora