Doctor León

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POV Poché

Llegué al hospital con el corazón agitado y el alma en un hilo.

La angustia y la preocupación que sentía no era nada normal.

─Pau, ¿Ha pasado algo?─Juli preguntó inmediatamente cuando visualizamos a Johann y a ella en la sala de espera con un café en la mano.

─Todavía nada, todo sigue igual que ayer.─respondió desganada mirándome.─Volvieron a poner las costillas en su lugar al igual que su nariz y bueno, afortunadamente todo salió bien pero eso ya lo sabíamos.─me informó prácticamente solo a mi que desconocía lo que había pasado con ella.─También detuvieron las hemorragias externas y bueno, solo hay un detalle...─

─¿Qué detalle?─esta vez fue Mafer quien preguntó preocupada, pero antes que ella pudiera responder, un hombre con bata blanca no tan viejo de unos cuarenta años se acercó a nosotros.

─Hola buenas tardes.─dijo aquel ser masculino firmemente.

─¿Quién es usted?─pregunté curiosa parándome frente a él. Bajó la mirada fijandola en mi pequeña estatura y sonrió tiernamente.

─Soy el doctor León, encargado de la salud de Daniela.─me extendió una mano y ambos la estrechamos. Mafer y Juli se colocaron a mis costados.

─Doctor, le estaba explicando a María José lo que me dijo hace unos momentos y...─Paula iba a explicar pero se vio interrumpida por el doctor.

─Si bueno, no hemos podido detener las hemorragias internas.─empezó a explicar de la forma fría y típica que tenían los doctores para estas cosas.─Los vasos sanguíneos internos de Calle se rompen cada que le aumenta la fiebre y bueno, su estado es muy delicado.─

Mi corazón se detuvo un momento al escuchar dichas malas noticias, decidí tomar un poco de esperanza y comprobar todo por mi misma, con mis propios ojos por más doloroso que fuera.

─¿Puedo verla doctor?─me dirigí al doctor controlando mis impulsos.

─No son horas de visita, pero mañana a primera hora podrán verla.─contestó algo que no me gustó en lo absoluto, necesitaba verla, necesitaba estar con ella y decirle cuanto la amaba.

Asentí sin ganas y finalmente el doctor se retiró de donde estábamos todos.

─María José, hija.─Mafer habló después de ver mi cara de desilusión por lo dicho por el doctor.─Mientras llega el día de mañana, deberías ir a tu casa a descansar un poco, darte una ducha, comer algo...─negué con la cabeza.

─No Mafer, no.─pasé las manos por mi cabeza.─Yo tengo que estar aquí, tengo que recompensar todo el tiempo que estuve lejos de ella.─

─Poché, Mafer tiene razón.─Laura intervino esta vez entrando en confianza con la mamá de mi novia.─Además Juan Carlos y Vale deben estar más que angustiados por ti.─suspiré.─Nosotras te llevamos y te volvemos a traer de vuelta aquí lo más pronto posible.─

─Pero...─iba a volver a negarme, luego pensé en que mi estado físico y de salud estaba hecho un asco.─Mierda, está bien.─acepté desganada.─Pero prometo regresar lo más pronto posible.─todos asintieron con una ligera media sonrisa.

Me despedí con un movimiento de manos y finalmente salí del hospital sintiendo mucho peso caer en mis hombros.

Me sentía débil, agotada y de cierta forma hambrienta.

Las Villa durante el trayecto en el auto intentaron darme ánimos, intentaron verle el lado bueno a mi salida de prisión, yo solo me limitaba a asentir y susurrar un par de cosas ignorando completamente lo que decían.

EL ARTE DE AMARTE (CACHÉ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora