Clary casi sonrió, no estaba completamente segura de por qué. Había algo sobre Alec y Jace compartiendo una habitación que encontraba adorable. Se preguntó si se mantenían despiertos entre sí hablando por la noche, de la forma en que ella y Simon siempre lo hacían.
Alec e Isabelle estaban en el alféizar de la ventana. Detrás de ellos Clary podía ver los colores de la puesta del sol iluminando el agua del canal de abajo. Jace estaba tumbado sobre una de las camas individuales, con las botas desafiantemente plantadas sobre la colcha de terciopelo
—Pienso que ellos no desean esperar que Sebastian ataque a más Institutos —estaba diciendo Alec—. Eso implicaría esconderse. Los Cazadores de Sombras no se esconden.
Jace se frotó la mejilla contra su hombro, se le veía cansado con su pálido cabello despeinado.
—Se siente como esconderse —dijo—. Sebastian está allí afuera, nosotros estamos aquí custodiados. Todos los Institutos están vacíos. Nadie protege al mundo de los demonios. ¿Quién protegerá a los vigilantes?
Alec suspiró y frotó una mano por su rostro.
—Con suerte no será por mucho tiempo.
—Es difícil imaginar lo que ocurriría —dijo Isabelle—. Un mundo sin Cazadores de Sombras. Demonios por todas partes, subterráneos atacándose entre sí.
—Si yo fuera Sebastian... —comenzó Jace.
—Pero no lo eres. No eres Sebastian —dijo Clary.
Todos la miraron. Alec y Jace no se parecían absolutamente en nada, pensó Clary, pero de vez en cuando había una similitud en la forma en que miraban o gesticulaban que le recordaba que habían sido criados juntos. Ambos parecían curiosos y un poco preocupados. Isabelle lucía más cansada y molesta.
—¿Estás bien? —dijo Jace a modo de saludo, dándole una sonrisa torcida—. ¿Cómo está Emma?
—Destrozada —dijo Clary—. ¿Qué sucedió después de que dejé la reunión?
—El interrogatorio casi había terminado —dijo Jace—. Sebastian está, obviamente, detrás de los ataques, y tiene una fuerza considerable de Cazadores Oscuros respaldándolo. Nadie sabe exactamente cuántos, pero tenemos que asumir que todos los desaparecidos han sido Convertidos.
—Aun así tenemos un número mayor, por mucho —dijo Alec—. Él tiene sus fuerzas originales, y los seis Cónclaves que convirtió; nosotros contamos con todos los demás.
Había algo en los ojos de Jace que los volvió más oscuros que dorados.
—Sebastian lo sabe —murmuró él—. Conoce sus fuerzas, hasta el último guerrero. Sabrá exactamente lo que puede enfrentar y lo que no puede.
—Tenemos a los Subterráneos de nuestro lado —dijo Alec—. Ese es el punto central de la reunión de mañana, ¿no? Hablar con los representantes, fortalecer nuestras alianzas. Ahora que sabemos lo que Sebastian está haciendo, podemos trazar estrategias, vencerlo con los Hijos de la Noche, los Tribunales, los brujos...
Los ojos de Clary se encontraron con los de Jace en una comunicación silenciosa. Ahora que sabemos lo que está haciendo Sebastian, él hará algo más. Algo que aún no esperamos.
—Y luego todo el mundo habló sobre Jace —dijo Isabelle—. Ya sabes, lo de siempre.
—¿Sobre Jace? —Clary se apoyó contra el pie de la cama de Jace—. ¿Qué hablaron sobre él?
—Si Sebastian es básicamente invulnerable ahora, y si hay forma de herirlo o matarlo. Gloriosa podría haberlo hecho debido al fuego celestial, pero actualmente la única fuente de fuego celestial es...
—Jace —dijo Clary gravemente—. Pero los Hermanos Silenciosos han intentado todo para separar a Jace del fuego celestial, y no pueden hacerlo. Está en su alma. ¿Y cuál es su plan, Jace golpeando la cabeza de Sebastian hasta que se desmaye?
—El Hermano Zachariah dijo más o menos lo mismo —dijo Jace—. Tal vez con menos sarcasmo.
—De todos modos, terminaron hablando de formas de capturar a Sebastian sin matarlo, si pueden destruir a todos los Cazadores Oscuros, si Sebastian puede ser atrapado en algún lugar o de alguna manera, puede ser que no importe tanto si no puede ser asesinado —dijo Alec.
—Ponerlo en un ataúd de adamas y lanzarlo al mar —dijo Isabelle—. Esa es mi sugerencia.
—De todas formas, cuando terminaron de hablar de mí, lo cual por su puesto fue la mejor parte —dijo Jace—, volvieron bastante rápido a hablar de formas de curar a los Cazadores Oscuros. Le están pagando al Laberinto en Espiral una fortuna para tratar de desentrañar el hechizo que Sebastian usó para crear la Copa Infernal y recrear el ritual.
—Tienen que dejar de obsesionarse con la cura de los Cazadores Oscuros y empezar a pensar en la manera de derrotarlos —dijo Isabelle con voz dura.
—Muchos de ellos conocen a personas que fueron Convertidas, Isabelle —dijo Alec—. Por supuesto que los quieren de regreso.
—Pues yo quiero a mi hermanito de vuelta —dijo Isabelle, alzando la voz—. ¿Es que no entienden lo que Sebastian hizo? Los mató. Mató lo que era humano en ellos y los convirtió en demonios luciendo como las personas que solíamos conocer, eso es todo...
—Baja la voz —dijo Alec, en su tono determinado de hermano mayor. ¿Entiendes que mamá y papá están en casa? Subirán.
—Ajá —dijo Isabelle—. Tan lejos uno del otro, en la misma habitación, como podrían estar, pero están aquí.
—No es de nuestra incumbencia dónde duermen, Isabelle.
—Son nuestros padres.
—Pero tienen sus propias vidas —dijo Alec—. Y tenemos que respetarlo y mantener el margen. —Su expresión se ensombreció—. Mucha gente se separa cuando uno de sus hijos muere.
Isabelle dio un pequeño grito ahogado.
—¿Izzy? —Alec pareció darse cuenta de que había ido demasiado lejos. Las menciones de Max parecían devastar más a Isabelle que a cualquiera de los otros Lightwood, incluso Maryse.
Isabelle se dio la vuelta y salió corriendo de la habitación, cerrando la puerta de golpe detrás de ella. Alec se pasó los dedos por su cabello, haciendo que se le crispara.
—Maldita sea —maldijo, y luego se sonrojó. Alec casi nunca maldecía, y por lo general cuando lo hacía, lo hacía en voz baja. Le disparó a Jace una mirada casi de disculpa y fue detrás de su hermana.
Jace suspiró y con un balanceo sacó los pies de la cama y se puso de pie. Se estiró como un gato, haciendo crujir sus hombros.
—Supongo que esa es mi señal de acompañarte a casa.
—Puedo encontrar mi camino de regreso...
Él negó con la cabeza, agarrando su chaqueta del poste de la cama. Había algo de impaciencia e inquietud en sus movimientos que hizo que a Clary se le pusieran los pelos de punta.
—Quiero salir de aquí de todos modos. Vamos.
-Cazadores de Sombras: Instrumentos Mortales: Ciudad del Fuego Celestial
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Amor diferente (Malec) - Completa
FanfictionEs una recopilación de las historias de la hermosa pareja Alexander Lightwood (nefilim) y Magnus Bane (brujo) de la saga Cazadores de Sombras de la autora Cassandra Clare todos los créditos y felicitaciones para la escritora por darnos a esta linda...