Amaba a Alec

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LA CANCIÓN «EL VALS DEL EMPERADOR» DE JOHANN STRAUSSsonaba en el gran salón de baile. Magnus vio a cientos de personas enmascaradas con disfraces elaborados bailando al unísono y, alrededor de ellos,había música que podía ser tan bien vista como oída. Como si las hubieran arrancado de una sábana blanca y negra y transformado en formas brillantes y vivas; las notas que flotaban a la deriva en el aire por corrientes de líneas musicales y envolviendo las relucientes máscaras y el elaborado cabello de los bailarines.

Las constelaciones se movían por el techo; no, eran la orquesta. Las estrellas se movían imitando la forma de músicos e instrumentos. Libra era el primer músico tocando el violín, la Osa Mayor era el segundo. Aquila tocaba la viola mientras Escorpio era el bajo. Orión era el chelo y Hércules estaba en percusión. Las estrellas tocaban, las parejas enmascaradas bailaban y las notas musicales se encontraban flotando en medio.

Magnus bajó las escaleras de mármol Carrara desde el vestíbulo hasta la pista de baile con Alec y Shinyun detrás como guardaespaldas.

—Príncipe Adaon —gritó al reconocer a un amigo.

El príncipe Adaon, que usaba una magnífica máscara de cisne que hacía contraste con su piel oscura, le sonrió por sobre la cabeza de sus cortesanos.

—¿Le diriges la palabra a un príncipe? —preguntó Alec.

—No hablaría con la mayoría de príncipes de la Corte Unseelie —dijoMagnus—. No creerías el tipo de cosas de las que son capaces. Deberían estar agradecidos de que no haya un tabloide de hadas. Adaon es el mejor del montón.

Mientras llegaban a la base de las escaleras, se cruzaron con un hombre en un esmoquin lavanda, cabello blanco peinado hacia atrás y una máscara completa de El Muerto. Magnus sonrió.

—Nuestro anfitrión, creo.

—¿Qué te hace pensar eso? —preguntó el hombre con un ligero acento inglés.

—¿Quién más hubiera podido hacer ésta fiesta? Te felicito por hacer todo lo posible. No hubiera tenido sentido hacerlo a medias—. Magnus seacercó y le dio la mano—. Malcolm Fade. Ha pasado un largo tiempo.

—Justo antes de que el milenio terminará. Recuerdo que estabas pasando por un periodo particularmente sombrío la última vez que te vi.

—Sí. Era sombrío. Me sorprendió escuchar que te habías mudado a Los Ángeles y que te hicieron Gran Brujo.

Malcolm alzó su máscara y Magnus lo vio sonreír. Esa expresión siempre era un poco dulce y más que triste.

—Lo sé. Son unos tontos.

—Felicitaciones atrasadas —dijo Magnus—. ¿Cómo te está yendo? Has estado trabajando en algo y claramente no es tu bronceado.

—Oh, me aventuro en tantas cosas y entre ellas está el planear fiestas.—Malcolm señaló con su mano el espectáculo en el gran salón de baile. Evitó su distraída rutina de una manera preciosa, pero Magnus lo había conocido por un tiempo ya—. Me alegra que disfrutes mi pequeña velada.

Dos personas salieron de detrás de Malcolm. Un hada de piel azul concabello lavanda y manos palmeadas, y una cara familiar. Los lentes de sol de Johnny Rook estaban en la base de su nariz, lo que era razonable si te parecía que usar lentes de sol en interiores y en la noche era razonable en primer lugar. Sobre sus lentes, Magnus vio sus ojos ampliarse en reconocimiento y alejar su vista de él.

—Oh, ¿se conocen? Seguro se conocen —dijo Malcolm de manera soñadora—. Ella es Hyacinth, una indispensable planeadora de fiestas. Y Johnny Rook. Estoy seguro que es indispensable para alguien.

Amor diferente (Malec) - CompletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora