Impulsos

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POV Poché

Daniela al parecer no había pegado un solo ojo en toda la noche, el tema de Lucas probablemente la tenía demasiado ocupada.

Rodaba y rodaba en su parte de la cama obligándome a despertar repetidas veces.

Me hubiese encantado dormir nuevamente abrazada a ella porque era demasiado cómoda, no por otra cosa obviamente pero sabia que necesitaba su espacio para pensar cosas.

El regreso en el avión había sido exactamente igual que el de ida, todos dormidos, desvelados y con resaca. Daniela junto a mí se había quedado dormida en mi hombro.

Mario estaba un poco incómodo por el tema de su amigo y la modelo, su cercanía de la morena conmigo también le daba pesar al pelinegro entre otras cosas.

Los celos que anteriormente había sentido por haber visto besarse de una forma tan desagradable a esa pareja automáticamente desaparecieron en el primer momento en el que Jennifer le lanzó la bebida a la modelo y terminaron de fulminarse convirtiéndose en incomodidad cuando el descaro de Lucas lo llevó a confesar sus aventuras con la porrista.

(...)

Ya era martes, el regreso al colegio después de nuestro extraño viaje.

Las ganas por quedarme en casa y descansar todo lo que no había podido descansar gracias a Daniela eran enormes, de no haber sido por Valentina quien golpeó mi cabeza con un cuaderno hubiera seguido mi sueño profundo.

─¿Cómo está Calle?─preguntó Vale detrás de mí quien me estaba ayudando a hacerme una coleta alta detrás de mi cabeza.─Deberíamos ir a visitarla, extraño tanto verla.─

─Está...Bien.─mentí haciendo una mueca de desagrado.─No creo que sea muy conveniente visitarla en estos días.─mi hermana jaló mi cabello duro haciéndome pegar un pequeño grito.

─¿Por qué? Si tu no quieres ir puedo ir sola, no necesito a mi espejo detrás de mi.─levantó los hombros, le dio la última vuelta a la liga y soltó un "listo".

─Corrección, tu eres mi espejo.─señalé.─No he hablado con ella desde el domingo.─me apliqué un poco de fijador para el cabello evitando que salieran pequeños cabellitos bebés de mi cabeza, los pegué a mi demás cabello y regrese mi mirada a mi hermana. Valentina parecía pensativa.

─Que raro...Creí que ese viaje las iba a hacer reaccionar y darse cuenta de lo mucho que...─hizo una pausa, me estaba rascándose la barbilla, me miró de reojo y volvió su vista al suelo de mi habitación.─Se caen bien.─

─No nos caemos bien Vale.─corregí apretando la mejilla de la pequeña.─Nos toleramos que es diferente.─le regalé un último guiño.─Ahora, bajemos a desayunar, papá ha de estar impaciente porque probemos su licuado raro.─ambas reímos y finalmente bajamos a tomar el desayuno como todos los días con ser que más amaba en el mundo.

El desayuno se basó en completar lo que ya les había comentado el día anterior que regrese a Bogotá, les conté las anécdotas y chistes que me faltaron por decirles respecto al viaje.

Esa platica se extendió más de lo que debía extenderse, como casi siempre se me había hecho tarde, de no haber sido por Alejo que me llamó furioso por mi retraso ambos hubiéramos perdido el ultimo bus con dirección al colegio.

─...No lo sé Alejo, no sé qué es lo que me pasa con esa chica.─terminé de contarle como habían sido nuestros dos intentos de besos entre Calle y yo.

Alejo estaba tan intrigado que me sonsacó a no entrar a la primera hora de clases, accedí casi sin problema ya que el tema no se podía hablar en tan solo quince minutos.

EL ARTE DE AMARTE (CACHÉ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora