¡Estoy harta papá!

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POV Calle

Estaba tomando mi desayuno rápido con mi padre y Juliana.

Y...como era de esperarse, el no dejaba de mirar mi mano y maldecir la hora en la que me había lastimado, no por mi salud, sino por lo que él pensaba.

─Antes eras una holgazana Daniela, ahora tu maldita mano te hará serlo el doble.─Germán se quejó una vez más.─Ahora si tienes un pretexto muy bueno para faltar a la escuela, perder tus clases, perder tus exámenes y reprobar.─rodeé los ojos.

─Fue un maldito accidente papá, no soy una maldita holgazana como tú dices.─me defendí.─Y no voy a reprobar las materias como tú dices.─metí un pedazo de piña en mi boca y lo mastiqué desganada.

─¿No vas a reprobar?─preguntó sarcástico.─Já Quiero ver eso.─se burló de mi.─No podrás escribir y apenas es tu cuarto día de clases. Estás perdida.─

Al parecer mi padre se sentía vidente o veía el futuro. No podía afirmar algo que todavía no pasaba, ni iba a pasar obviamente.

─Ya te dije que pondré a una chica a que lo haga por mí, yo pondré atención en las clases.─le expliqué una vez más.─No dudes de mi capacidad.─lo miré con tristeza.

Estaba empezando a molestarme además de deprimirme por mi situación.

─Justo por que dudo de tu capacidad y lo irresponsable que eres te lo estoy diciendo.─las palabras llenas de mierda salieron como solo ellas sabían hacerlo.

La forma de herirme y lastimarme justamente era así.

─¡Estoy harta papá!─pegué un grito y un fuerte golpe en la mesa haciendo sobresaltar a mi hermana.─Yo veré como me las ingenio para pasar.─señalé a Germán y este se levantó de la mesa con furia, caminó hacia el pasillo.─Terminaré mi carrera, te juró que lo voy a hacer si eso es lo que te preocupa.─le aclaré observando como detenía sus pasos, dio media vuelta y volvió a mirarnos a mi hermana y a mí una y otra vez.

Los enfrentamientos fuertes con papá comenzaron hace más de cinco años, cuando empecé a decir lo que no me parecía, ciertas injusticias o cuando algo realmente me lastimaba como ahora.

─¿Por qué no puedes ser como tu hermana?─escupió con desprecio.─Responsable, inteligente, carismática...En fin.─empezó a enumerar las mil y un cualidades de Juliana.─Tú vida solo gira entorno a la fiesta, la música, la moda, los chicos y los problemas.─suspiró.─Madura Daniela, madura.─negó con la cabeza y siguió su camino escupiendo fuego.

Abrí la boca incrédula por la estúpida discusión que había generado mi padre.

Me dolía que dudara de mí, que no creyera en mí, que una vez más nos comparara a Juliana y a mí como si fuéramos mercancía y aunque esto ya había pasado varias veces. Hoy me había dolido más que nunca esa comparación.

Lo peor que puede hacer un padre es comparar a sus hijos o a cualquier persona con alguna otra.

─Calle...─mi hermana me llamó y jaló mi brazo en cuanto me paré de la silla con lágrimas en los ojos amenazantes con salir.

─No Juliana, no me toques por favor.─le pedí alzando las manos.

─Pero...¿Por qué?─preguntó con pena en sus palabras.─Yo solo quiero ayudarte, ignora las palabras de papá.─pidió tomándome del brazo nuevamente.

─¿Cómo quieres que las ignore?─la miré apretando la mandibula.─No puedo creer que por una maldita lesión lo haya jodido todo.─la tristeza se estaba convirtiendo en coraje hacia mi padre.─Papá no piensa en lo que dice, papá es un maldito ogro.─

EL ARTE DE AMARTE (CACHÉ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora