"Accidente"

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POV Poché

Todo me estaba jugando en contra, juraba poder detestar mis impulsos en estos momentos.

Mañana sería el día de la audiencia final, donde el juez iba a dictar sentencia bajo todos los métodos de prueba rechazados y admitidos que ambas partes habíamos agregado.

En ese juicio se vería quien tenía la razón, que claramente la tenía yo por supuesto, pero todavía me quedaba ese miedo de las cartas que pudiera jugar mi "suegro" contra mí.

Mi abogado había metido todo tipo de prueba en mi defensa con la esperanza que la mayoría se aprobara y no se rechazara ninguna si era posible.

Hoy Germán me había amenazado nuevamente, se había burlado de mi en mi propia cara y sobre todo me había contado de la vida de infierno que estaba llevando su propia hija gracias a mi.

Lamentablemente no me pude aguantar más, me lancé a su cuello y bueno, un delito más a la lista de "supuestos delitos".

No sabía nada de Calle, ni siquiera sabía si era verdad lo que Germán había dicho. Papá lo único que me ha contado era que ella estaba aparentemente bien, no sabía cómo era que lo sabía por el encierro en el que vivía mi novia pero confiaba en él, creía ciegamente en él.

Llevaba pensando en toda la serie de mierda en la que me había metido en tan solo un par de días, era increíble el poder que tenía Germán dentro de este país.

La celda en la que me encontraba era exclusivamente para mi, estaba catalogada como un peligro para la sociedad por lo que se me imputaba pero todavía no se me comprobaba y acusaba.

Era algo estúpido pero era una medida cautelar.

Por el otro lado, gracias a mi estúpido comportamiento impulsivo, había perdido el derecho a mantener el contacto con mi papi y ahora el único contacto que tendría sería el de mi abogado.

Inconscientemente poco a poco las lágrimas que había derramado hicieron que me consumiera en unos minutos obligándome a caer en un sueño profundo.

Los golpes en los barrotes de la celda me hicieron despertar, era hora de cambiarme, alistarme y ponerme decente para enfrentar dicho juicio. Mi padre, mi hermana y mis amigos estarían presentes dándome ánimos desde el público, de eso estaba segura.

Ayer mismo había preparado toda mi defensa, cada una de mis palabras, entre otras cosas junto a Alberto, me sentía nerviosa pero a la vez relajada.

─¡Ya escuché! No soy ningún puto animal.─grité apretando mis oídos fuertemente, los policías me querían joder, seguramente era otra orden de Germán.

─Garzón, tu abogado necesita hablar contigo de algo importante.─informó uno de los dos policías con voz fuerte. Me levanté automáticamente de golpe de "la cama de piedra" en la que había dormido.

Limpié mis ojos como pude y finalmente pedí mi salida, me colocaron las esposas y finalmente llegue hasta la sala de siempre encontrándome con Alberto sentado, serio y con las manos unidas pegadas a la boca.

─¿Qué hay de nuevo Alberto?─pregunté como todas las veces que venía a visitarme.─Si vienes a repetirme lo que tengo que decir hoy, quiero que sepas que lo tengo muy bien aprendido y...─me interrumpió en cuanto tomé asiento frente a él.

─No es nada de eso María José.─habló fuerte.─La audiencia se canceló.─

─¿¡Qué!? ¿¡Por qué!?─me sobresalté confundida.─Se suponía que hoy mismo si todo estaba a mi favor saldría de esta ratonera.─Alberto parecía incomodo, suspiró y finalmente habló.

EL ARTE DE AMARTE (CACHÉ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora