—¿Dónde está el Hermano Zachariah? —Dijo Jace.
—Aquí estoy. —Una voz tranquila y suave, un poco fuera de tono, como un piano que no había sido tocado en años. La figura se había apartado de la ventana. Jace se encontró mirando a un chico sólo unos pocos años mayor que él. Con cabello oscuro, un rostro afilado y delicado, ojos que parecían jóvenes y viejos al mismo tiempo. Las runas de los Hermanos marcadas en los pómulos altos, y cuando el muchacho se volvió, Jace vio el borde pálido de una runa desvanecida al lado de la garganta.
Un parabatai. Al igual que él. Y Jace sabía demasiado lo que la runa desvanecida significaba, un parabatai cuya otra mitad estaba muerta. Sintió que su simpatía saltó hacia el Hermano Zachariah mientras se imaginaba a sí mismo sin Alec, con sólo la desvanecida runa para recordarle donde una vez había estado unido a alguien que conocía con todas las mejores y peores partes de su alma.
—Jace Herondale —dijo el muchacho—. Una vez más un Herondale es el portador de mi liberación. Debería haberlo esperado.
—Yo no... eso no es... —Jace estaba demasiado aturdido para pensar en algo inteligente para decir—. No es posible. Una vez que eres un Hermano Silencioso, no puedes cambiar de nuevo. Tú... no entiendo. El muchacho —Zachariah, supuso Jace, ya que no era un Hermano— sonrió. Era una sonrisa desgarradoramente vulnerable, joven y suave.
—No estoy seguro de que entienda del todo tampoco —dijo—. Pero nunca fui un Hermano Silencioso ordinario. Me trajeron a la vida porque había una magia oscura sobre mí. No tenía otra manera de salvarme. —Miró hacia abajo, a sus manos, las manos tersas de un muchacho, suaves en la manera en que sólo las manos de un Cazador de Sombras lo eran. Los Hermanos podían luchar como guerreros, pero rara vez lo hacían—. Dejé todo lo que conocí y lo que amaba. No del todo, quizá, pero había una pared de vidrio entre la vida que había tenido antes y yo. Lo podía ver, pero no lo podía tocar, no podía ser parte de ella. Empecé a olvidar lo que era ser un humano ordinario.
—No somos seres humanos ordinarios.
Zachariah alzó la vista.
—Oh, nos decimos eso —dijo él—. Pero he hecho un estudio de los Cazadores de Sombras, desde el siglo pasado, y déjame decirte que somos más humanos que la mayoría de los seres humanos. Cuando nuestros corazones se rompen, se rompen en fragmentos que no pueden fácilmente encajar de nuevo. Envidio a los mundanos por su capacidad de superación a veces.
—¿Tienes más de un siglo? Te ves bien... resistente para mí.
—Pensaba que iba a ser un Hermano Silencioso para siempre. Nos... ellos no mueren, ya sabes; se desvanecen después de muchos años. Dejan de hablar, de moverse. Eventualmente son enterrados vivos. Pensé que ése sería mi destino. Pero cuando te toqué con la runa de mi mano, cuando te hirieron, absorbí el fuego celestial de tus venas. Quemó la oscuridad en mi sangre. Me convertí de nuevo en la persona que era antes de que tomara mis votos. Incluso antes eso. Me convertí en lo que siempre he querido ser.
La voz de Jace era ronca.
—¿Te dolió?
Zachariah se quedó perplejo.
—¿Perdón?
—Cuando Clary me apuñaló con Gloriosa, fue... agonizante. Sentí como si mis huesos se estuvieran derritiendo hasta ser cenizas dentro de mí. No dejaba de pensar en eso cuando me desperté, me quedé pensando en el dolor, y si te dolió cuando me tocaste.
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Amor diferente (Malec) - Completa
FanfictionEs una recopilación de las historias de la hermosa pareja Alexander Lightwood (nefilim) y Magnus Bane (brujo) de la saga Cazadores de Sombras de la autora Cassandra Clare todos los créditos y felicitaciones para la escritora por darnos a esta linda...