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-Hoon: He oído que buscas algo que explote...

-Jooheon: Sí... Por favor.

-Hoon: Toma, chico —dejó un explosivo en el mostrador —. Ten cuidado, ¿eh?

-Jooheon: Ya... Lo tendré —cogí el artefacto.

-Hoon: Dales a esas chicas un pequeño susto de parte del tío Hoon.

-Jooheon: Hoy no, Hoon.

Él rió. Sabía de lo que hablaba.

-Hoon: Va, cuídate.

-Jooheon: Hasta luego...

Sin más, salí de ahí y bajé a la calle. El coche ya esperaba justo ahí en frente, con Vernon ya dentro. Al parecer conducía yo, así que me subí como conductor y dejé cuidadosamente la bomba en los asientos de atrás.

-Vernon: Espera un momento. Antes de hacer nada, escúchame... Es sobre esa chica.

-Jooheon: ¿Naeun?

-Vernon: Sí. No tienes por qué liquidarla. Solo haz que desaparezca.

-Jooheon: ¿La conoces?

-Vernon: Sí... He estado con ella varias veces. Es una buena muchacha, Jooheon. Quizás no muy lista, pero no se merece que la frían solo porque le gusta escucharme cuando hablo.

-Jooheon: ¿Crees que se irá de la cuidad?

-Vernon: ¿Cuando sepa qué le pasará si no lo hace? Sí, claro que se irá. Toma quinientos euros —metió la mano en su bolsillo y sacó unos cuantos billetes, los cuales me entregó —. Dáselos. Asegúrate de que se marcha lejos.

-Jooheon: Vale... ¿Sabes dónde la puedo encontrar?

-Vernon: Su habitación es la doscientos ocho. O por lo menos siempre vamos allí.

-Jooheon: Está bien. Veré qué puedo hacer...

-Vernon: Venga... Arranca.

Puse en marcha el coche y comencé el trayecto hacia donde teníamos que ir. Conduje hasta la iglesia de St. Michael, para primero dejar a Vernon.

-Jooheon: Esta es tu parada.

-Vernon: Le daré el pésame a la familia de tu parte.

-Jooheon: Gracias —reí —. Mucha suerte.

-Vernon: Igualmente.

Vernon se bajó del coche, y entonces me puse en marcha al burdel. Madre... Si ____ supiera a dónde iba...
Estaba prácticamente al lado, no tuve que dar muchas vueltas. Aparqué el coche en frente del enorme edificio. Que eso fuese un burdel... Era fascinante, la verdad. Daba el pego de hotel.

Me guardé el explosivo en la americana, salí del coche y, andando tranquilamente, entré al burdel. Había un hombre ahí nada más entrar, parecía que vigilando.

-Vigilante: Compórtate aquí dentro, ¿vale?

-Jooheon: Sí, sí... Perdone, ¿sabe dónde puedo encontrar al dueño?

-Vigilante: Yo solo vigilo la puerta, amigo.

Pues vale... Sin añadir nada más, pasé por su lado, adentrándome así en el lujoso edificio. Esta primera planta por lo que veía era enorme. Todo súper elegante y lujoso. Unos sillones por ahí en medio, una alfombra enorme, cuadros caros, escaleras de palacio, lámparas gigantescas... Era bastante impresionante. Una señora allí delante me miraba fijamente, y vaya...

-Señora: Hola, guapo —sonrió —. ¿Has venido aquí a por mujeres, bebida, o ambas cosas?

-Jooheon: Por una chica, y un asunto pendiente con el dueño.

𝐒𝐡𝐨𝐨𝐭 𝐎𝐮𝐭 | 𝐌𝐨𝐧𝐬𝐭𝐚 𝐗 (+𝟏𝟖)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora