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-¿Qué te ha pasado?

Jace parecía afrentado.

-¿Qué me ha pasado a mí?

Alec lo sacudió, no suavemente.

-¡Dijiste que ibas a dar un paseo! ¿Qué tipo de paseo te lleva seis horas?

-¿Uno largo? –sugirió Jace.

-Podría matarte –dijo Alec, soltando su agarre de la ropa de Jace–. Estoy pensando seriamente en ello.

-Aunque  eso  iría  en  contra  del  tema  en  cuestión,  ¿no?  –dijo  Jace.  Él echó un vistazo alrededor–. ¿Dónde están todos? ¿Isabelle y...

-Isabelle y Max se quedaron en casa de los Penhallow, con Sebastian –dijo Alec–. Mamá y papá van hacia allí a por ellos. Y Aline está aquí, con sus padres, pero ella no habla mucho. Pasó un momento bastante malo con un demonio Rezkor bajo uno de los canales. Pero Izzy la salvó.

-¿Y  Simon?  –dijo  Clary  con  ansiedad–.  ¿Has  visto  a  Simon?

Él  habrá bajado con los demás desde el Gard.        Alec sacudió la cabeza.

-No,  no  lo  he  hecho...  Pero  no  he  visto  al  Inquisidor  tampoco,  o  al Cónsul.  Probablemente  estará  con  uno  de  ellos.  Tal vez  han  parado  en algún lugar, o...

Él  se  interrumpió  cuando  un  murmullo  recorrió la  sala;  Clary  vio  al grupo  de  licántropos  subir  la  mirada  alerta  como  un  grupo  de  perros  de caza intuyendo el juego. Ella se volvió...

Y  vio  a  Luke,  cansado  y  manchado  de  sangre,  atravesando  las  puertas dobles del Salón. Ella corrió hacia él. Olvidando lo mal que le sentó que él se fuese, y olvidando lo enfadado que estaba él con ella por haberlos traído aquí,  olvidando  todo  excepto  lo  contenta  que  estaba  de  verlo.  Él  pareció sorprendido  un  instante  cuando  ella  se  lanzó  hacia él  como  un  cañonazo, luego  sonrió  y  tendió  los  brazos,  y  la  levantó  mientras  la  abrazaba,  de  la manera que lo había hecho cuando ella era muy pequeña. Él olía a sangre, franela y humo, y por un momento ella cerró los ojos pensando en la forma en  la  que  Alec  había  agarrado  a  Jace  cuando  lo  había  visto  en  el  Salón, porque eso era lo que hacías con la familia cuando has estado preocupado por ellos, agarrarlos fuertemente y decirles lo mucho que te han cabreado, y que  todo  está  ya  bien,  porque  no  importa  lo  enfadado  que  hayas  estado, ellos  son  todavía  parte  de  ti.  Y  lo  que  ella  le  había  dicho  a  Valentine  era verdad. Luke era su familia.

Él  volvió  a  bajarla  al  suelo,  haciendo  un  pequeño  gesto  de  dolor mientras lo hacía.   

-Cuidado  –dijo  él–,  un  demonio  Croucher  me  alcanzó  bajo  el  hombro junto  al  Puente  Merryweather  –él  puso  las  manos  sobre  sus  hombros, estudiando su rostro–. Pero, tú estás bien, ¿no?

-Bueno, esta es una escena conmovedora –dijo una voz fría–. ¿Verdad?

Clary se volvió, la mano de Luke todavía en su hombro. Detrás de ella estaba un hombre alto con una capa azul que se le arremolinaba a los pies mientras  se  movía  hacia  ellos.  Su  rostro  bajo  la  capucha  de  la  capa  era  el rostro   de   una   estatua   esculpida:   altos   pómulos   con afilados   rasgos aguileños y ojos con pesados párpados.

-Lucian –dijo él sin mirar a Clary –tendría que haber supuesto que eras tú el que estaba detrás de esta... esta invasión.

-¿Invasión?  –hizo  eco  Luke,  y  de  repente,  su  manada  de  licántropos estaba  detrás  de  él.  Ellos  se  habían  acercado  con  tanta  rapidez  y  tan silenciosamente que era como si hubieran aparecido de la nada–. Nosotros no  somos  los  que  hemos  invadido  tu  ciudad,  Cónsul. Ha  sido  Valentine. Nosotros sólo estamos tratando de ayudar.

Amor diferente (Malec) - CompletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora