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Después de 45 minutos de camino llegamos a un lugar con una fachada destrozada pero al entrar todo era diferente. Había muchas personas de la tercera edad y varias personas jóvenes de unos 30 o 40 años, también de mi edad cuidando de las personas mayores.

- ¿qué te pasó, Felipe?
- un bastardo me disparó con su ballesta.- no entendía lo que decían pero al parecer lo que le dijo Felipe le hizo gracia al otro.- no te burles.
- ¿y ella?
- tomaron a uno de los nuestros, tomamos una de los suyos, tienen nuestras armas.
- ¿sus armas? Son armas de mi papá y del campamento.
- nosotros las vimos primero.
- mi papá las traía y se le cayeron, son de él.
- me cae bien, es tosca. - dijo otro.
- te enseñaré el lugar. - me iba a tomar del brazo pero me quité. - sigueme. - lo seguí y entramos a un salón grande con muchas personas mayores.
- ¿es nueva?
- si pero no se quedará por mucho porque tiene que regresar con su familia.
- ¿estás perdida, hija? - miré al hombre y asintió.
- si, pero me recogieron y gracias a ellos también pude contactar a mi familia, me había perdido.
- me alegro tanto que no te haya pasado nada, tu familia ha de estar muy aliviada.- sonreí. - bueno... yo iré a ver a la Sra. Gillies, sientete como en tu casa y si quieres regresar, dudo que ellos te digan que no.
- encantada de regresar.
- cuidate, cariño. - me acarició la mejilla y se fue con otra persona.
- vaya.. si que necesitan bastante las armas.
- si..
- pero dudo que mi grupo se las quiera dar, en mi campamento... no hay personas de la tercera edad como ellos pero si hay niños y hay uno que otro que está llegando a los 60 años. - suspiré. - pueden hacer un trato, mitad y mitad.
- las necesitamos todas, mira este lugar, es enorme con muchas entradas, en parte algo vulnerable y necesitamos mucha protección para ellos.
- sé lo que contiene la bolsa, la mitad son aún bastantes armas, créeme.

[...]

Después de un rato llegaron, me sacaron a la azotea atada de manos y con un saco en la cabeza, luego me devolvieron a adentro del lugar.

- dijiste que tu papá es policía, ¿no? - asentí mientras me desataba las manos. - se ve que es buena persona.
- lo es, siempre quiere lo justo y lo mejor para las personas, él estará dispuesto a un trato y lo ofrecerá. - asintió. - iré a ayudar en lo que pueda por mientras. - asintió de nuevo y fui al salón.

Un hombre comenzó a tener una crisis de asma, todos estábamos a su lado, dándole espacio para tratar de respirar pero también cerca de él.

- ¿qué pasó? - me preguntó papá mientras lo abrazaba.
- le está dando una crisis de asma.
- nos preocupamos demasiado por ti, ______.
- lo siento. - dije. - oigan... deberían darles al menos la mitad de las armas. - Daryl suspiró.
- las necesitamos.
- igual que ellos, ¿ya viste este lugar?
- morirán pronto.
- igual que tú o nosotros, no sabes cuándo puede ser tú último día con vida. - se calló y papá los miró a los tres, los tres asintieron.
- bien... hablaré con Guillermo. - dijo y se fue. - aún siendo la mitad son bastantes.
- vámonos.
- cuídense y cuidenlos mucho. - le dije al hombre que me llevó a ese salón.
- lo haremos, ustedes igual. - le guiñé el ojo y me fui.

Después de un rato de trotar llegamos al lugar donde dejamos el camión pero ya no estaba. Que flojera, pero bueno... si pude llegar del bosque a King County cojeando, puedo trotar, caminar o correr hasta el campamento.

- creímos que te estaban haciendo algo.- dijo Daryl.
- no... me dijeron que no me harían nada, sabían que irían a entregar al otro para recuperarme, querían las armas también.- lo miré y el desvió la mirada. - son muy buenas personas.
- ¿buenas personas después de raptarte y de apuntarnos a todos nosotros? - reí.
- sus intenciones son buenas, al menos hay personas que se preocupan por la gente grande aunque sepan que no les queda tanto tiempo de vida. - sonrió de lado. - ¿sabes? Pienso que Merle en este momento está aparte de manco, está ebrio, me da esa sensación de que hace eso.
- pasó al menos 30 años de su vida ebrio, dudo que no se ponga ebrio ahora. - sonreí.- o que si se encuentra un cigarro y un encendedor... dudo que no fume.
- ¿vicios toda su vida? - asintió.
- bares, mujeres, sexo, alcohol, cigarros y drogas. - dijo. - esa fue su vida antes de esto.
- ¿y la tuya?
- solo bares, alcohol y cigarros, casi nada de sexo. - dijo. - ¿algún vicio?
- solo alcohol y sexo, y eso que apenas tengo 18. - rió y papá volteó a vernos. - no dije nada. - Daryl y yo reímos a lo bajo.

Después de unas horas ya el sol se había metido y nos acercábamos más al campamento pero cuando estuvimos a pocos metros de distancia escuchamos gritos, nos apresuramos más y nos encontramos con la nada grata sorpresa de que había caminantes en el campamento.

Sacamos varias armas de la bolsa y comenzamos a matar a los caminantes hasta terminar con ellos.

- ¡papá! ¡_____! - gritó Carl corriendo hacia papá, lo abrazó y después me abrazó a mí.- no vuelvas a irte, por favor, no rompas tu promesa, no quiero que te vayas de nuevo, ni por Merle Dixon.
- tranquilo, ya no me iré. - lo cargué como pude y me acerqué a mamá. - ¿estás bien?
- si... estoy bien. - dijo y me abrazó. - me preocupé bastante por ambos.
- estamos bien, mamá, no te preocupes.-  suspiré. - perdón por lo que dije en la mañana, ¿si?
- eres una mujer ya, no me puedo oponer si te quieres caer o no. - sonreí y la abracé.

No pasó mucho cuando papá se unió al abrazo. Me alegro de tener a mi familia completa.

Grimes & Dixon [Daryl y tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora