¡Magnus! ¿Estás herido?

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-Te vas a quedar aquí como dijo Luke ¿verdad?

-¿Tengo otra opción?

-No, me parece que no

Ella   se  quitó  el  guante  y  extendió  la  mano  en  su  dirección.  Él   la  tomó,  apretándola fuertemente. Ella miró a sus dedos entrelazados,  los de ella tan pequeños, cuadrados en la puntas, los de él, largos y  delgados.

-Vas a hallar a Simon por mí –dijo ella- Sé que lo harás

-Clary –ella podía ver el agua reflejarse en sus ojos- Podría estar... bueno, podría estar...

-No –su tono no dejaba lugar a dudas- Estará bien. Tiene que estarlo

Jace  exhaló. Sus ojos se rasaron de agua azul oscura, como lágrimas, pensó  Clary, pero no eran lágrimas, sólo era un reflejo, se dijo.

-Hay algo que quiero preguntarte –dijo- Tenía miedo de decirlo antes. Pero ahora no.

Su  mano se movió para acunar su mejilla, su palma se sentía tibia contra  su mejilla fría, y se dio cuenta de que ella tampoco tenía miedo, como  si él pudiera pasarle el efecto de la Runa Sin Miedo con sólo tocarla.  Su barbilla se alzó, sus labios se entreabrieron expectantes... su boca  rozó la de ella ligeramente, tanto que pareció el toque de una pluma, el  recuerdo de un beso... entonces él se echó hacia atrás, con los ojos  demasiado abiertos; ella vio la pared negra en ellos, tragando con  facilidad increíble el oro: la sombra de un barco. Jace la soltó  gruñendo y se puso de pie. Clary se levantó dificultosamente, la pesada  chamarra de Jace no la dejaba moverse bien.

Chispas azules  saltaban de las ventanas de la camioneta, y a su luz, pudo  ver que un  lado del barco era de un color negro corrugado, había una escalera  pequeña que trepaba hasta cubierta, y líneas de color gris metálico  corrían por encima. Había algo grande y maltrecho, como un pájaro  malherido sobrevolando la nave. Oleadas de frío parecían emanar del  barco como aire helado de un iceberg. Cuando Jace le habló, su aliento  salió en forma de vaho, sus palabras se perdieron en el ruidoso sonido  del motor del barco. Ella frunció el ceño hacia él:

-¿Qué? ¿Qué dijiste?

Él  extendió una mano hacia ella, deslizándola bajo su chamarra, las puntas  de sus dedos rozaron  su  piel.  Ella  chilló  sorprendida.  Él  sacó   la  espada  de  serafín  que  le  había  dado  más temprano y se la puso  en la mano.

-Dije –y la soltó- que saques a Abrariel, porque allá vienen

-¿Qué viene?

-Los demonios –apuntó al cielo

  Al principio Clary no vio nada. Entonces notó los gigantescos pájaros  deformes que había visto antes. Estaban bajando en picada como piedras  hacia ellos, sobrevolando las olas. Mientras se acercaban, ella pudo ver  que no eran pájaros, sino cosas feas como pterodáctilos, con alas  afiladas y correosas y cabezas huesudas y triangulares. Su boca estaba  llena de dientes serrados, filas y filas de ellos, y sus garras  brillando como cuchillas filosas. Jace se trepó al techó de la  camioneta,Telantes brillando en su mano. Cuando la primera de las cosas  voladoras lo alcanzó, enarboló la espada. Golpeó al demonio, rebanando  la parte superior del cráneo del demonio como si quebrara el cascarón   de  un  huevo.  Con  un  chillido  escalofriante,  la  cosa  se  sacudió   a  los  lados,  las  alas convulsionándose. Cuando golpeó en el agua,  ésta hirvió. El segundo demonio golpeó el cofre de la camioneta, sus  garras enterrándose furiosamente en el metal. Se estrelló sóla contra el  parabrisas, cuarteando el vidrio. Clary le giró a Luke, pero otro de  ellos se arrojó sobre ella como una flecha. Ella se hizo la manga de la  chamarra de Jace hacia arriba, mostrando su runa defensiva. El demonio  chilló de nuevo, las alas se plegaron hacia atrás, pero se había  acercado demasiado y no alcanzó a detenerse  a  tiempo.  Notó  que  no   tenían  ojos,  sólo  agujeros  en  cada  lado  de  su  cráneo  cuando  enterró a Abrariel en su pecho. La cosa se quemó, dejando un silbido de  humo negro detrás.

Amor diferente (Malec) - CompletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora